𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍
Keisuke Tomioka tiene
una pequeña obsesión
con la muerte de la cual
no puede escapar, mientras
que Rengoku Kyojuro quiere
y desea salvarle de ese vacío
mundo en el que vive.
...
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━━Haber si entiendo, ¿Tenemos que dirigirnos a un pueblo en las montañas del norte para reunirnos con un trio de espadachines para hacer de niñeras de estos mismo...? ¡¿Y todo porque tú maestro te lo ha pedido?!
Keisuke asintió con la cabeza mientras proseguía caminando entre el denso bosque en silencio, escuchando las quejas innecesarias que soltaba su acompañante después de haberle dado la maravillosa noticia de que ambos irían en busca de unos espadachines para acompañarles en su aventura.
Había pasado exactamente una semana completa, una jodidamente semana repleta de misiones que parecían nunca llegar a su fin, había sido misión tras misión sin descanso alguno, parecía como si los ataques de demonios hubieran aumentado y el trabajo se lo hayan dejado todo a ellos dos solo. Sin embargo tras una carta que había llegado por sorpresa dirigida para el de mechones azabaches, habían cancelado sus propias misiones para atender al pedido que le había hecho su maestro.
En el trozo de papel no había mucho de lo que comentar, pero si lo suficiente como para saber que van hacer o a que se dedicará. La carta le pedía casi rogando a Keisuke que fuera en busca de un joven llamado Tanjiro, el cual viajaba en compañía de otros dos espadachines junto a su hermana menor la cual había sido convertida en demonio por el mismísimo Muzan. Al principio se iba a negar, las misiones eran muchas y el tiempo poco pero el ver la oportunidad perfecta para tomar un descanso lo llevo a tomar la decisión de aceptar el pedido de su maestro y dirigirse hacia el lugar en donde se suponía que debía reunirse con los espadachines.
En ningún momento le comento al Nahara que realmente tendrían que cuidar de la pequeña que había sido transformada en demonio, conocía a su acompañante y tenía en claro que rápidamente se pondría a quejarse por no querer cuidar de la pequeña demonio y diciendo que deberían matarla antes de que sea tarde.
No era estúpido, Urokodaki le había explicado con detalle y todo que le chica jamás había comido ni a un solo humano, le había comentado muchas cosas entre ellas que su hermano andaba buscando la manera de devolverla a la normalidad. Y bueno, ¿Quien era el para impedirle a alguien seguir sus sueños? Si el chico tenía en claro la simple meta de traer a su hermana a la normalidad, el no se opondría y solo cumpliría con el trabajo que se le encomendó; Proteger a Nezuko.
Suspiró cansado mientras paraba en un pequeño claro que había encontrado en el oscuro y siniestro bosque, la noche había caído hacia unas cuatro horas como mínimo y todavía le faltaban exactamente dos horas para llegar a su destino, sumándole las cinco horas que llevaban caminando puesto que estaban bastante lejos cuando la carta le llegó.
En el camino se habían encontrado con algunos demonios de bajo nivel, aunque sinceramente estuvieron apunto de encontrarse con una Luna si no fuera porque ambos llevaban consigo las tan famosísimas flores de Glicina, que eran el arma perfecta contra los demonios para cuando iban de caza durante las noches.
━━¿Falta mucho...? ━escucho el leve murmuro de su compañero que caminaba unos cuantos pasos detrás de él, por lo que simplemente le miró y asintió con la cabeza en respuesta.
