4- Dos personas que buscan encuentran

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Parece que últimamente los chicos andan ocupados, la última vez que salimos nos encontramos con una tienda que se rumoreaba que estaba poseída por un fantasma. Exploramos un poco por curiosidad, y nos asustamos por algunos movimientos extraños y un tipo rarísimo. Después de huir aterrados de ahí ellos comenzaron a actuar extraño. Dijeron que no me acercara a ese lugar, no me quisieron explicar lo que sucedía, pero me dijeron que tuviese cuidado, y que si veía algo extraño que los llamara.

Era un poco molesto, sentía que me estaban evitando, pero no le di importancia, era mejor creer que realmente estaban ocupados para pasar el rato conmigo. Algo así como mis amigos de mi ciudad natal, que apenas y respondían mis llamadas.

Me encontraba caminando de regreso a casa después de la escuela, y observaba las tiendas en búsqueda de algún cartel de búsqueda de trabajo. Últimamente pensé mucho en que si quería ir de visita a mi pueblo natal para encontrarme con mis amigos debería ahorrar dinero. No quería discutir con mi mamá al respecto, y creí que sería mucho más sencillo si me ocupaba yo misma del pasaje, así que quise conseguir algún trabajo de medio tiempo.

No era normal que alguien de mi edad tuviese un trabajo fijo, de hecho, muchos me rechazaron diciendo que era demasiado joven e inexperimentada. Me preguntaba qué diablos tendría que saber para simplemente pasar cosas por una caja registradora, o servirle café a alguien, lavar platos, o simplemente reponer mercancía. Me parecía que todos solo me prejuzgaban por mi edad y me tomaban como una niña solo por tener 15 años.

Salí de la última tienda que planeaba probar suerte y pateé una lata de la calle con fastidio, claramente no se me dio el caso. Quería conseguir dinero de alguna manera justa para un pasaje de ida y vuelta a mi ciudad natal ¿Por qué debería ser tan difícil? Llegué a pensar en aliarme con mi mamá para que me dé una mesada si le daba el gusto en ayudarle en la casa, ella de todas formas me obliga a cumplir con mis responsabilidades, pero al menos podría hacerlo voluntariamente si me pagara. No, era ridículo, no iba a aceptarlo, y me sacudí con frustración la cabeza.

Una señora se chocó conmigo y por poco me caigo, lo que solo me hizo molestar más, pero al voltear a verla me dio un poco de pena reclamarle un tropiezo. Se le cayeron varios papeles y sin pensarlo me agaché a ayudarle a recuperarlos, mientras ella se disculpaba varias veces.

-No se preocupe, estoy bien... - Le respondí y repetí un par de veces porque seguía disculpándose. Cuando me fijé en su rostro parecía muy agotada, bolsas en sus ojos desgastados como si se la pasara llorando o sin dormir, mejillas hundidas como si le faltara comer adecuadamente, cabello peinado con descuido, y la piel pálida y gastada. Bajé la mirada a los papeles que estaba juntando junto a ella y me di cuenta de que eran papeles de búsqueda, con la fotografía de un señor de ojos profundamente oscuros y semblante de seriedad. El nombre que decía era "Kosaku Kawajiri", y estaba desaparecido desde el año pasado.

- ¿Lo has visto? – Escuché que me habló al notarme ver sus papeles de búsqueda y levanté la mirada. Parecía tener un brillo de esperanza en sus ojos al preguntarme eso, y yo tartamudeé notando que a lo mejor le hice creer eso al ver tanto su papel. Negué con la cabeza y aquel brillo se fue tan pronto como vino. – Oh... lo siento, creí que a lo mejor... -

Me puse de pie al notar que ya habíamos levantado todo y me ofrecí a ayudarle a levantarse, ya que se estaba tardando en hacerlo.

- ¿Él era...? – Pregunto un poco insegura mientras le devolvía el montón de papeles que logré levantar.

-Mi marido... - Responde ella. No parecía que fuese a llorar al decir eso, pero a juzgar por cómo se veía o cuánto tiempo llevaba buscándolo a lo mejor ya estaba algo acostumbrada a responder esa pregunta.

Mi vida en MoriohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora