Diez

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Jimin

Desde que comencé a estar en los negocios de mi padre, el guardar apariencias había sido mi fuerte, el mantenerme al margen de los problemas, ser el lame botas como dice Yoon, se me da de puta madre.

Incluso el llevarme "bien" con mis medias hermanas era una cualidad necesaria, las mantenía a raya y en la palma de mi mano.

Pero desde que secuestré a mi esposa, tuve que cambiar muchos hábitos, los principales incluían el acostarme con las mujeres de la mafia, incluidas mis hermanas. No es algo de lo que me enorgullezca pero he hecho lo necesario para tener lo que deseo.

Miraba a lo lejos como mi mujer se paseaba entre la gente, ella no quería venir a esta cena, pero casi la saque a rastas de casa, tiene un carácter terrible, pero es lo que me encanta de ella. Aunque siento que esta vez será un pequeño problema.

Mire como Sandra, una de mis medias hermanas se acercaba a ella mientras robaba bocadillos dulces, solo fueron unas palabras y después Sandra vertió su copa de vino sobre la cabeza de mi esposa.

—¡Mierda!

Aunque todo paso en cámara lenta, no alcance a llegar a tiempo antes de que Minerva estrellara la botella de vino contra la cabeza de mi hermana, la sostuve por la cintura antes de que se lanzara sobre de ella.

—¡Vuélveme a llamar Puta!

Los guardaespaldas de mi hermana la ayudaron a levantarse, mientras mi padre llegaba a mirar la herida en su cabeza.

—Jimin tu esposa...

—Cuidado con lo que dices padre, no quiero recordarte donde esta el ultimo de tus hijos que molesto a una de nuestras esposas.

—Tu mujer esta loca Jimin, no deberías estar con ella, solo dije la verdad, te has vuelto igual a Yoon desde que te casaste.

—Eso no es tan malo.

Cargué a Minerva en los hombros y le di una nalgada, salimos de la cena, ella seguía gritando mientras pataleaba.

—¡Suéltame! ¡ella comenzó todo! ¡dijo que te extrañaba entre sus piernas!

La bajé y la puse contra el auto, subi su vestido separando sus piernas, no me costo nada sacar mi polla de mis pantalones para penetrarla.

—Podrán extrañarme lo que deseen —gruñí —pero nadie puede tenerme, nadie mas que tu mi reina.

—La próxima vez le arrancare la lengua —dio un gemido cuando la empecé a embestir.

—Cuento con ello.

Mi fachada de buen hijo se había ido a la mierda, pero da igual tengo todo lo que necesito en este momento...

Libro #2 More (P.J.M +21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora