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Jimin volvió a tener la sensación de que todo daba vueltas a su alrededor y tuvo que recostarse sobre los almohadones del sofá.

-Es absurdo- Dijo, espantado por la palabra >deber<.

-¿Se te ocurre algo mejor?- Jungkook se acercó al sofá y lo míró con curiosidad y arrogancia -¿Qué piensas hacer si no, Alteza? Estoy intrigado. Debes saber, eso sí, que no permitiré que un hijo mío venga al mundo como ilegítimo- Añadió tajantemente -Creo que Niall se ha sentido muy aliviado cuando le he dicho que tenía intención de casarme contigo lo antes posible. Ya tiene suficientes problemas en este momento sin necesidad de preocuparse por ti.

-No tiene por qué preocuparse por mi- Replicó Jimin -Puedo cuidarme solo- Aseguró con obstinación, aunque sabía que Namjoon no sólo se preocupaba por él, sino por el efecto que pudiera tener su embarazo en la Casa Real.

No había precedentes de nada parecido. El pueblo de Aristo era fiel a la Monarquía, pero sin duda se escandalizaría al saber que un príncipe iba a tener un hijo sin estar casado y, como bien había apuntado Jungkook, aquél era el peor momento posible para Nam, que aún esperaba a poder ser coronado.

Pero... ¿Casarse con Jungkook? ¿Cómo iba a casarse con un hombre que lo odiaba por haberle mentido y que lo miraba con tanto desprecio? No sólo era absurdo, era una completa locura que Jimin no podía aceptar. Desde niño había creído que un día se enamoraría de alguien que lo amaría con todo su corazón, y no soportaba la idea de que ese cuento de hadas se rompiera en mil pedazos.

-No podemos casarnos- Murmuró. -No nos queremos- Jungkook lo miró con gesto burlón.

-¿Qué es el amor sino una fantasía que sólo existe en los libros y en las películas?- Dijo él. -La gente suele confundir el sexo con el amor, pero yo no voy a cometer tal error. Te estoy proponiendo un matrimonio de conveniencia por el bien de nuestro hijo-
Hizo una nueva pausa antes de añadir -Yo nunca he sabido la identidad de mi padre. No conseguí que mi madre me dijese su nombre, y siempre me he preguntado si me pareceré a él y si tendremos los mismos rasgos- Se quedó mirando a Jimin unos segundos. -No voy a permitir que mi hijo sufra el trauma de no saber de dónde viene.

A Jimin le sorprendió la emoción que empapaba sus palabras y más aún el darse cuenta de que hablaba completamente en serio.

-Jungkook, vamos a ser sensatos- Dijo, desesperado -Sólo estoy embarazado de tres semanas, sería una locura apresurarnos a casarnos y... y que luego resultara que no era necesario- Le tembió la voz al imaginar que pudiera perder el bebé, pues entre ellos había ya un vínculo emocional. Lo cierto era que en su familia no había antecedentes de abortos espontáneos, pero nadie podía asegurarle que no pudiera suceder -Hay muchas otras opciones- Siguió diciendo -Si realmente quieres podrías venir a verlo al palacio regularmente...- Sentía sus ojos verdes clavados en él -Lo que trato de decirte es que no es necesario que tomemos ninguna decisión precipitada. No soy un pobre camarero; tengo una buena situación económica y una familia que me apoya, así que podré criar al niño solo perfectamente.

A Jungkook se le había helado la sangre al oír hablar de derechos de visita y se dio cuenta de pronto de que, si no tenía cuidado, las cosas podrían complicarse mucho. Parecía que Jimin había decidido criar a su hijo solo, pero él también había decidido algo: que quería formar parte de la vida de ese niño, o de esa niña. Y quería ser un padre de verdad, no un desconocido que iba de visita de vez en cuando según el régimen de visitas. Jimin había dejado muy claro que no lo necesitaba y, desde luego, tenía los medios económicos necesarios como para mantenerlo sin su ayuda, así que él iba a tener que encontrar la manera de convencerlo de que era indispensable; y estaba dispuesto a valerse del chantaje emocional para conseguir que se casara con él.

-Dime, ¿vas a decirle a tu madre, estando aún tan afectada por la muerte del rey, que te niegas a casarte con el padre de tu futuro hijo... y que no te importa el escándalo que eso pueda suponer para la familia real?-
Le preguntó con dureza -Ahora mismo Namjoon esta hablando con la reina. Tenía miedo de que tu madre se enterara de tu embarazo al oír algún cuchicheo de los criados, lo cual es inevitable después de la escena del salón- Siguió mirándolo implacablemente a pesar del gesto de pavor de Jimin -Esperemos que ninguno de los invitados o de los miembros de la prensa que había en la celebración haya adivinado que estás embarazado. Si nos casamos rápido, nadie tiene por qué saber que ésa es la causa.

Vio cómo Jimin apretaba las manos en el regazo, sobre el traje de satén azul. El enorme traje ocultaba su cuerpo, pero bajo aquella tela rígida sabía que se escondían sus pezones rosados y la curva de sus caderas. Volvió a sentir la terrible frustración sexual que llevaba torturándolo desde la noche del baile. Sintió la necesidad de sumergir los dedos en aquella sedosa cabellera castaña. Entonces él levantó la mirada y se dio cuenta de que tenía los ojos de un azul profundo, y unas pestañas larguísimas.

-¿Donde están tus gafas? ¿O es que formaban parte del disfraz de camarero?- Añadió con actitud burlona, obligándose a apartarse de la tentación que suponía su boca.

Estaba furioso consigo mismo por seguir deseándolo a pesar de que le hubiera mentido de ese modo. Aún no comprendía por qué se había hecho pasar por ese Saúl, y detestaba la idea de que se hubiera burlado de el, pero no podía olvidar la pasión que habían compartido en la cueva y su cuerpo ansiaba poder repetir aquel encuentro.

-Hoy me he puesto lentillas- Dijo Jimin, con evidente tensión -Y ya te he explicado que no te engañé deliberadamente. Simplemente... sucedió- Le tembló la voz al imaginar en cómo reaccionaría su madre cuando se enterara de que estaba embarazado.

....

Un príncipe para un millonario ━ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora