〃Derramar algo de sangre no seria problema para Sir Lancelot pero, despues de saber la verdad, ¿se arrepentiría de su decisión? ¿Todo valdría la pena?
❝Dime, todo lo que hicimos juntos... ¿También fue una mentira?❞
〃La portada es de mi autoría al i...
El cobalto escucho cada palabra del rey mephiles y ninguna le había parecido buena como beneficio a su gente.
—nada me agrada... ¿Que pasara con mi pueblo?
—morirá lo más probable.
—¿¡disculpe!?
—realmente no me importa su gente sino la mía.
—y para mi es justo lo contrario, no pienso aceptar esto.
—¿no?
—no, esto es realmente injusto y debo ver por mi pueblo no por el suyo. —dijo seguro en sus palabras. —No aceptaré esto y es mi punto final.
—bien, puede irse usted y su insignificante caballero.
El cobalto no dijo nada más y mejor se retiro del lugar, Lancelot estaba afuera esperándolo y este noto lo cabizbajo que estaba el menor.
—¿esta bien?
—no... No lo estoy.
—¿que planea hacer ahora?
—necesito casarme lo antes posible. —aseguro empezando a caminar para salir de tal reino.
El caballero se sentía un farsante un mentiroso pero no quería revelarle la verdad.
El cobalto trabajaba duro y el simplemente iba a destruir todo eso, el mismo era el verdadero enemigo en la historia.
⋆˚⚔️˖°
Al regresar al reino, el cobalto se limitó a ir a sus aposentos sin dirigirle la palabra a nadie incluyendo a su caballero.
El azabache entendió que este necesitaba espacio y se fue.
Necesitaba pensar un poco sobre lo que realmente debería hacer y si era buena idea todo lo que había sacrificado para venir y solo pensar en matarlo.
Al atardecer el azabache volvió a los aposentos del menor, primero tocó la puerta sin respuesta y luego entró.
Y solo pudo notar al cobalto dormido en la mesa qué tenía para poder escribir.
—sonic... —este se acerco y por alguna razón su mirada se suavizo, acto seguido tomo una de las mantas que estaba en la cama y lo arropo.
Estaba dispuesto a dejarlo dormir.
—Lancelot...
—lance. —corrigió.
—¿puedes hacerme un favor...? —hablo con algo de dificultad y adormilado.
—claro. —este se volvió a acercar. —¿que desea?
—manda la carta que acabo de escribir al reino vecino por favor... —este volvió a cerrar los ojos y no tardó tanto en volverse a escucharse los pequeños suspiros.
Sir Lancelot por primera vez había sonreído pero no de ironía o de arrogancia, era una sonrisa de cariño aunque el no lo viera y no lo aceptará.
Levantó al cobalto entre sus brazos y lo recostó con cuidado en la cama, quería irse y darle la carta a la corte noble para que la mandaran pero sintió algo en su mano.
—sonic... —noto como este estaba entrelazando manos con el. —debo hacer lo que me pidió... Suélteme.
Pero no hubo respuesta.
—es indebido que duerma en la misma cama que usted. —no sabía el por que el caballero explicaba como si alguien le fuera a contestar.
Lo pensó por un momento y se rindió, se sentó en una esquina de la cama admirando al cobalto y esperando a que esté lo liberará.
—usted es muy infantil... —hablo de nuevo.
El cobalto se movió y atrajo al caballero a su cuerpo.
—auch. —se quejo el cobalto abriendo sus ojos.
—lo lamento, mi armadura tiene partes filosas y puede dañarlo.
—no importa esta bien. —contestó mientras sobaba la parte lastimada.
—¿no le importa que le lastime?
—no, esta bien es solo la armadura.
—pero le dolió.
—pero no fue tu intención lance, esta bien enserio.
El azabache sentía que esas palabras tenían otro significado más profundo pero no supo descifrarlo.
—descanse. —el azabache volvió a arropar al menor y se levantó. —debo hacer guardia en los pasillos.
—de acuerdo.
Sin mirar atrás el azabache salió de ahí volviendo a su jornada habitual.
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