Mi vida en Morioh

8- Las vacaciones que no había planeado

Él solo quería un amigo que le acompañase en estas vacaciones de verano, estaba segura que era así. Sin embargo, que un chico vaya a la casa de una chica, haga un acto humilde para ganarse el favor de su progenitora, y pedirle permiso para sacarla a salir, era sin duda una situación que podía dar un mensaje completamente distinto a la inicial. Si yo llegué a pensarlo, estaba muy segura que mi mamá también lo había pensado, y eso me mortificaba aún más.

- ¿Cómo podría negarme a una petición así? Claro que pueden salir – Mi madre responde de repente, bastante alegre y con una mano en su mejilla, y yo, al darme cuenta de sus pensamientos solo quiero gritar sumamente avergonzada, pero me reprimo. - Además, Susu ya has trabajado tan duro, puedes descansar y disfrutar un poco de tus vacaciones -

Josuke agradece bastante alegre y respetuoso con mi mamá, ignorando que me gustaría ahorcarlo en esos momentos. Claro que me gustaría salir a divertirme con él, pero la situación complicada en la que me está metiendo me vuelve loca.

-Ah, cierto, preparé un poco de limonada para Susu, pero tú también te lo mereces joven Josuke – Con tal de no espantarlo mi mamá podría llegar a actuar como un ángel con él.

Nos invita a dentro para tomar un breve descanso antes de continuar y ambos obedecemos para aliviar el agotamiento y calor. El cambio radical de actitud en ella me enferma, y le cuestiono si de repente ya no le molesta que Josuke pinte la cerca conmigo, y ella se ríe contestando que no puede hacer nada al respecto si Josuke quiere ayudar. Ambos se ríen como si fuesen cómplices y yo solo siento un tic en el ojo.

Terminamos de pintar la cerca, olvidándonos un poco sobre la competencia que acordamos en un inicio y concentrándonos en hacer un buen trabajo. Después de todo, no teníamos la intención de hacer que mi mamá se arrepintiese de su decisión. Tuve tiempo de descansar antes de prepararme para salir cuando Josuke se fue. Y, tal y como lo temía, mi mamá se volvió como una mosca; no paraba de perseguirme por la casa, molestándome.

Sus comentarios sobre lo lindo y caballeroso que era Josuke no tardaron en llegar. Decía que era obvio que yo le gustaba, que por eso vino a ayudarme, y que se esforzó para que pudiésemos salir juntos, y que no debería desperdiciar mi oportunidad con él. Y yo intenté hacer oídos sordos, para que esas ideas no se me infectaran en la mente y afectaran mi realidad.

Sé que mi ex novio no era tan encantador, el hecho que fuese mi novio y "ayudara" a que me mantuviese entretenida en Morioh era suficiente logro para ella. Sin embargo, noté que mi mamá tenía un mayor interés en Josuke desde la primera vez que se presentó a mi casa, como si le viese mejor partido para mí. No paraba de cuestionarme si él era mi novio, si lo iba a ser, y si él me gustaba, y yo siempre respondí que era solo un amigo.

A pesar de mi inseguridad, decidí vestirme con algo cómodo, casual y acorde con el clima de hoy. Una remera corta pupera con diseño de una estrella, pantalones jeans holgados por encima de mis tobillos con varios bolsillos donde guardar mis llaves y billetera, y mis propias manos. Unos tenis cómodos de calzado, un gorro para cubrirme del sol, mi reloj, algunos accesorios simples, y nada de maquillaje. No era nada demasiado producido, me sentía fresca y confiada con mi elección, y no estaba dando ningún mensaje en específico a malinterpretar.

Me despedí de mi mamá, insistiendo en que me iría a una salida de "solo amigos y nada más", pero ella me responde que me divierta, como si no me creyera. Simplemente cerré la puerta detrás de mí con un gruñido de fastidio. Tuve que mentalizarme en todo el camino con que, a pesar de lo que creyera mi mamá, esta no era una cita. No seríamos solo nosotros dos si Okuyasu y Koichi no estuviesen ocupados, y Josuke no me ve más que a una amiga, así como yo no lo veo más que un amigo. No había motivos para sentirme avergonzada. Hasta que veo llegar a Josuke.