•|6|•𝐌𝐢 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨. (3/3)

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¿Cómo había llegado hasta aquí?

Fué la pregunta que ambos se hicieron al llegar a la habitación, Sovieshu estaba completamente seguro de que sus sirvientes no iban a abrir la boca ya que las personas que eran de su 'propiedad' podían ser controladas con más facilidad, eran todo lo contrario a la Emperatriz; su gente podría adorarla pero en el fondo todos se sentían completamente libres y con el Emperador no pasaba nada parecido. La mayoría detestaba a Sovieshu, pero eran completamente leales, todos cargaban unas cadenas que iban atadas a él y por más que el Emperador no fuera del agrado de los antes mencionados comprendían que no tenían ningún derecho sobre opinar y manchar su imagen. Heinrey aún no lograba entender del todo algo así, mientras caminaba se aseguraba de mirar hacia todos lados para evitar ser observado por alguna alma en aquel palacio. Sovieshu abrió la puerta, Heinrey entró primero y después el Emperador. Cuando ambos ya se encontraban dentro decidió cerrar la puerta con su llave.

—Estoy impresionado, me imaginaba que la habitación sería más modesta pero veo que no es así. Superó mis expectativas. "

—Oh, sí. Hace algún tiempo los dos palacios fueron remodelados, incluyendo todas las habitaciones. ¿Puedes ver los detalles dorados de allá? La Emperatriz fué quien lo eligió, al igual que el acabado del suelo, la forma de las ventanas y el estilo de los candelabros.

—La Emperatriz tiene buen gusto.

Sovieshu observó detenidamente a Heinrey de pies a cabeza y le mostró una sonrisa.

—Sí, tienes razón.

Heinrey siguió caminando por los alrededores de la entrada de la habitación, admirando cada detalle de la antes mencionada mientras que el Emperador lo observaba en silencio. Era irónico, tenía en su habitación al amante de su esposa y lo trataba como se trata a un colega. Al cabo de un rato se percató de cual era el verdadero motivo por el que se encontraba ahí.

—Disculpe, estaba tan maravillado que olvidé que...

—No te preocupes, yo también lo estoy...~ —Lo interrumpió y en un acto de impulso caminó hacia él quien aún seguía de espaldas para arrinconarlo en la pared y lo envolvió en sus brazos, pegando su cuerpo con el del Príncipe. El pelirrubio pudo sentir los brazos del Emperador envolviendo su cintura, su mano izquierda que tomaba con firmeza sus pectorales apretándolos suavemente y como se había encargado de pegar el trasero de Heinrey a su entrepierna.

—Uhg... ¿Qué está haciendo...?" Preguntó exaltado ante el cambio de actitud repentino de Sovieshu.

—¿Creíste que podrías engañarme, admiradora no correspondida? Desde que recibí la primera respuesta supe que eras tú, pero me da exactamente lo mismo si eres tú quién está detrás de esta farsa. —Recargó su cabeza en el cuello del pelirrubio quien tenía la cara completamente enrojecida; se sentía verdaderamente avergonzado.

El olor embriagador que tenía Sovieshu hizo que Heinrey relajara su cuerpo, era un olor fuerte sin llegar a ser empalagoso pero tampoco era desapercibido, aquel olor hacía que se sintiera bien, muy bien.

—Cada nota que recibía me hacía sentir cada vez más excitado, resolví todas mis dudas en el momento en el que te mencionaste a tí mismo en la carta.

Había sido descubierto desde un principio, pero en aquel momento le daba pena comentar que aquellas cartas eran originalmente para la Emperatriz Navier y no para el Emperador. Aún así quiso seguir adelante.

—¿Y bien, no dirás nada?

—Puedo sentir como su polla roza mi trasero...~ Es suave...~ —Encorvó su espalda y pegó aún más aquella parte al entrepierna del Emperador. Él lo soltó y recargó ambas manos en la cintura de Heinrey.

𝐌𝐢 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora