10- El caos de una sirena.

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Últimamente, cada vez que veía a Okuyasu y Josuke juntos, solo estaban discutiendo; y tal como me dijo Yukako tenía que ver con Fanny. Okuyasu estaba bastante molesto, creyendo de verdad esos rumores y acusándolo a Josuke de abandonar a sus amigos por aquella creación divina de mujer. Comencé a comprender la decepción de Okuyasu, pues viéndolo de ese modo, no podíamos evitar sentirnos un poco desplazados desde que esa chica apareció.

- ¡Confiesa de una vez, Josuke! ¡Tú y Fanny están saliendo! ¡Ella es tu novia! - Okuyasu le reclama, pero Josuke seguía negándolo con evidente fastidio.

-Ya te lo he dicho, Okuyasu: ¡NO LO ES! – Responde Josuke apretando la mandíbula del enojo. - ¡Llevo intentando hablar contigo todo este tiempo y no me escuchas! ¿Por qué demonios sigues insistiendo? -

- Te la pasas con ella de un lado al otro, incluso te han visto con ella después de la escuela ¡Es obvio que mientes! ¡Soy tu amigo, deberías decírmelo! todo el mundo ya lo sabe -

Discutían en un pasillo de la escuela. No muchos pasaban por ahí para escuchar el escándalo, salvo yo, que estaba acercándome a hablar con ellos. Pero me detengo en el camino, comenzando a arrepentirme. Josuke parecía querer responderle algo, pero cuando nota mi presencia se muerde la lengua.

- ¡Pues todos se equivocan! ¡No somos nada! Apenas y la considero una amiga ¡Pero, aunque te lo diga miles de veces no me crees! ¡Es como estar hablando con una pared! ¡Ya estoy harto! - Responde con frustración, intentando mantener la calma. Noto que su mirada se dirige hacia mí, y yo volteo antes de cruzar miradas.

Por ilógico que parezca, me siento un poco molesta con él, y tal vez decepcionada. Sin querer seguir siendo testigo de esa discusión absurda, decido retirarme, aunque Josuke no tarda en alcanzarme.

-Hey Susu – Me detiene tomándome del brazo. Tal parecía que Okuyasu abandonó la discusión también y se fue por distinto camino. - Lamento que hayas escuchado eso, Okuyasu está muy raro últimamente jaja... - Intenta reírse incómodo al respecto, pero yo solo desvío la mirada para otra parte. - Tu... n-no creerás lo mismo que él ¿cierto? -

-No me importa- Respondo casi de inmediato, y siento que provoqué un momento de silencio abrupto. No me molesté en levantar la mirada a ver su expresión, pero noté que estaba un poco tenso. - Ojalá simplemente dejen de discutir ustedes dos... -

- ¡D-de verdad lo intento! - Responde él. - No sé qué le pasa... pero sospecho que en realidad...-

-Tal vez debas hablar con Fanny - Interrumpo yo. - Parece preocupada por ti, no para de molestarme con eso... - Me encojo de hombros como si no fuese de mi incumbencia.

Él parecía querer decir algo más, pero yo me excuso con que estoy ocupada y huyo otra vez como cobarde. Tenía miedo, y realmente no estaba segura de qué, pero creí que sería mejor si simplemente me hacía a un lado.

Fanny, por su parte, seguía intentando acercarse a mí. Cuando menos la esperaba, aparecía para ofrecerme galletitas que ella misma horneó. Luego intentó regalarme distintos dulces, desde caramelos, chocolates, hasta gomitas de ositos. Una vez en la biblioteca, al notar que yo no alcanzaba un libro se ofreció a alcanzármelo. Siempre que me encontraba a la salida de la escuela me volvía a invitar a llevarme en su scooter, y hasta me invitó a ir al centro comercial, ir a un spa o hacerme las uñas. Era bastante insistente, a pesar de que yo haya rechazado todas sus propuestas.

Le conté a Yukako sobre dichas experiencias, y ella me dijo que también le ofreció galletas, o favores como cargar libros por ella, pero que dejó de insistir tanto, y supuse que Yukako le intimidó. También me contó que Koichi aceptó sus galletas y comentó que eran buenas y no tenían nada de raro, aunque a Yukako eso no le agradó. Por parte de Okuyasu solo supe que siempre que aparecía él huía, casi como si fuese una peste.

Mi vida en MoriohDonde viven las historias. Descúbrelo ahora