Mi vida en Morioh

13- Las misteriosas desapariciones

Me alivié cuando vi que Koichi y Okuyasu seguían asistiendo a la escuela con normalidad. Cuando no los encontré, en el momento que quería exigirles explicaciones, comencé a dudar si ellos también desaparecieron, pero tal parece que no fue así. Aun así, quería explicaciones y tenía la sensación de que ellos no me dirán la verdad si solo se los pedía.

Así había pasado en otras circunstancias, como cuando estaban demasiado ocupados para pasar tiempo conmigo. Me contaban una historia sin sentido o simplemente evitaban explicar demasiado, lo cual era molesto, pero se los dejé pasar. Sin embargo, esta vez se trata de la ausencia de Josuke. ¿Realmente se fue de viaje como su madre me dijo? ¿O acaso está enfermo y por alguna razón la señorita Tomoko me mintió?

Noté que Okuyasu y Koichi tenían una discusión seria en las afueras de la escuela, por lo que, en vez de acercarme con normalidad, decidí ser más sigilosa y espiarles sin que notasen mi presencia. Me oculté detrás de un muro cercano a ellos y escuché atentamente. Era la única manera de enterarme de la verdad.

-Esto no hubiese pasado si lo hubieses escuchado cuando intentó advertirte - Escuché la queja por parte de Koichi.

-Lo sé, lo sé, lo siento. Pero ¿Y ahora que haremos? ¿Deberíamos llamar al señor Jotaro? - Contesta Okuyasu, tanto él como Koichi hablando en tono bajo y al mismo tiempo alterado.

-El señor Jotaro me confió su número solo para emergencias... - Koichi suena nervioso.

- ¡Esta es una emergencia, Koichi! ¡Perdimos a Josuke! - Okuyasu exclama en voz baja y nervioso, y yo me cubro la boca para evitar emitir sonido. - ¿No fue el señor Jotaro quien les confió a Josuke y a ti cuidar de los asuntos de Morioh? Ahora solo estamos nosotros, y si no logramos encontrarlo ¿Qué se supone que hagamos? -

-N-no lo sé... no lo sé... debe de haber otra manera -

- ¿Deberíamos decirle la verdad a su madre? -

- ¡N-no! Espera... sé que es arriesgado, pero tenemos tiempo hasta el fin de semana para encontrarlo... tal vez debamos pedirle ayuda a los demás antes de consultarle al señor Jotaro – Idea Koichi, y yo me quedo anonadada.

No podía creer lo que oí, Josuke desapareció, y por alguna razón Koichi y Okuyasu lo ocultaban, mintiendo tanto a conocidos como a su propia madre. Quería salir de mi escondite y sacudirlos, diciéndoles que debemos decir la verdad, denunciar su desaparición con la policía. Pero en su lugar, solo me quedo en mi sitio sin saber qué hacer, cuestionándome si eso realmente serviría de algo.

Pero entonces ¿Qué deberíamos hacer? ¿Simplemente buscarlo? ¿Esperar noticias? No pude evitar preocuparme por su bienestar, esto era mucho peor de lo que pensé. Incluso Hayato se dio cuenta de mi malestar cuando estuve con él.

- ¿Otra vez pensando en Josuke y su novia perfecta? - Pregunta él, y yo suspiro con disgusto.

-Ojalá... - respondo, sin saber si contarle lo que descubrí o no. Hayato aun así insiste, bastante curioso por saber el motivo de mi humor, y termino contándole lo que sé. Al enterarse de la noticia se le ve realmente preocupado y asustado.

-Esto es malo... - murmura él, y yo lo observo atentamente. - Probablemente esto sea un caso de stands. Si no lo fuese, no encuentro motivo para que sus compañeros lo estén ocultando – Y al escucharle, yo frunzo el ceño.

-No es momento de bromas o juegos, Hayato... - Niego levemente con la cabeza, y él me mira molesto.

-Mi padre desapareció también ¿recuerdas? - Con aquello le miro de reojo. Era justamente lo que pensaba, por lo que me sorprendía y decepcionaba pensar que no tomaría enserio algo así. Me incomodé y suspiré, buscando las palabras para hablar con él, con respeto en la seriedad del asunto.