6- Una chica mala, una chica demonio

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Mi mamá me dio varias noticias malas en mi vida. Me dio la noticia de que santa no existe, que tampoco el hada de los dientes, que mi papá y mi hermano menor fallecieron en un accidente automovilístico, que tenía un nuevo novio y que esperaba que algún día fuera un padre para mí, y hasta el que no estábamos bien económicamente. Y la última noticia terrible que me había dado hasta el momento fue cuando nos dijo que nos mudaríamos a otra ciudad, y eso conllevaba tener que abandonarlo básicamente todo.

Todo lo que construí ahí, mis amistades, mi comodidad, incluso mi perro tuve que dar en adopción por temas económicos y de transporte.

Ese día, sentí que me había destruido mi vida entera y que debería empezar de cero. Todas mis ilusiones y metas en ese lugar se derrumbaron ante esa noticia, y despedirme de mis seres queridos fue un golpe muy bajo para mí.

Sentí que no estaba siendo justa conmigo, yo siempre me había esforzado en ser una buena hija, hermana, alumna y amiga. Nunca le falté el respeto a nadie, siempre fui generosa y amable, tenía muchos amigos, y nunca me metí en algún problema, y hacía todos los deberes de la escuela y casa. Sin embargo, lo único que recibí fue esto. Era como un escupitajo a mi cara, había sido demasiado bondadosa, tal vez debía ser lo contrario.

Fue difícil para mí sobrellevar la pérdida de mi padre y hermano menor, intenté ser fuerte y no romperme, pero cuando creí que ya lo estaba superando me pega la realidad con este gran cambio. Por mucho tiempo sentí que ella no estaba siendo justa en lo absoluto, y esto solo me dio más la razón de creer eso. Fue entonces que decidí rebelarme contra ella, quería vengarme, que ella sintiera el mismo dolor que me había provocado.

Tuve que despedirme de mis amigos, escuchar y ver sus gestos de tristeza al recibir la noticia, incluso me prepararon una fiesta de despedida, donde me dijeron lo mucho que me extrañarían y que cuando quiera volver sería siempre bienvenida. Pensar en todos los buenos momentos que tuve ahí, con ellos, con mi papá y hermano antes del accidente, mi infancia, mis momentos con mi perrito, todo eso me destrozó el corazón. Y aprendí que definitivamente no me gustaban las despedidas.

Mi hermano mayor, un día se me acercó a mí a preguntarme como estaba, le dije todo lo que sentía y me largué a llorar como si tuviera cinco años otra vez. Él me consoló y me dijo que solo debía resistir hasta ser lo suficientemente mayor para independizarme, entonces podría regresar o irme a vivir donde yo quisiera, sin importarme el camino que quiera tomar mi mamá y su esposo. Riku vive con nosotros y se mudará también, pero él está más cerca de independizarse que yo, entonces pude comprender por qué este cambio no le preocupaba o afectaba como a mí.

Su consejo permaneció en mi mente como mi única salida. Entré a Morioh y a nuestra nueva y temporal casa alquilada con esa meta en mi mente. Y fue cuando construí mi nueva personalidad, una más fría, reservada y grosera, para vengarme de mi mamá, y para no tener que volver a despedirme nunca más.

Sin embargo, mi plan sonaba más sencillo al principio que ahora, sentía que se me salió un poco de las manos y apenas estaba llegando a mitad de año. Tuve mi primer novio, me gané una reputación mala en la escuela, me atacaron chicas de mi escuela, tuve mi primer ex novio, conseguí mi primer trabajo por hablar con una desconocida de la calle, y me hice algo bastante cercano a la amistad con dos chicos de un año mayor al mío que poco a poco me estaban convenciendo de que vivir en Morioh no era tan malo. Y ahora estaba planeando pagar un viaje y viajar sola sin decirle nada a mis padres.

Hacer tantas cosas a escondidas de mi mamá me hacía sentir como una chica muy mala, mi conciencia no estaba tranquila en lo absoluto, pero me negaba a hacerme para atrás. Esto es parte de mi venganza, y lograría conseguir lo que quería cueste lo que cueste.

Mi vida en MoriohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora