DAÑADO (Libro III)

CAPITULO 5

SEOKJIN

Creo que me he vuelto a quedar dormido porque doy un respingo cuando oigo cerrarse la puerta principal. Supongo que Taehyung ha vuelto de su cita. Intentaba esperarlo despierto. Puede salir con quien quiera, pero me pone muy nervioso que quede con desconocidos desde la aplicación de su teléfono. Lo sé, es la norma ahora, pero aun así da miedo. Entra primero en mi habitación, deja las llaves sobre la cómoda y va vestido con unos bonitos vaqueros oscuros y una camiseta negra abotonada con el pelo peinado.

—Hola. Has llegado pronto.

Se encoge de hombros, se quita los zapatos y se sube a mi cama. —Sí. La cita fue una mierda.

—¿Cómo? —Intento que mis ojos lo recorran sutilmente, buscando cualquier prueba física de que este tipo sea un imbécil. Todo mi cuerpo se pone rígido ante la idea de que alguien le haga daño.

Se ríe y pone los ojos en blanco. —Relájate. —Me pone una mano en el antebrazo. —Sólo fue aburrido. Y ya sabes... —Me hace un gesto para que me tranquilice, y odio eso. Ya debe saber que puede contarme cualquier cosa.

—No, no lo sé. Dímelo.

—Era agresivo. —Frunzo el ceño y él vuelve a poner los ojos en blanco. —Lo que me gusta cuando se hace bien, pero no sé.

Se detiene, y no puedo quitarme de la cabeza la palabra agresivo. —¿Te ha hecho daño?

De nuevo, mis ojos lo recorren, pero no veo moretones ni arañazos. —No. Así no. —Suspira, tumbado de lado con la cabeza apoyada en la mano. —Me gusta que un chico se haga cargo, incluso que me zarandee un poco, pero él era demasiado confiado. Y no tenía motivos para estarlo. Fue descuidado. Besaba como un pez.

—Entonces, ¿qué hiciste?

Se pone boca arriba y se encoge de hombros con un profundo suspiro. —Le hice una paja y me fui.

—¿Qué? —Lo miro horrorizado, y él entrecierra los ojos.

—No me avergüences.

Levanto las manos delante de mí. —Nunca lo haría. Sólo quiero decir que, si no era bueno, ¿por qué seguiste adelante con ello?

—No lo sé, él ya estaba casi allí. Y no es su culpa que sea un maldito deportista que sabe besar como una mierda. Al menos tenía una buena polla.

Resoplo, con el enfado burbujeando en mi interior. —Te mereces algo mejor que eso.

—Eres de los que hablan—, dice en voz baja, y hago una mueca.

Sé que le molesta que no intente volver a salir con alguien, pero no me interesa. Es demasiado trabajo. Demasiada historia para tener que repetirla.

—Mi mano derecha y yo estamos bien. —Lo miro fijamente mientras me apoyo en la cabecera de la cama. —¿Eso significa que no te has corrido?

Se ríe sin gracia y se tapa los ojos con el antebrazo. —Sabemos demasiado el uno del otro.

Vuelvo a fruncir el ceño. —No, no sabemos demasiado. Sabemos lo justo.

—Lo sabemos todo porque no tenemos límites. —Suelta el brazo y gira la cabeza para mirarme. —Y no, no lo hice. Le dije que estaba bien y me fui.

—¿Era tan malo que preferiste dejarte en bolas azules?

Vuelve a encoger sus hombros. —En realidad no estaba por la labor. Debería haberlo estado. Él quería hablar antes de que empezáramos a bailar, y luego hablaba mientras intentaba bailar. Y todo era sobre él. Y ni siquiera podía decirte lo que decía, estaba tan aburrido.

—Pero aun así te liaste con él—, digo, sin intentar juzgar y sin preguntar realmente, pero me gustaría que supiera exactamente lo buen partido que es. Que alguien lo tratará bien algún día, y que no tiene que aguantar a estos perdedores.

—Estaba bueno—, dice sonriendo.

Pongo los ojos en blanco y me da un puñetazo juguetón. Lo atraigo hacia mí y apoya la cabeza en mi vientre desnudo. No me he molestado en ponerme nada después de ducharme. No tenía planes de ir a ningún sitio.

—¿Por qué no vuelves a ir a las reuniones? —me pregunta en voz baja, con la voz apagada mientras se acurruca contra mí.

—Me siento como un fraude yendo allí—, le respondo con toda la sinceridad que puedo.

—¿Por qué? —No me mira.

—Están ahí para problemas de verdad, Taehyung. —Le paso la mano por el pelo, la acción me relaja ligeramente. —Traumas reales. Amantes abusivos. Sobrevivientes de tiroteos y atentados masivos. ¿Y yo voy allí y qué? ¿Decir que he tenido un accidente de coche? ¿Sabes cuánta gente tiene accidentes de coche al día?

—Tu trauma no es menor que el de ellos.

Pero lo es. Me siento como un completo idiota cuando voy allí y hablo de un accidente de coche en el que no sufrí ninguna dolencia a largo plazo. Yo estaba bien. Unos pocos puntos, y estaba bien. —Simplemente no puedo. No me siento bien.

—¿Quieres que vaya contigo?

Sonrío y le acaricio el pelo. —No. Quiero que lo dejes. No necesito ir en coche. Estoy muy bien.

No discute conmigo, pero noto la tensión en su cuerpo. Quiere decir tantas cosas. —Iré contigo si cambias de opinión.

—Lo sé. ¿Quieres ver una película o algo?

Él asiente con la cabeza y yo sonrío, feliz de que esta conversación haya terminado por ahora. De nuevo. Porque siempre vuelve a surgir. Y yo siempre la cierro.

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