Capítulo 28

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Livvie:

Tras varios segundos, que parecieron minutos, sin poder reaccionar. Hasta que por fin reacciono

-Que??

-Lo que oyes, me dijo que te vio con Oliver en el parque donde suele ir con Claudia- Claudia, así se llamaba mi hermanastra- Me dijo que la reconociste y que desapareciste

-Si, pero eso fue hace meses

-Ló se, pero dijo que no se había atrevido hasta ahora para contactarme

-Eso da igual tuvo tiempo todos estos años y no lo hizo. Solo cuando me vuelve a ver tiene la cara de hacerlo. Y no solo eso, que necesito varios meses para poder hacerlo.

-Entiéndela fue un golpe muy fuerte

-Un golpe muy fuerte? Y yo que, yo la vi, la vi en el parque con esa niña. Se fue de casa y nos abandono ara luego criar a una hija- lo siento, pero no lo entiendo. No se lo que te dijo ni quiero saberla. Para mi ella es como si estuviera muerta, y lo seguirá estando.

Salgo de la cocina en silencio y voy directa al baño. Cierro la puerta y me apoyo en ella y poco a poco me voy sentando en el suelo. Lloro y lloro hasta calmarme. Cuando ya estoy mas relajada me lavo la cara y me miro al espejo. No se me nota mucho que he estado llorando y eso me alivia. Respiro hondo y salgo del baño. Voy junto my hermana fingiendo una sonrisa.

-Estás lista renacuaja?

-Super lista!!!!- grita emocionada, lo que he hace soltar una pequeña carcajada. Se levanta del sofá en un salto y me va corriendo a junto mi padre a darle un abrazo.

Antes de salir de casa me despido de mi padre con a mano y nos vamos.

Nos subimos al bus y nos sentamos en unos asientos que están libres

-Livvie cuanto es de camino?

-Es una media hora, cuarenta minutos

-Tanto? Me voy ha aburrir mucho- lloriquea mi hermana

-No te preocupes, ya veras que se te pasará rápido

Todo el camino estuve jugando con mi hermana para que no se aburriera, y al final nos lo pasamos bastante bien en el trayecto.

Cuando bajamos del bus mi hermana daba salto tos de alegría y eso me saco una pequeña sonrisa. Estábamos llegando a la entrada del hospital y ya vi a Oliver que nos esperaba con una gran sonrisa en la cara. Cuando llegamos a junto de el, me dio un abrazo en forma de saludo y se giro hacia mi hermana.

-Así que tu eres Marta

-Sí

-Sabes que tu hermana no para de hablar de ti?

-Enserio? Yo la hecho mucho de menos en casa

-Lo se, se que ella también te hecha mucho de menos

-Y Marta, que tal está?

-Mejor, pero eso ya lo veras tu misma

-Si!- dijo mi hermana dando un pequeño saltito de la emoción. Oliver soltó una pequeña carcajada y entramos en el hospital.

Subimos las escaleras y caminamos hasta pararnos delante de la puerta de la habitación de Leila

-Primero entro yo y hablo con ella. Cuando abra la puerta vas a aparecer tu. Vale?

-Vale, pero rápido

-Si, ya veras que no tardo nada

-Venga! Que ya estas tardando

Un inesperado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora