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El comienzo de todo.

Julián.

Estoy acá en mi casa, jugando a la play con Enzo que anda de visita.

-Noooo, sos un tramposo Enzo ya no...- no terminé de hablar porque el timbre de la casa me interrumpió- Anda a abrir.

-Abrí vos, esta no es mi casa pajero- y tenia razón, así que fui.

No hay nadie, miré a mi alrededor y la calle está totalmente sola. Escuché un ruido a mis pies, que hace está caja aquí.

La abrí bien y no puedo creerlo, es un bebé, parece de unos 6 meses.

-ENZO- grité asustando a la nena y provocando su llanto.

-QUÉE- gritó desde adentro.

-Vení pelotudo- Hablé está vez un poco más bajo.

Después de renegar una vez, se acercó a paso lento y perezoso.

-Que q...- se quedo en silencio viendo a la bebé en la caja de cartón- ¿por qué hay una bebé en una caja fuera de tu casa, Julián?

-No sé Enzo, apareció de la nada- dije y agarre la caja con cuidado- ¿Qué la hago? ¿A dónde la dejo?

La llevé adentro de la casa, sacándola de la caja y colocándola sobre el sofá.

-Mira boludo, tiene una nota- dijo Enzo después de registrar la caja y no encontrar más que una mantita de bebé, una mamila y unos papeles.

-Léela, dale- la bebé no dejaba de mirarnos y me pone nervioso saber que puede hacer acá.

-"Ya no puedo tenerla conmigo, lamento haberla ocultado de ti este tiempo. Es tuya Julián Álvarez, te dejo los papeles para que te hagas cargo de ella legalmente..."- leyó la nota en un inglés malo, Enzo.

No, esto no puede ser. Como va a ser mía la nena si ni tengo a nadie. Debe de ser una broma.

-"...Se llama Zoe, ahora tendrá tu apellido. Tiene 6 meses y nació el 9 de octubre. Por favor no la dejes sola"-terminó de leer.

-Dame eso, más vale que sea una broma lo que leíste Enzo- dije son poder creerlo.

-A vos te parece una broma esto Julian, tenes a la nena a tu lado- me dijo alterado.

-No, no, no puede ser- efectivamente, la nota es real- No puedo tener una hija.

- Pues si puede ser, la tenes ahí pelotudo- me dijo- ¿Qué vas a hacer?

-Y no sé, la prueba de paternidad y hablaré con mi abogado y representante de esto- dije escribiéndole a mi representante.

-Te vas a hacer cargo, ¿no? Es tuya, tenes que hacerlo. No podes dejarla sola, es indefensa- la vena paternal de Enzo salió a flote.

-Justo ahora no sé nada Enzo, no entiendo como pasó esto y es una total sorpresa para mí- dije totalmente sincero.

-Por andar de pito flojo pasó esto. Y ahora tenes una nena con una wachina inglesa- dijo y sostuvo a la bebé en sus brazos- Sabrá cuantos más tenes en otro lado arañita.

-No hables así frente a la nena Enzo- sentí vergüenza a pesar de que sabía que aún no comprende bien de lo que hablamos- y no, siempre he sido cuidadoso con ese tema, por eso no entiendo nada y la prueba de paternidad urge.

-Bueno, más adelante veremos si no hay más- dijo y rió como si fuera un chiste todo.

...

Luego de contarle la situación a mi representante y aguantar un par de gritos de su parte, este contacto a un especialista para que efectúe la prueba de paternidad.

Nos dirigimos al laboratorio a donde se realizará la prueba, llevo a la bebé Zoe en mis brazos, profundamente dormida. Es una bebé hermosa, y una parte de mi no cree que está criatura tan linda e inocente pueda ser mía.
Tampoco puedo creer que tenga 6 meses, y si la mamá no la dejaba en la puerta, yo no me hubiera enterado nunca de su existencia.

Bajamos de la camioneta y entramos al laboratorio, mi representante se dirigió a la recepción para que la chica que atiende nos muestre el consultorio del especialista.

Una vez sentado y con mi brazo a punto de ser pinchado para sacar la muestra, la ansiedad se hizo más fuerte.
Ver a Zoe llorar luego de ella ser pinchada, buscando refugio y consuelo en mis brazos, me hizo plantearme como cambiaría mi vida luego de esos resultados.

-Tranquilo hermano, cual sea el resultado, todo saldrá bien- palmeó mi hombro Enzo.

Debemos esperar una hora para que nos den los resultados. Probablemente esta sea la espera más larga de mi vida.

La enfermera encargada de pinchar a Zoe le entregó un pequeño juguete que la mantiene entretenida.
Mientras juega tranquilamente aún sobre mi regazo, yo no dejo de pensar en quien será la mamá de la pequeña.

Siempre he sido cuidadoso con este tema, un hijo es algo que no es imprescindible para mí en estos momentos de mi vida.

40 minutos han pasado, y el silencio abunda en estas cuatro paredes. Enzo luego de varios intentos por mantener una conversación conmigo y fallar, se dio por vencido.

-Ya está lista la prueba- apareció el especialista, un minuto después de completada la hora.

-Por favor, dígame los resultados- dije impaciente.

Luego de una lectura general del documento con los resultados, finalmente llegó a la parte que me interesa.

-La menor es 99.99% compatible con el señor Álvarez- finalizó.

Sentí palidecer y todo a mi alrededor tornarse borroso. Está confirmado, la nena es mía y de ahora en adelante estará totalmente a mi cargo.

Se que mi vida cambiará al salir de este lugar, y la de la bebé también. Que le diré a mi familia, nadie se espera esto. Los medios de volverán locos y preguntaran quién es la madre o porque la tuve oculta durante este tiempo.

-Todo va a estar bien hermano, vamos- no sentí cuando Enzo agarro a la nena y la sostuvo entre sus brazos.

El camino a casa fue silencioso, mi representante dijo que se encargaría del papeleo para que yo pueda asimilar mejor la situación.

-¿Qué voy a hacer, Enzo?- me senté en el sofá, con mis brazos sobre mis rodillas y la cara entre mis manos.

-Vas a hacerte cargo de la nena, la vas a conocer y ella te conocerá a vos- puso su mano sobre mi espalda, dando pequeñas palmadas como apoyo.

-No estoy listo para ser papá, no tengo nada preparado para ella y...- me quebré.

-Ey, no te preocupes por eso bro. Nadie sabe como ser papá, es algo que se aprende- dijo Enzo-

-Ayúdame Enzo, vos tenes experiencia con los nenes y eso- dije.

-Na, alta paja, que te ayude mi hermana- dijo- ella tiene experiencia con los bebés también y vive acá en Manchester, está muchísimo más cerca que yo.

-Pero tu hermana no me soporta Enzo- dije, aunque nunca entendí el motivo de su aparente odio hacia mi.

-A vos, pero a esta criatura hermosa que tenes como hija no- miro a Zoe que dormía.

-Habla con ella porfa- dije- ahora más que nunca necesito ayuda de alguien.

Y si bien, no me llevaba del todo bien con la Fernández menor, sabía bien que ella tiene experiencia cuidando niños. Ha cuidado a los de Enzo y también fue niñera de los hijos del Dibu.

La selección, ese es otro tema. No creo que tomen a mal la noticia, pero si se van a sorprender, pues de todos ellos yo soy el que menos parecía que tendría hijos en este tiempo.

-Yo habló con ella Juli, ahora prepara tu tarjeta porque se te viene un gasto masivo de cosas para bebés- dijo Enzo- Y créeme que será grande, lo sé por experiencia. Pero en eso que te ayude mi hermanita.

-¿Cómo estás tan seguro que querrá ayudarme?- dije preocupado, pues se por Enzo que es un poco testaruda a veces.

-No sé, pero lo hará. Vos ahora tranquilízate.


...
Qué piensan?

Papá- Julián ÁlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora