〃Derramar algo de sangre no seria problema para Sir Lancelot pero, despues de saber la verdad, ¿se arrepentiría de su decisión? ¿Todo valdría la pena?
❝Dime, todo lo que hicimos juntos... ¿También fue una mentira?❞
〃La portada es de mi autoría al i...
Un nuevo día había surgido el cobalto fue el primero en levantarse. Se acomodo sus púas desordenadas y salió de sus aposentos con Lancelot a un lado.
Se sentía fuera de si, era mucha información la que Lancelot le había dado ayer.
Guerra, conquista, casamiento y ayuda al reino.
A veces sentía miedo al ser el que iba a reinar pero, ¿por que? Era obvio su padre no era el mejor rey pero por alguna razón el odio hacia el se transmitía a su persona también.
Ni siquiera sabía el por que, si, si era parte de la realeza pero los demás empezaban a hacer opiniones sobre que haría el mismo o incluso peor reinado que su padre.
Tal vez Lancelot estaba incluido, tal vez el también pensaba lo mismo y por eso lo odiaba.
Sintió un golpe en su rostro por estar sumergido en sus pensamientos.
Lancelot sonrió irónico, para el todo era gracioso más si era el príncipe quien fracasaba en algo.
—alteza debe abrir la puerta para pasar. —le hablo en tono burlón. —pensé que lo sabía.
El cobalto lo miro, ¿que era tan gracioso para el?
—lo se. —le respondió de mala gana. —es solo que no estoy en mis sentidos es todo.
—comprendo alteza.
Sin mas rodeos siguió haciendo sus tareas con Lancelot a un lado.
Por otra parte Lancelot estaba encantado con lo que habia escuchado, casamiento, unión dinástica, mala salud del rey y nuevos reyes para gobernar el pueblo.
Esa poca información que habia conseguido en esos pocos días era algo buena y pensar todo lo que faltaba le hacia sonreír.
Pero algo era extraño en su indagación y es que la reina nunca se hacía ver en los pasillos o reuniones.
La madre del heredero no estaba por ningún lado ni siquiera fue parte de su nombramiento como caballero real del cobalto y ese era algo peculiar, ¿donde se encontraba? ¿Salía por lo menos alguna vez? ¿Comía por lo menos?
Era una de las preguntas que el azabache se hacía.
"¿Donde esta la reina?"
—Lancelot necesito que me ayudes en algo. —la Misiva del rey lo hizo salir de sus pensamientos.
—¿si alteza?
Si el cobalto quería hacer lo que estaba pensando tenía que deshacerse de Lancelot.
—tengo unos deberes terminados que mi padre a querido que terminará y necesito que los entregues por mi.
—si su alteza. —contestó con algo de molestia. —¿donde puedo volver a reunirme con usted cuando haya terminado su orden?
—estaré con los escuderos podrá encontrarme ahí.
—si alteza.
El contrario noto como su caballero empezó a irse, si bien sabía que no le caí bien no podía llevarlo a todos lados aunque ese sea su trabajo.
"proteger y defender".
Sir Lancelot no se sacrificaría por mi si la oportunidad llegara, pensó el cobalto.
Entendía el por que, pero solo hacia sentirse más desconfiado que seguro junto a su propio caballero.
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