Alrededor de las siete de la noche Navier estaba sentada en el trono al igual que Sovieshu, frecuentemente hacían este tipo de conferencias dos veces por mes para tratar con las peticiones de nobles, plebeyos e incluso de algunos empleados. Quedaba la última persona que tenía deseos de hablar con ambos, la sala se se encontraba vacía.
—Su Majestades, me presento... Mi nombre es Alice, Alice Jones Rolkt. Y solicité esta audiencia porque...
—No, no, no... —Comenzó a tener un leve ataque de ansiedad al escuchar tal apellido. Era el mismo apellido de Nadia, pero sabía que Alicia no tenía ningún parentesco con la antes mencionada ya que aquel apellido era bastante común en el Imperio Oriental. A pesar de todo, el simple hecho de escucharlo le provocaba escalofríos.
—¿Su Majestad, está todo en orden? —Preguntó Navier en voz baja, su esposo negó con la cabeza de inmediato. —Le ofrezco una gran disculpa pero ambos nos encontramos indispuestos, tendrá que esperar hasta el siguiente mes.
—¡¿Qué?! Pero yo... —Intentó acercarse pero uno de los guardias la detuvo.
—Es la decisión del Emperador y la Emperatriz, debe acatar sus órdenes. —Habló severo aquel hombre de armadura resplandeciente.
La mujer agachó la cabeza confundida, no entendía en lo absoluto porque el Emperador y la Emperatriz tenían ese comportamiento con ella, tal parecía ser que en especial el Emperador tenía inconvenientes con su presencia.
—Oh, de acuerdo... Comprendo. —Se retiró algo molesta.
Los guardias salieron de la sala dejando al Emperador y a la Emperatriz solos, decidieron que era mejor darles su propia privacidad y se quedaron en las puertas para escoltarlas.
De inmediato Sovieshu se levantó de su trono, Navier hizo exactamente lo mismo y se acercó a él para ver si lo podía ayudar en algo. Posó ambas manos en las mejillas del Emperador y lo observó fijamente.
—¿Qué le sucede, Sovieshu? Es extraño que te pongas así de repente, ¿le sucede algo? ¿Pasó algo entre Alicia Rolkt y usted? Esa expresión en su rostro no me gusta nada.
—¿Hay algo en mí que te guste? Parece ser que no hay nada que tu esposo posea que sea de tu agrado...
—No quiero que desvíes el tema, ¿de acuerdo? Te pregunté algo... ¿Por qué se pone así, qué es lo que pasa con Alicia? —Lo interrumpió.
—No está pasando nada, solo que... —No terminó de hablar cuando un gran nudo se formó en su garganta, parecía ser que le costaba tan siquiera hablar.
Navier no pudo ignorar el hecho de que el Emperador comenzara a tener dificultades para poder expresarse, a pesar de que él constantemente era cruel con ella se seguía preocupando por Sovieshu.
—No es la primera vez que le veo así, ¿es que acaso no me tiene la confianza suficiente? Soy su esposa, ambos crecimos juntos; prácticamente nos conocemos de toda la vida. ¿No soy lo suficientemente cercana para usted, es por eso qué no quiere hablar?
Él seguía callado, parecía un niño pequeño incomprendido. Las manos cálidas de su esposa no lograban tranquilizarlo, le molestaba el hecho de que ella pensara que era culpable cuando no era así. Sin quererlo sus mejillas poco a poco se humedecieron con sus propias lágrimas, hacia todo lo posible por evitar llorar pero su cuerpo se negaba a hacerle caso. Sus emociones se habían apoderado de él.
—Sabe que puede contar conmigo en lo que sea, no solo soy su esposa, también soy su amiga. —Ver a Sovieshu plasmado hizo que por unos momentos se olvidara de todo lo que él había hecho. Ella sufría con él, su compasión le hacía sentir la tristeza del Emperador. —Sovieshu... ¿Qué te sucede?
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𝐌𝐢 𝐅𝐫𝐮𝐭𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨.
FanfictionHistoria alternativa de la Emperatriz divorciada en la cuál el príncipe Heinrey se enamora del Emperador Sovieshu. (Rashta no estará embarazada y será menos imprudente que en la novela al igual que Sovieshu. Habrá personajes nuevos que no aparecen e...