O13

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El caballero regresó al castillo y directamente busco al heredero, al no volverlo a encontrar supo que estaba en el único lugar que le gustaba.

El jardín.

Cuando llegó noto al cobalto de rodillas cerca de los mismo cultivos que le había enseñado el primer día de haberse conocido.

—¿sonic? —quiso llamar la atención del príncipe. —¿que hace?

—mis plantitas tienen hongos en sus hojitas... —se escucho con un tono de decepción. —soy la peor persona del mundo.

—solo son hongos... Es normal en una planta. —contestó sin importancia.

—oww... ¿Cómo se les quita eso?

—no lo se, debe haber alguna persona que sepa de botánica.

—mhn... —se levantó inconforme y lleno de lodo en su cuerpo y pecho color melocotón. —que lastima...

—no se desanime... —soltó mientras limpiaba el pecho del contrario. —solo dele la orden a un trabajador para que rescate su planta.

—si... —no le había dado tanta importancia la acción de su caballero pues lo preocupante ahora para el eran sus cultivos.

—debo hablar con usted.

—yo también debo.

Ambos se miraron al mismo tiempo y al cruzar miradas las apartaron torpemente.

—hable usted primero. —dijo el cobalto.

—no no, usted primero después de todo es el príncipe y yo seguiré sus ordenes.

—bien... Mi padre a dicho que tenemos que hacer un viaje al reino algo lejano del nuestro, dicen que tienen un acuerdo. —explico. —y esta vez es mi deber saber que es lo que quieren.

—¿eso cuando sería?

—en unos días... No me han aclararon un día exacto realmente... Pero supuse que tres o cuatro días, ¿por que?

—por nada...

—Lancelot, ¿tenemos confianza verdad?

—si.

—dígame la verdad.

—tengo una misión que debo hacer ahora mismo y es algo lejos de aquí.

—¿que clase de misión?

—debo encontrar una espada sagrada.

—¿el rey le a ordenado tal misión?

—no...

—¿Planeaba desaparecer así de la nada? ¡Eso es imperdonable Lancelot! Le doy libertad pero no más de la que le puedo dar. —reclamo. —usted no se manda solo.

—lo lamento alteza he ido muy rápido y he abusado de su confianza. —dijo entre dientes.

—nada de eso yo solo... —se quedo callado.

El azabache espero otro reproche absurdo del heredero pero al no recibirlo se quedo esperado alguna respuesta más.

—¿eso es importante para usted? —volvió a escuchar la voz del príncipe.

—si. —contestó al instante.

—esta bien... Hablaré con la corte noble y si me proporcionan los días exactos de nuestro viaje al otro reino le dejare ir a tal misión.

El azabache se sorprendió.

—¿por que no me a dicho que no?

—por que se que te importa y no voy a interponerme en eso además... No le has dicho a mi padre nada de lo que paso ayer al medio día...

—no tenía razón de decirle.

—le agradezco eso.

—no debe agradecerme.

El cobalto se acerco a un manzano y tomo dos manzanas de un hermoso color rojo, volvió a acercarse al caballero.

—ten. —le ofreció la manzana con una sonrisa.

—gracias... —la tomo entre sus manos.

Un pequeño silencio se hizo presente, el cobalto se sentó en la hierba y por alguna razón el caballero también lo hizo.

—¿puedo ir con usted?

—¿discúlpeme?

—por favor...

—no puedo ponerlo en peligro. —soltó inconscientemente. —usted debe quedarse aquí.

—ahg...

—sin heredero no habrá quien reine. —se levantó después de darles unas mordidas a la manzana. —cuide sus cultivos por mi mientras no estoy. —dijo mientras se iba dejando al cobalto solo.

—esperare por ti... Sir Lancelot... —dijo para si mismo.

El caballero era su única compañía en el castillo y después de haber hecho aquel trato, estaba empezando a sentir afecto por el.

El caballero era su única compañía en el castillo y después de haber hecho aquel trato, estaba empezando a sentir afecto por el

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𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 〃 ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora