DAÑADO (Libro III)

CAPITULO 31

SEOKJIN

Cuando llego a casa del trabajo y de mi reunión, no me sorprende ver a Hyungsik, Seojoon y Jisoo sentados con mi novio en el salón. Me pregunto si se lo habrá dicho, hasta que Jisoo levanta un vaso lleno de lo que parece un margarita y sonríe, anunciando a voz en grito: —¡Ya está aquí el novio! Hola, novio—, dice dulcemente en un tono burlón y simpático.

Taehyung se sonroja, y Hyungsik y Seojoon sueltan una carcajada. Me acerco a Taehyung, agarro su cara entre mis manos y le planto un beso en los labios. —Supongo que se lo has dicho.

—Se los dije.

Le sonrío deslizándome en el sofá entre el y Jisoo, haciéndola refunfuñar sobre mi culo aplastándola y lo beso de nuevo. —Bien. Me alegro.

—Uf, son tan lindos que da asco—, se burla Hyungsik, pero me guiña un ojo cuando Taehyung le da la espalda.

—Deberíamos salir—, dice Seojoon entusiasmado, colocando su margarita en la mesita frente a él.

—Oh, sí—, asiente Jisoo.

Taehyung me mira nervioso, como si estuviera a punto de decepcionarlos fácilmente, pero lo interrumpo. —Suena divertido. Déjame ir a cambiarme.

Me levanto de un salto y me dirijo a mi habitación, pero no me sorprende en absoluto cuando siento a Taehyung pisándome los talones. —No tenemos que salir.

Me giro hacia él, le pongo las manos en las caderas y lo atraigo hacia mí, besándole los labios. El beso se calienta muy rápido y me pierdo en sus labios y en su sabor, salado y dulce por las margaritas, y me duele la polla. Estoy a punto de mandar a la mierda a la gente del salón, pero recupero la cordura y me echo atrás.

—No. Deberíamos ir.

Respira agitadamente, parpadea y sigue aturdido. —¿Qué?

Me rio y le doy una palmada en el culo. —Deberíamos salir. Me apetece. Probablemente preferiría que fuera a algún sitio donde pudiéramos ir andando esta noche, pero me estoy preparando para tomar un Uber a algún sitio más lejos algún día.

Enarca una ceja y cruza los brazos sobre el pecho mientras me estudia. —¿De verdad? ¿Estás seguro?

Asiento con la cabeza y me quito la ropa de trabajo, que en realidad es de repuesto porque me duché antes de la reunión y me la puse. No quería oler mal. —Seguro.

Me mira mientras me desnudo, y me gusta, mi polla sigue semidura, pero no voy a dejar que me distraiga. Me pongo rápidamente una camisa y unos vaqueros y me arreglo el pelo en el espejo que hay encima del tocador mientras él me abraza por detrás. —Eres increíble—, me susurra al oído, haciéndome estremecer.

—Tenemos que irnos o no iremos nunca—, digo sin aliento, y entonces los dos nos reímos cuando Jisoo grita desde el salón.

—¡Okey, en serio, vénganse ya, así nos ponemos en marcha!

Taehyung pone los ojos en blanco y me agarra de la mano, llevándome al salón. —No se ha venido nadie. Se estaba cambiando.

—Todavía no se ha venido nadie—, le digo, apretándole la mano. —Tengo planes para más tarde.

Taehyung se sonroja de nuevo, y es tan jodidamente lindo que quiero tirar de él de vuelta al dormitorio. Jisoo hace un mohín, sacudiendo la cabeza. —Qué injusto.

—De acuerdo—, dice Hyungsik, saltando y besando a Yeontan en la cabeza. Está durmiendo y no da señales de querer levantarse de su cama. Está prácticamente entrenado para salir fuera a hacer sus necesidades, su antiguo dueño es realmente un puto idiota porque este perro es extremadamente listo, pero por si acaso, dejo fuera un orinal para cachorros y nos despedimos de él.