Capítulo 20

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Livvie

-Enhorabuena chicos! - gritan todos al unísono -Gracias-dije riéndome

-Lo planeasteis verdad?

-Tu que crees?- dijo Mike

-Te crees que somos capaces de hacerlo sin decir nada?-dice Kate -Pues creo que no

-Pues ya está

Nos reímos y volvemos a tomar asiento. Las horas pasan volando y rápido nos volvemos a casa. La noche es clara y se pueden ver muchas estrellas en el cielo. Hace in poco de aire ya que estamos entrando en el otoño y ahora tengo frío. Oliver debió notarlo por que me tendió su sudadera. Yo, se la tomé y me la puse. Olía a el, a ese perfume que tanto me gusta. Rápidamente sentí como el calor iba poco a poco calentando mi cuerpo.

Cuando ya llegamos a casa fuimos en silencio por el pasillo ya que Sunny había vuelto antes por que mañana tiene que madrugar. Cuando llego a mi habitación ya ni me despido de Oliver, me tiro directamente en la cama dispuesta a dormir toda la noche. Hasta que de repente noto que cierran la puerta, no le habría dado mucha importancia salvo que noto que el colchón se hunde al lado mía. Adormilada me giro y pregunto.

-Que haces?

-Quiero dormir contigo

-Pero y si alguien nos ve?

-No te preocupes, puse el pestillo para que nadie abriera la puerta

-Está bien

Me acurruco pegándome más a el y me pasa su brazo por mi cintura atrayéndome aún más. Y en unos pocos minutos, me quedo dormida respirando su aroma.

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Me despierto con la luz del sol goleándome en la cara, miro la hora y son las nueve de la mañana. Me intento mover pero algo me lo impide. Un brazo, un brazo fuerte me aferra a el e inmediatamente recuerdo todo. El paseo, el concierto, nuestros amigos, cuando llegamos... de repente noto que Oliver se mueve. Me giro para que quedemos cara a cara. Poco a poco Oliver abre los ojos y me dice

-Buenos días-dice adormilado -Buenos días

Se acomoda un poco y me besa. Me coge tan desprevenida que tardo unos cuantos segundo en responderle. Cuando nos separamos y consigo volver a respirar normal le digo

-Venga arriba que es sábado y hay mucho que hacer.- me incorporo en la cama o eso intento por que Oliver me coge del brazo y me vuelve a tirar en la cama.- Oye!

Oliver se ríe y me contagia su risa y nos empezamos a reír los dos. Cuando ya me relajé me acomodé en su pecho y el me empezó a acariciar el brazo. Y en unos minutos me vuelvo a dormir.

Me despierto dos horas más tarde sin Oliver a mi lado. Me levanto, me pongo la bata y me dirijo directamente en la cocina. Ahí está Sunny que me da un abrazo alegremente.

-Buenos días dormilona

-Buenos días

-Que, pedazo noche la de ayer ehhh -Supongo que si

-Como que supongo que si? Fue increíble -Bueno, puede que tengas razón

-No es que pueda, es que la tengo

-Está bien ayer fue increíble

Me preparo el desayuno y charlamos animadamente. Cuando termino, recojo todo y me dirijo a mi habitación a cambiarme. Tras rebuscar en el armario decidí cogerme una camiseta ancha con mis vaqueros favoritos. Me ato el pelo en una coleta y empiezo a recoger la habitación. Al acabar, estaba a punto de bajar cuando Oliver aparece en mi plano de vista. Entra en mi habitación y cierra la puerta

-Hola

-Hola, por que te fuiste?

-Por que tenía que hacer unas cosas y estabas tan profundamente dormida que no te pude despertar

-Ya, es que estaba demasiado cansada

-Lo sé, ahora que vas a hacer?

-Tengo que ir al sótano al cuarto de la colada -Crees que puedo acompañarte

-Supongo que si

Salimos de mi habitación y llegamos a las escaleras, bajamos dos pisos y entramos en una habitación. Me dirijo al fondo donde se encuentra la lavadora y la secadora y saco la ropa de la secadora, la coloco en el cesto y acto seguido cojo la ropa de la lavadora y la meto en la secadora. Cojo la plancha y empiezo a planchar la ropa. De repente escucho unos golpes en la caldera. Y ahí me doy cuenta de que estaba Oliver conmigo. Empieza a hacer un ritmo demasiado conocido para mi.

-No te cansaste ayer de la canción que tienes que tocarla tanto?

-Es que es muy pegadiza

-Toda su musica es pegadiza y lo sabes

-Es que estoy un poco loco de ti- empieza a cantar- venga canta conmigo -No hasta que lo aceptes- dije fingiendo estar molesta

-Está bien, su música es pegadiza -Me vale

Nos quedamos en silencio hasta que Oliver comienza a cantar la canción otra vez, pero esta vez si que le sigo cantando. Nos ponemos a bailar y hacer el tonto cuando alguien carraspea. Nos detenemos en seco y me giro hacia la puerta.

-Vaya, no sabía que se hacia una fiesta-dijo con ironía el padre de Oliver -Ella no tiene la culpa, fui yo quien...

-Silencio, Oliver sube, y tu- dijo señalándome con un dedo- espero que no se repita si no, no me are cargo de las consecuencias

-Si señor

Oliver se gira para darme ánimos en silencio y retoma su camino. El señor Hamilton me da una última mirada y desaparece escaleras arriba.

Y en silencio acabé de hacer mis tareas sin Oliver para animarme.

Un inesperado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora