Capítulo 9

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Livvie

Sé que esto está mal pero lo deseaba y no lo niego. Sé que me debo apartar pero no puedo y tampoco quiero. No quiero despegarme de el ni un segundo. Lo que llevo experimentando estas semanas no quiero que nunca termine. Pero también sé que mañana me arrepentiré de ello pero de eso ya me preocuparé después.

Nos separamos por falta de aire y nos miramos.

-Yo también te quiero Iver y eso no cambiará nunca. Y si, también me gustas. 

Nos besamos un rato y cuando vimos que era tarde nos encaminamos en silencio hacia su casa de la mano.

Cuando llegamos vimos si había alguien en la puerta y como no había nadie seguimos. Entramos por la puerta de empleados para que no nos vieran. Cuando entramos me alivié un poco, ya que no corría el riesgo de que me despidan.  Oliver me acompañó a mi habitación y nos besamos como despedida. Sus labios eran como una droga para mi. No podía parar de besarle. Dios, había tardado demasiado. 

-Hasta mañana Liv

-Hasta mañana Iver

Cerré la puerta después de despedirnos y me recosté en la puerta pensando en todo lo que había pasado hoy. Y ahí me di cuenta: ¡Oliver me había dedicado una canción y para colmo le gusto! Ahhhhhhh

Esta noche me costó dormir demasiado. Pero no me importó por que me quedé pensando en todo lo que me pasó hoy.  Alguien llama a mi puerta sobre las diez de la mañana y gracias a eso me despierto. Abren la puerta y aparece un Oliver feliz:

-Buenos días bella durmiente-entra y cierra la puerta tras el

-Buenos días-dije aún adormilada- ¿por que estás tan feliz ya de mañana?

-Por que ahora puedo hacer esto

Se acerca ha mi y me besa. Yo tardo un poco en reaccionar pero se lo devuelvo cuando me doy cuenta. Unos segundos más tarde nos separamos por falta de aire y comento

-Wouuuu, esto si que es una gran manera de despertarse

-Pues vete acostumbrándote-Oliver se arrepintió al momento de  decirlo entonces le dije

-Entonces me acostumbraré rápido-dije, el me miró con una sonrisa pícara en su rostro

Un rato más tarde ya estaba preparada para empezar el día de hoy así que salí de mi habitación. Oliver se había ido hacia un rato por que si no era muy sospechoso. Haber , la gente sabia que nos llevábamos muy bien pero lo demás no, y es mejor así. 

Llegué a la cocina y ahí estaba Sol. Ella es una chica un poco más mayor que yo, es rubia y ojos marrones que siempre están iluminados por la alegría y entusiasmo de empezar un nuevo día. Desde el primer momento en que nos vimos supe que seríamos amigas. Me llevo super bien con ella y además ella hace que los días aquí sean más llevaderos. 

-Buenos días Livvie 

-Buenos días Sunny

-Que tal pasaste la noche? Puede que ellos no se dieran cuenta pero no creas que yo no

-Muy bien, salí con unos amigos. Fue una de las mejores noches de mi vida

-Y  Oliver estaba contigo por casualidad?

-Puede, por?

-Por que mi instinto nunca falla, y sé que escondéis algo vosotros dos, y no pararé hasta saberlo

-Madre mía, busca tooodo lo que quieras pero ya te voy avisando que no encontrarás nada-dije intentando ocultar mi nerviosismo 

-Si tu lo dices...- Oh no, por que se me da tan mal mentir?

-Bueno, cambiando de tema, ayúdame con la cocina 

-Esta bien

Preparamos la comida, un guiso con patatas. Cuando lo acabamos ya casi era la hora de comer.  Por ese entonces yo estaba sola en la cocina. De repente noto que alguien entra y ese alguien es Oliver. 

-Hola

-Hola, que hay de comer?

-Guiso con patatas

-Ohhh, yo quería otra cosa-dijo acercándose más a mi

-Pues para la próxima te haces tu la comida. Que esto no es un bufete libre para que cada uno escoja lo que quiera.

-Sabes las ganas que tengo de besarte? 

-Pues hazlo 

-Vale, pero no aquí que nos puede ver alguien 

Miré a mi alrededor y encontré el sitio perfecto

-Ahí-dije señalando la despensa

-Estás segura que no nos molestarán? 

-Segura, solo yo suelo ir a la despensa a coger alguna cosa. 

-Esta bien

Vigilamos que no haya nadie a la vista y entramos. Cuando suelo entrar yo sola me parece un sitio enorme, pero ahora con Oliver  me parecía enana. Nos miramos a los ojos y sin tener nada que decir, nos besamos. No había ningún ruido en la despensa, solo se escuchaban nuestras respiraciones aceleradas. Cuando de repente alguien abrió la puerta. Rápidamente nos separamos y nos quedamos quietos sin hacer ningún movimiento que nos pudiera delatar. Cuando de repente escuchamos paso acercarse. Nos miramos con el terror en los ojos. Yo me eche hacia atrás por instinto y me choqué contra una estantería, noté que algo se movía pero no le di mucha  importancia en ese momento. Escuchamos que empezaban ha remover algunas cosas y supongo que encontró lo que buscaba por que salió de ahí y nos dejo otra vez solos. 

-Por los pelos-dijo Oliver aliviado- La próxima vez recuérdame lo que pasó y así no te vuelvo ha hacer caso.

Espera un momento..., ha dicho próxima vez?

Ofendida le di un empujón y se chocó con la estantería que me había chocado yo antes. De repente noto que algo me cae encima, intento abrir los ojos pero una nube blanca me impidió ver nada. 

Salimos intoxicados y cuando pude abrir los ojos divisé a Oliver lleno de harina. Me empecé ha reír a carcajadas y cuando el se percato hizo lo mismo. Cuando nos relajamos cada uno se fue a duchar para así poder evitar unas cuantas preguntas un poco incomodas. 

Un inesperado amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora