Papá- Julián Álvarez

10

Cuidar de Zoe solo.

Julián.

Ayer decidí darle libre a Renata, la wacha no ha parado de molestarme con que debo de tener tiempo para Zoe y cuidarla.

Así que el día de ahora lo he destinado totalmente para mi hija.
No creo que sea tan difícil cuidar de ella, ya lo he hecho. Generalmente está dormida, pero no creo que cambie mucho el cuidado.

Son las 8:00 am y justo como Renata me dijo el otro día, Zoe ya despertó. Me acerco a su cunita y la veo sorprendido, está intentando ponerse de pie apoyándose de la cuna.

—Mira vo', que esta haciendo nenita— dije y ella al verme alzó sus brazos emocionada— Te vas a caer, amor.

Se rió y parece que de la emoción perdió el equilibrio y cayó sentada, me miró extrañada y alzó sus brazos hacia mí.

—Te dije que te ibas a caer— la tomé y me dirigí al cambiadero.

Luego de cambiarle el pañal sucio me dirigí a la cocina. Primer reto del día, dar de comer a Zoe.

No creo que sea tan difícil, veía a Enzo cuando le daba de comer a Oli y no lo veo complicado.

Le hice el desayuno como Renata me dijo ayer que lo hiciera. Ahora se viene lo bueno, que Zoe coma su desayuno.

—Tu desayuno hermosa princesa— dije.

Zoe solo vio su plato, intentó agarrar la cuchara y la llevó a su boca con mucha dificultad. Hizo eso unas cuantas veces, ya me estoy desesperando. Avanza muy poco.

—Vení te voy a dar yo— dije y agarre la cuchara— Abrí la boquita, aaaa.

La nena solo me vio y movió su cabeza, lo intenté tres veces más y siempre hizo lo mismo.
Creo que no quiere que yo le de de comer.

—Dale Zoe, te voy a dar yo para que comas más rápido ¿si?— acerqué la cuchara a su boca y de nuevo no.

Me desesperé y parece que Zoe también, pues empezó a balbucear y chillar enojada.
Mi celular empezó a sonar, me fijo y es Renata.

*Llamada con Renata*

—Holaa— escuché a Ren— ¿Cómo va todo?

—Hola Ren, sos mi salvación— dije.

—¿Qué pasó? ¿Todo bien? ¿Sucedió algo?— dijo preocupada.

—Nada malo, estoy dándole el desayuno a Zoe— dije mientras seguía intentando con la cuchara— y no lo quiere.

—¿no lo quiere?— sonó extrañada.

—No. Y lo hice tal cual me dijiste— dije.

—que raro, es su desayuno favorito— guardó silencio.

—Pues parece que ya no le gusta o no sé, pero me lo rechaza— dije desesperado.

Renata guardó silencio un momento.

—Julián, ¿le estarás dando vos la comida?— dijo— A Zoe le gusta comer por si sola, si vos le das la comida no le gusta.

Qué, así que eso era todo.

— Sí, he intentado dársela yo— dejé la cuchara y Zoe la agarró felizmente— me estaba desesperando que comiera tan lento, posta no imaginé que solo por eso la rechazara.