Hoy es la primera vez en la que no me aterra compartir la mesa con Sovieshu, compartimos dos comidas por semana por lo que el tiempo que pasamos juntos en nuestra vida diaria es limitado.
Con el paso del tiempo me dí cuenta de que en verdad amo a Sovieshu, o al menos lo que siento por él es incluso igual de fuerte que mi amor a mi puesto como Emperatriz. Aunque él me haga creer que siente lo mismo que yo muy en el fondo sé que me está mintiendo, lleva varios años tratando de ocultarme algo... Soy capaz de notarlo por su conducta hacia mí, en especial cuando estamos solos, lo único que me desconcierta es no tener idea alguna de lo que esconde Sovieshu; por más que trato de averiguarlo él siempre encuentra algún modo para intervenir en mi búsqueda. A pesar de todo, eso no influye en lo absoluto en los sentimientos que tengo hacia él.
—¿Se encuentra bien, Emperatriz? ¿Está enferma? —Me preguntó Sovieshu repentinamente mientras me observaba directamente a los ojos, en el transcurso de esos pocos segundos me percaté de que sus manos tenían un ligero temblor cada que rebanaba la carne que se encontraba en su plato.
—¿Y qué hay de usted, su Majestad? Hoy luce algo nervioso. —Dije casi de inmediato, esperando una respuesta justificada.
—Estoy perfecto. —Me respondió, su contestación estaba muy alejada de ser satisfactoria para mí.
Oh, Sovieshu... ¿Qué es lo qué te sucede?
—Bien, si no se siente cómodo conmigo está perfectamente bien. No lo obligaré a compartirme cosas que desea que permanezcan en secreto. —Traté de utilizar la psicología inversa para hacerlo cambiar de decisión, pero pareció que en realidad le agradaba la idea de que yo tuviera una mala percepción de él.
¿Tan poco debía importarle mi opinión? ¿A caso eso debe ser tan malo como para que tenga como prioridad ocultarlo?
No me importa lo malo que pueda ser, solo quiero obtener respuestas para saber porque cambió tanto.
—¿Recuerdas qué está sucediendo con el maná? Logré solucionar ese problema. —Cambió abruptamente de tema de conversación para evitar que aquel silencio abrumador predominara en el comedor.
—¿Qué es lo que ocasionaba la pérdida de maná?
—Al parecer alguien se encargó de colocar varias piedras en puntos estratégicos para evitabar que el maná fluyera, con un poco de perseverancia logré encontrarlas y me encargué de destruirlas. —Contó su gran hazaña algo cabizbajo. —Lo que me preocupa es que el maná está tardando en regresar, la mayoría de magos que lo han perdido lo están recuperando pero aún no tienen la suficiente capacidad para volver a controlar sus habilidades mágicas al cien por ciento.
—¿Es por eso que Evely aún no recupera por completo sus habilidades?
—Así es, por ahora no puedo hacer nada al respecto... He estado investigando pero sigo sin poder encontrar una solución efectiva que haga que los magos recuperen su magia de inmediato.
Esto no debe ser algo bueno... ¿Qué pasará si el maná no puede regresar en su totalidad? No podemos darnos el lujo de perder a nuestros magos, el hecho de que hay alguien que posiblemente intenta dominar el Imperio y que pronto nos declararán la guerra hace esta situación es más preocupante de lo que me imaginé.
—Quiero que estés cerca de Heinrey... Sé que él nos dará más pistas.
—¿Qué insinúa, su Majestad?
—¿Qué más podría insinuar, querida? —Me fulminó de inmediato con su mirada asesina, estaba siendo demasiado obvio pero sabía perfectamente que yo solo fingía demencia y que solo quería escucharlo directamente de él; escuchar que sospechaba que mi amante tenía algo que ver con la pérdida de maná.
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𝐌𝐢 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨.
FanfictionHistoria alternativa de la Emperatriz divorciada en la cuál el príncipe Heinrey se enamora del Emperador Sovieshu. (Rashta no estará embarazada y será menos imprudente que en la novela al igual que Sovieshu. Habrá personajes nuevos que no aparecen e...