CAPITULO 25

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TAEHYUNG

Seokjin llega a casa un poco más tarde de lo normal, pero cuando oigo ladridos en la puerta, sé que esta noche es diferente por otra razón. Abre la puerta y un cachorro entra en nuestro apartamento, ladrando alegremente mientras corre hacia mí arrastrando una correa.

—Bueno... —Le rasco las orejas porque es muy lindo. Levanto la vista. —¿Seokjin? ¿Qué pasa?

Cierra la puerta tras de sí y deja una bolsa de comida al lado del sofá junto con una bolsa de la tienda de mascotas antes de sentarse a mi lado. —Umm... Creo que he adoptado un cachorro.

—¿Qué? —El cachorro en cuestión salta a mi regazo, ladra e intenta lamerme la cara. Me rio y le acaricio las orejas. —¿En serio?

—Lo siento. Debería haber hablado antes contigo. —El cachorro se acomoda entre nosotros en el sofá. —Es que su dueño era un imbécil. Dijo que estaba dañado y exigió que le devolvieran el dinero. No pude soportarlo.

Mis ojos se suavizan aún más cuando miro a Seokjin, que está entrañablemente nervioso. —¿Cómo puede alguien pensar que está dañado? —Miro al adorable cachorrito, con las orejas levantadas y los ojos adormilados mientras le acaricio la cabeza.

—Lo sé, ¿verdad? El tipo dijo que estaba sordo, pero oye perfectamente.

—No debe hablar idioma imbécil—, digo, y Seokjin parece relajarse lentamente.

—Lo siento. Sé que debería haber hablado contigo primero. No fue una buena jugada de novio, pero todo pasó muy rápido.

Sonrío cuando dice que es mi novio, me gusta cómo suena, probablemente demasiado. —No pasa nada.

—¿Estás seguro? No quiero joder esto contigo, pero no podía irme así. No podía dejarlo allí.

Se me rompe el corazón por él y le agarro la mano, molestando un poco al cachorro que ahora ronca entre nosotros, pero él vuelve rápidamente al modo sueño. —Nada va a joder esto conmigo.

—Pero sigues nervioso por lo nuestro.

Parece asustado, y odio eso. Sé que mis problemas de confianza le han hecho esto, y me mata. —No. —Sacudo la cabeza y le aprieto la mano. —Sé que estás metido de lleno en esto. Y quería ir despacio porque tenía miedo, pero no creo que ir despacio sea realmente una opción para nosotros.

—¿No lo crees? —Juro que parece tan feliz.

Me rio. —No. No lo creo. Nos conocemos demasiado bien y desde hace tanto tiempo. Es imposible ir despacio. Y la verdad es que no quiero.

Ahora está radiante, con una sensación de alivio escrita en la cara. —Yo tampoco quiero. Pero aún tengo un poco de miedo de joderlo todo.

—No lo harás. —Eso no me preocupa en absoluto. Se inclina y me besa suavemente, intentando no molestar a nuestro nuevo cachorro. —Así que ahora tenemos un cachorro, ¿eh?

Sonríe y se echa hacia atrás, apoyando las manos en mi muslo. —Si realmente no lo quieres, Jungkook y Jimin tienen una casa grande, con un gran patio trasero. Probablemente pueda convencerlos de que lo adopten.

Pienso en eso. Sobre su vida aquí en este pequeño apartamento con nosotros. Y tal vez sería mejor para él tener un patio grande, pero no habrá nadie vivo que lo quiera más que Seokjin. —No. Quiero decir, tal vez algún día tengamos una casa con un patio grande, pero por ahora, creo que estaremos bien.

Gira la cabeza para mirarme, su sonrisa grande y presente en su cara. —¿Sí? ¿Quieres eso?

Asiento con la cabeza. —Lo quiero. Lo quiero todo contigo.

Parece como si le acabara de prometer el mundo entero. —Eso suena bastante permanente, Taehyung. Cuidado, podría tener ideas.

Me rio. —Me parece que ya has tenido esas ideas.

Él asiente con la cabeza, sin discutir en absoluto. —Oh, eso seguro. Tengo todos los planes.

Me sorprende lo rápido que se abrió a estar no sólo en una relación, sino en una relación con un chico. Pero en realidad no debería sorprenderme en absoluto. Antes de su trauma, Seokjin era un tipo decidido, que conseguía lo que quería.

Suspiro, apoyándome en el sofá. —Sé que dudaba, pero estoy en esto contigo.

Me doy cuenta de que se siente aliviado. —Necesitaba oír eso. Haré todo lo que pueda para ser el novio perfecto, y sé que la he cagado esta noche.

—No la has cagado. —Me apresuro a decirlo porque no quiero que se lo crea ni por un minuto.

—Todavía estoy... —Me giro para mirarlo, notando sus nervios. Su lengua sale, mojando su labio inferior, y lo veo respirar hondo y luego exhalar. —Todavía estoy bastante mal. Ya lo sé. Pero lo estoy intentando. Quiero intentar volver a subirme en un coche pronto.

—No necesitas apresurarte. —No quiero que lo haga por mí.

—Quiero ser mejor—, dice con tanta sinceridad que juro que casi me mata. Es tan bueno y no tiene ni idea.

—Seokjin, ese accidente no te quitó nada. No te lo quitó. Sigues siendo el mismo hombre que siempre me ha importado.

—Tengo miedo. —Traga grueso, sus ojos vidriosos. —Todavía estoy jodidamente aterrorizado. Sé que no es lógico.

—¿Quién dice que no es lógico? —le pregunto, agarrándole la mano. —Podrías haber muerto, y tuviste que enfrentarte a eso. Me parece perfectamente lógico.

Sacude la cabeza. —No he muerto.

—No. —Aprieto su mano con fuerza entre las mías, amando el calor y la fuerza que siento de él. —No has muerto. Y estás haciendo todo lo posible por vivir. Estás haciendo todo lo que puedes, y tienes que ser paciente contigo mismo.

—Estoy molesto conmigo mismo la mayor parte del tiempo.

—Bueno, no lo estés porque resulta que me encantas y... —Me detengo. Mierda, casi digo la palabra con A. Hablando de ir demasiado rápido. —Me gusta exactamente quién eres.

Me estudia detenidamente, sonriendo con complicidad, pero no me llama la atención. —Soy un hombre afortunado—, dice con una gran sonrisa, acomodándose en el sofá con nuestro nuevo cachorro entre nosotros.

Sé que lo cree de todo corazón. Que él es el afortunado. Pero la verdad es que soy yo. Estoy enamorado de mi mejor amigo. Y tengo mucha suerte porque creo que él también puede estar enamorado de mí.

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DAÑADO (Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora