𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍
Keisuke Tomioka tiene
una pequeña obsesión
con la muerte de la cual
no puede escapar, mientras
que Rengoku Kyojuro quiere
y desea salvarle de ese vacío
mundo en el que vive.
...
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Había dejado las cartas sobre su cama antes de desnudarse completamente e ingresar al baño que había en la habitación, traía una toalla color blanca enredada en su cintura mientras que su cabello azabache seguía estando peinado en la coleta alta que hacia unos días atrás su hermano le había hecho en la reunión de pilares, suponiendo el tiempo que tenía sabía que debía de tener algún que otro nudo en el pelo y que algunos mechones deben de estar más que enredados.
Antes de entrar en la tina se quedó admirando su cuerpo en un pequeño espejo que había en el baño, y aunque nunca lo diría en voz alta se sentía inseguro con su cuerpo por obvias razones que no sabría como describir por si solo, pero que aún así no le gustaban; Su piel era bastante pálida pero era adornada por distintas cicatrices que a pesar de no verse tanto ni ser muchas le habían sentir aún más inseguro, no tenía el abdomen marcado como otros cazadores, no obstante era bastante fuerte y hacia ejercicio de vez en cuando.
Nunca le gustó su cintura, era bastante pequeña y le hacía sentir afeminado aunque ciertas partes de su cuerpo si lo eran, como era el caso de sus muslos y cadera; estaba más que seguro que tenía aún más muslos que la mismísima Shinobu, sin mencionar sus caderas las cuales eran perfectamente escondidas por su uniforme el cual era un poco holgado. Y su cabello, nunca se había quejado pero su cabello estando suelto le hacía parecer toda una mujer, y la pregunta era; Si se suponía que se parecía a su hermano mayor, ¿Por qué no saco sus rasgos masculinos y tuvo que sacar facciones femeninas siendo el un hombre?
Bufó con molestia antes de ingresar a la tina y no darle más vueltas al tema, no podía simplemente cambiar su apariencia porque no le gustará como se veía, había nacido así y así se quedaría por lo que le quedará de vida, no podía hacer mucho y tenía que aceptar el hecho de que era afeminado y ya.
Tras algunos minutos había abandonado el baño oliendo a fresas del valle, su cabello goteaba por lo húmedo y una toalla blanca se encontraba enredada en su cintura mientras que con otra toalla del mismo color se secaba los largos mechones de su cabello. Sobre su cama se encontraba algunas prendas que supuso que la habían traído las niñas, estaban justo al lado de la carta del Pilar de la flama, puesto que era una única que estaba separada de las demás.
Se terminó por cambiar y mantuvo la toalla sobre su cuello y hombros mientras volvía a tomar la carta del Pilar y esta vez la guardaba dentro de algunas páginas de libreta, justo donde se encontraban los bocetos del mismo. Tenía en mente responder tanto la carta de su hermano y la pilar del amor como la carta de Rengoku, el problema era la repuesta que daría, nunca en su vida había hablado con una persona más que su hermano y por ello iba a recurrir a la vieja confiable; Nayashi Nahara.
Esperaría a que su amigo terminara su entrenamiento, cosa que pasó bastante rápido puesto que unos diez minutos más tarde había aparecido un peli rosa con una expresión de muerto que se venía cayendo todo el camino.
━━¿Estás bien...? ━pregunto acercándose para ayudarlo a sentar sobre su cama, recibiendo por parte de su amigo un simple asentamiento de cabeza y un par de quejidos.
