O14

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El azabache se había ido a su misión después de que el cobalto le había dicho que podía hacerlo, el menor se quedó tres días solo y junto a sus cultivos que poco a poco se quitaban los hongos en las hojas.

Resoplo y escucho pisadas en donde estaba sentado.

—alteza.

—hola Percival.

—¿sigue desanimado?

—Lancelot se a vuelto muy importante para mi...

—lo se.

—se porta diferente conmigo y es mejor que antes, pero... Nunca me dijo cunado iba a volver o si planeaba hacerlo... Solo se que pude curar a mi plantita. —se sentía algo orgulloso por un logro tan insignificante

—¿cuando será su viaje?

—le di cinco días si no regresa temo que tendrás que ir conmigo en su lugar.

—de acuerdo alteza.

—puedes irte.

—hoy es su entrenamiento, ¿desea posponerlo?

—yo... No me siento con ganas de hacerlo.

—lo entiendo dígame cuando quiera volver a entrenar conmigo y por su bien vaya a comer algo.

—lo haré no debes preocuparte.

Pero ella lo hacía, había estado ahí para el príncipe desde que su madre había muerto por tenerlo y sabia lo solo que el estaba pues ella no se podía quedar cuidándolo todo el tiempo.

habia confiando en Lancelot solo por que el lo hacia.

Dio una última mirada hacia el cobalto y se marchó.

⋆˚⚔️˖°

Era el cuarto día a media noche y el heredero estaba en sus aposentos, mirando por el gran ventanal la gran vista que tenía del pueblo.

Había escapado más de dos veces a ver a sus súbditos y le hacia feliz que había ayudado a algunos, con comida, mejora de vivienda y otros pequeños detalles.

Amaba ayudar pero le asustaba no poder ser más que cosas pequeñas.

La salud de su padre se estaba haciendo mayor y no había respuesta de su casamiento con la princesa. La había conocido antes y ahora sabía que ninguno de los dos quería casarse pero la unión le convenía para su pueblo.

Suspiro algo preocupado y escucho unos pequeños golpes en la puerta de su habitación.

—¿si?

—sonic. —esa voz que tanto había querido oír en los últimos días había vuelto.

—Lancelot...

—he vuelto y traje la victoria junto a mi. —dijo mientras mostraba la gran espada sagrada. —la he encontrado.

—eso es increíble... Pensé que no volverías.

—tenía que.

—eres un caballero increíble. —aseguro. —tengo que mostrarte algo.

El caballero asintió y ambos volvieron al gran jardín, el cobalto mostró como los hongos de aquella planta habían desaparecido por completo.

—la cure. —dijo feliz. —también ayude a más de mis súbditos, he hecho un gran avance mientras tu no estabas.

—es bueno saber que ambos hicimos lo que prometimos.

—aun falta nuestro viaje.

—lo se y ahora estoy preparado.

El cobalto solo se limitó a sonreírle. Su caballero había vuelto y eso le hacía feliz.

Tal vez más de la cuenta y no solo a él sino que también su corazón mostrándoselo con cada latido.

⋆˚⚔️˖°

Al día siguiente el cobalto y el azabache se embarcaron en la misión y llegaron al otro reino. Todo era diferente y ambos lo sabían, era mejor que en su reino.

Y el cobalto se sentía horrible por no darles a sus personas una mejor calidad de vida.

Cuando llegaron al salón del trono lograron ver al rey.

—bienvenidos... Príncipe sonic y Sir Lancelot, ¿No? —hablo el rey.

—si. —contestó el cobalto. —rey mephiles es un honor para mi y mi reino reunirnos hoy.

—lo se y debemos de hablar de muchas cosas.

—estoy dispuesto a escuchar el acuerdo que tiene en mente.

—Sir Galahad.

—¿si mi rey? —contestó un caballero dando un paso enfrente.

—escolta a Sir Lancelot a otra sala mientras hablo con el príncipe.

—si mi rey.

Lancelot siguió al caballero de mala gana y es que ya sabía el carácter de Sir Galahad.

—bien... Prosigamos.

⋆˚⚔️˖°

Una espada se coloco debajo de su boca.

—¿que estas esperando? ¿No recuerdas nuestro verdadero acuerdo? —hablo Sir Galahan. —te estas tardando en desacerté de el.

—suéltame.

—dijiste que lo matarías.

—y lo haré. —mintió y es que la verdad ya no estaba seguro si seguir con su plan.

—pues llevamos días sin saber de ti y sin alguna señal para poder conquistar ese patético reino.

El azabache se soltó del agarre del contrario y lo apuntó con su espada.

—no voy a recibir ordenes tuyas, ¿entiendes? No estoy debajo de las órdenes de nadie solo hice un trato.

—pues has tu parte.

—ya esta bien Galahad, déjame hacer mi trabajo.

Un breve silencio en el pasillo se hizo notar y con eso el caballero de armadura clara se fue.

Ya no quiero hacer esto pero tengo que, pensó el azabache.

¿Que clase de pensamiento había pasado por su cabeza? ¿Ya no quería matarlo? ¿Y la justicia hacia el pueblo? ¿Y su gran título?

Estaba empezando a creer que matar al príncipe era una mala idea.

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𝐑𝐎𝐘𝐀𝐋 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 〃 ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora