9- Una encantadora sirena llega a la escuela

16 0 1
                                    

El receso de verano pasó más rápido de lo que esperaba, pero por suerte pude disfrutarlo. Cumplí con mi castigo, Shinobu me dio algo de trabajo de vez en cuando, logré sacar a Hayato de la casa para que pasee un poco, y gracias a eso conseguí un poco de dinero para seguir saliendo con Josuke. Nos divertimos probando distintos puntos turísticos a nuestro alcance, incluso nos sacamos algunas fotos de recuerdo. Me olvidé por completo del viaje que perdí, o la investigación de los documentos perdidos. A pesar de no ser las vacaciones que planeé para mí, me sentí bastante satisfecha.

De todos modos, las vacaciones habían terminado y era momento de regresar a la vida escolar, y curiosamente, a comparación del primer día, esta vez eso me entusiasmaba. Me sentí optimista y con buenas expectativas de regreso a clases. Poco sabía yo lo que en realidad me esperaba.

Lo que más quería era reencontrarme con los muchachos, y en el horario del receso tuve mi primera oportunidad para ir a buscarlos. Me encontré con Okuyasu, Koichi y Yukako, y les saludé con bastante alegría, notando por primera vez que los había echado tanto de menos que no pude ocultarlo. Koichi y Yukako se habían bronceado un poco, y Okuyasu parecía un poco más cansado que de costumbre. Noté sobre todo que su actitud había cambiado, lo que me temí.

Inmediatamente me sentí culpable de su estado de ánimo, pues la anterior vez que nos vimos fue una noche antes de terminar el receso. Josuke y yo habíamos ido a una presentación de figuras tamaño real de dinosaurios, y estábamos camino de regreso a casa cuando nos encontramos con él. No hicimos nada malo, pero de todas formas me sentí como criminal atrapada en pleno acto. Aunque era claro que no podríamos invitarlo, aunque quisiéramos, estaba consciente de lo injusto que era el que nosotros pudiésemos salir a divertirnos sin él. Comencé a creer que él estaba molesto por ello y nos estuviese guardando rencor.

- ¿Y Josuke? - Pregunto notando que él brillaba por su ausencia.

-Quién sabe – Se queja Okuyasu con tono de disgusto. Sin duda me tensé al notar su humor.

-Creo que se quedó charlando con alguien en el salón - Responde Koichi con simpleza, y Okuyasu solo chasquea la lengua.

- ¿Qué te pasa, Okuyasu? Apenas regresamos a las clases y ¿Ya estás de mal humor? - Le pregunto arqueando una ceja y codeándole con timidez, intentando bromear.

-Da igual, vamos a sentarnos por ahí - Dice él y nos vamos a acomodar a algún lugar.

Su nueva actitud ni siquiera se parecía a la que tuvo en el aniversario del fallecimiento de su hermano, podía sentir que él no estaba triste ni decaído, estaba molesto y desenfadado. Me incomodé bastante al pensar que era mi culpa, me preocupaba que comentara algo a cerca de lo que vio la otra vez y me mentalizaba para dar explicaciones con tal de tranquilizar su enfado. Sin embargo, Koichi le preguntó qué tal estuvo sus vacaciones y su expresión cambió con la conversación.

Mientras contaba lo complicado que fue asistir a clases de verano, que conoció algunas personas, que consiguió trabajo de medio tiempo con aquel italiano Tonio, o hablar de los platos de comida que aprendió a cocinar, su humor volvió a uno más animado; regresando al Okuyasu que todos conocíamos.

- ¿Estuviste practicando cocina? ¡Eso suena bien! ¿Trajiste algo para probar? - Pregunta Koichi con una sonrisa, y Okuyasu asiente animadamente. Me alivié, tal parecía que me equivoqué y él no estaba realmente molesto.

- ¡Por supuesto! ¡Traje para que todos puedan probar lo que preparé! Todavía no soy muy bueno, pero... - Sin embargo, Josuke llega, y su ánimo vuelve a ser el de antes.

-Aquí estaban, no sabía dónde se habían metido – Comenta Josuke mientras toma asiento a un lado nuestro. - ¿De qué estaban hablando? ¿Algo del almuerzo? -

Mi vida en MoriohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora