DAÑADO (Libro III)

CAPITULO 35

SEOKJIN

—Hice un viaje de dos horas a casa y también pude volver. Fue increíble—, digo, todavía totalmente asombrado mientras cuento el fin de semana pasado a los asistentes de la reunión.

Y de acuerdo, puede que todavía me sienta un poco ridículo por presumir de haber sido capaz de estar en un coche durante dos horas seguidas, pero esto es algo grande. Me siento casi invencible, como si pudiera hacer cualquier cosa. Y es una locura total. Pero la forma en que todos me miran, como Taehyung y mis padres, con el orgullo brillando en sus ojos, me hace sentir aún mejor.

Y sí, todavía me cuesta subirme a un coche. Creo que seguirá durante un tiempo, pero hoy he ido con Taehyung al campus sin sobresaltos. Así que, ahí está eso. Pasitos a pasitos, supongo. Me siento completo de nuevo de una manera que no había sentido desde ese día. Todavía no entiendo por qué sobreviví al accidente, pero estoy aprendiendo a aceptar que lo hice. Y que necesito ser feliz con eso.

Estoy trabajando en ello. Pero ya no me siento tan dañado como antes. No me siento totalmente arruinado. Entrar en ese coche y viajar a casa de mis padres cambió algo para mí. Ver el orgullo en las caras de mis padres. En la de Taehyung. Decirles que estoy enamorado. Todo se siente más ligero ahora. Y creo que eso es todo lo que puedo pedir.

Y les cuento todo esto, parloteando sin parar sobre lo feliz que soy, y ninguno de ellos parece molesto. Cuando por fin termino mi parte, Yoongi está a punto de hablar cuando irrumpe por la puerta un hombre joven de pelo rubio y aspecto totalmente desaliñado. Pero no está solo. Lleva un pequeño bebé agarrado al pecho, y no puedo evitar pensar que está en el lugar equivocado.

—¿Es esto Rayos de Ilusión?

Supongo que no está en el lugar equivocado después de todo. Aunque parece angustiado.

—Sí—, dice Yoongi con profunda preocupación en el rostro mientras se levanta y se acerca al hombre.

—Soy Huening Kai. Esta es Bahiyyih. —Señala a la bebé, que parece profundamente dormida

—Hola—, dice Yoongi con cautela. —¿En qué podemos ayudarle?

El hombre se pasa una mano por el pelo, casi aterrorizado, y mira a su alrededor, al círculo de gente que lo mira a él y a su bebé. —Yo… —Parece aterrorizado. —No lo sé. No puedo. El nombre es Rayos de Ilusión, y yo definitivamente no tengo nada de eso.

—Muchos de nosotros nos sentimos así al principio—, dice Jimin con cuidado.

Kai mira a Jimin y luego a Yoongi. —No creo que nadie pueda ayudarme realmente. —Baja la mirada hacia la adorable bebé que tiene en brazos. —Mierda, no sé qué demonios estoy haciendo.

—Podemos ayudar—, dice Yoongi con suavidad. Puedo verlo en él. Se muere por ayudar a este hombre. Está en su naturaleza.

Y Dios sabe que este grupo ha hecho maravillas por mí. Y todos los demás aquí. Al principio, no lo creía. Pensé que podría ayudar a la gente con lo que yo pensaba que era un trauma real, pero recientemente me he dado cuenta de que no hay tal cosa como un trauma real o falso. Que si te parece real, si te está haciendo daño, entonces importa. Ellos me ayudaron a ver eso, y no me cabe duda de que también pueden ayudar a Kai.

Parece asustado y niega con la cabeza. —No. Lo siento. Ha sido un error. Lo siento. —Empieza a retroceder hacia la puerta y Yoongi se acerca a él, pero el hombre se da la vuelta y huye. Ha desaparecido. La puerta está cerrada cuando Yoongi llega a ella. Da media vuelta, pero luego abre la puerta y sale corriendo.

—Mierda. Yoongi está en una misión—, dice Jungkook, rodeando a Jimin con el brazo.

—Ese hombre necesitaba ayuda. Espero que lo atrape. —Jimin se apoya en Jungkook.

—En mis tiempos de zorra, lo habría ayudado encantado—, dice Jackson, prácticamente babeando.

Namjoon, que está a su lado esta noche, refunfuña: —¿En serio?

Jackson se ríe alegremente de su enfado. —No te preocupes, tengo las manos ocupadas contigo. No tengo tiempo para ayudar a nadie más. —Sonríe, y aunque le encanta hacer refunfuñar a su hombre, está claro lo mucho que esos dos se aman.

Yoongi vuelve momentos después, con la tristeza escrita en su rostro mientras se reincorpora al círculo. —Se ha ido.

—Volverá—, dice Jungkook con una sonrisa tranquilizadora.

—Siempre vuelven—, dice Namjoon con una sonrisa burlona.

Yoongi pone los ojos en blanco ante los hermanos Jeon, pero parece que también cree que volverá. Porque así es él, siempre está tratando de ayudar y repartiendo esperanza.

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