Donde Young-mi deja que Suho se acerque a ella solo por celos de ver a Seojun con otra chica.
o
Donde Suho usa la misma estrategia que Seojun, de acercarse a la chica que a él le sigue gustando, p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
– Lee Suho – Taehoon entró al salón cantando y bailando con sus audífonos puestos – Tengo el alma di “jo”. ¿Por qué no dices “hey-jo”?
Dejó de cantar y de caminar al llegar al asiento de Suho en dónde levantó su mano derecha para que él le chocará los cinco.
Ese había sido otro intento fallido de su parte ya que Suho lo había ignorado, como siempre.
La rubia ni bien vió aparecer a su mejor amigo se rió por lo que estaba haciendo. Al ver como Suho no le chocaba los cinco, se acercó a él y agarró fuertemente su brazo para sacarlo del salón a arrastras. Necesitaba contarle a alguien su idea descabellada y que mejor que su mejor amigo.
Él confundido se dejó llevar, no sin antes hacer sus bromas.
– ¡Un duende me lleva en contra de mi voluntad! – pronunció actuando desesperado a la vez que colocaba sus audífonos en su cuello.
– Duende tu…
– EH EH Lenguaje. – la regañó tapándole la boca para que no siguiera hablando.
Young-mi le pegó un manotazo a su mano haciendo que Taehoon sacará la mano rápidamente entre quejidos por el golpe recibido.
– Solo sígueme y sin quejas. – Ordenó y siguió arrastrando al chico hacia un lugar donde no haya demasiados estudiantes chusmas.
– ¿Por qué? ¿Y si no quiero? ¿Y si solo quería llegar a mi asiento y descansar? – protestó como un niño chiquito.
– Te tengo que contar algo y necesito un consejo – le reveló a su amigo. Él la miró interesado, dejando de lado sus protestas.
– ¿Un chisme?¿De quién? – preguntó logrando que Young-mi rodará los ojos.
Taehoon caminó a su lado. Esa había sido la señal de que su amigo ahora lo seguiría sin protestar. Así que, ella le soltó el brazo.
– Como te encantan los chismes – dijo sonriéndole.
Taehoon al ver su sonrisa también sonrió y pasó su brazo por sus hombros.
– Tanto como a ti, ¿No?. Somos un equipo que se informa de todo lo que pasa en este colegio.
– Exactamente. Hablemos en este pasillo que no hay nadie – habló la rubia y miró a su alrededor para comprobar que de en serio no había nadie.
