CAPITULO 17

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SEOKJIN

—Wow. ¿Qué pasa? —Me saluda Jimin, que parece realmente preocupado por mí, y sí, supongo que mi cara es probablemente bastante reveladora. Llevo días de mal humor. Desde el viernes.

—Oh, sí. —Jackson está de pie junto a Jimin ahora, evaluándome. —No tienes buen aspecto.

—Gracias—, refunfuño, intentando pasar por delante de los dos para fichar por mi turno.

Ha sido un día largo. Demasiadas clases. Demasiado tiempo libre para obsesionarme con Taehyung cuando me dirigía a ellas y luego al trabajo. Cree que lo estoy utilizando. No he hablado con él desde esa mañana. Hemos estado vagando por el apartamento como dos extraños que son compañeros de piso. Callándonos educadamente. Yo retirándome a mi habitación en cuanto llego a casa. Él no viene a hablar conmigo.

Ha invitado a Hyungsik, Seojoon y Jisoo un par de veces. Me miran como si supieran que pasa algo, pero no dicen nada. No bromean ni se burlan. Sólo miradas tristes y compasivas que odio. Sin embargo, no he perdido a Jimin y Jackson. Los dos me siguen mientras ficho y saludo con la cabeza a Soobin, que al parecer está trabajando esta noche y no presta mucha atención a los preocupados hombres que tengo detrás.

Me doy la vuelta para mirarlos, esperando a que hablen, y es Jackson quien lo hace primero. —No te ofendas, porque no es que seas Sr. Solcito ni nada de eso, pero hoy pareces muy destrozado. ¿Estás bien?

No sé qué me hace admitir la verdad, pero me parto. —Besé a mi mejor amigo.

Ambos abren los ojos sorprendidos, y Jimin parece complacido. —¿Besaste a Taehyung?

Asiento y Jackson pregunta: —¿Y fue malo? Porque pareces muy disgustado. Deberías arreglarlo. Besar a tu mejor amigo es bueno, ¿verdad?

—No. —Sacudo la cabeza, sintiéndome un poco traidor por hablar de Taehyung a sus espaldas, pero él fomenta la terapia, y estos dos están en mi grupo de apoyo a veces. —Fue genial. Jodidamente genial.

—Sí. Entonces tu cara está haciendo lo incorrecto. —Jackson me señala la cara y pongo los ojos en blanco.

Jimin se ríe pero le niega con la cabeza a Jackson. —Para. —Me mira. —¿Qué ha pasado?

Camino hacia la lavandería, con ganas de mantenerme ocupadomientras ellos husmean en mi vida. Pongo la lavadora en marcha y los dos esperan.

—Me devolvió el beso. Pensé que él también lo quería, y sentí que volaba. —Juro que Jackson suspira soñadoramente, pero no me siento feliz. —Pero entonces, me apartó.

Jimin escucha atentamente. —¿Dijo por qué?

Hago fuerza para contener la bilis que me sube por la garganta, me duele el estómago al pensar en el día siguiente. —No enseguida. Nos fuimos a dormir a nuestras habitaciones y, al día siguiente, me acusó de utilizarlo. Dijo que sólo lo besé porque necesitaba consuelo o algo así.

Mi voz sale enfadada, y espero a que mis amigos me digan que eso es una locura. Que Taehyung está siendo un imbécil, aunque eso me cabrearía porque nadie puede hablar así de Taehyung. Pero no lo hacen. Los dos se quedan ahí de pie, con cara de pocos amigos.

—¿Qué?

Jimin se aclara la garganta. —Entiendo que pueda pensar eso.

—¿Qué? —Vuelvo a preguntar, horrorizado. —¿Cómo puede alguien pensar que yo usaría a Taehyung? Nunca le haría eso.

Jackson da un paso adelante, con una mirada apaciguadora en su cara como si pensara que soy un animal salvaje a punto de estallar. —Lo sabemos. Créeme, pero ustedes son amigos desde hace mucho tiempo.

DAÑADO (Libro III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora