Jimin se encogió de hombros con incomodidad porque estaba seguro de que Jungkook estaría perdiendo la paciencia, pero lo único que vio en sus ojos al mirarlo, fue preocupación.
—Es una tontería— Farfulló. —Hace muchos años tuve una cita..., mi primera cita, en realidad. Mi padre siempre me había protegido mucho y yo era muy ingenuo. El caso es que mi padre me convenció para que saliera con el hijo de un amigo suyo; puede que incluso lo organizara él, convencido de que no encontraría novio si me pasaba el día entero metido en la biblioteca— Añadió con tristeza. —La cita fue un auténtico desastre que acabó con mi acompañante atacándome en el asiento de atrás del coche.
—¿Qué quieres decir con que te atacó? ¿Es que te violó?— A Jimin le sorprendió la furia que despertó dentro de él la mera posibilidad de que hubiera podido ocurrir. Sintió el impulso de protegerlo, así que lo abrazó con ternura.
—No, no— Aseguró él rápidamente —Creo que estaba demasiado borracho. Pero me rompió la vestimenta que traía... y me tocó. Cuando intenté detenerlo me acusó de haberlo provocado e hizo que me avergonzara de mi cuerpo. Supongo que a partir de entonces dejé que el incidente fuera creciendo en mi cabeza. Cuando te conocí e hicimos el amor en aquella cueva, estaba fingiendo ser otra persona, así fue como pude olvidarme de mis inhibiciones...— Miró a Jungkook con desesperación. —De verdad me sentiría más cómodo si cerráramos las cortinas.
Jungkook volvió a abrazarlo y le acarició el pelo.
—¿Quién era ese amigo de la familia que tanto daño te hizo?— Jimin titubeó unos segundos.
—Son Dakho...
—Theé muí! ¡Otra vez ese Dakho! Más le vale no cruzarse conmigo, porque me encantaría darle un buen puñetazo— Dijo sin pensar.
—Aunque hay mejores maneras de vengarse. Ahora que lo pienso, sé de buena tinta que Dakho ha dilapidado la fortuna que le dejó su abuelo y está buscando desesperadamente alguien que respalde su negocio. ¿No sería una lástima que no consiguiera el dinero que tanto necesita?— Murmuró con un peligroso brillo en la mirada. —Voy a pedir a algunos amigos que me devuelvan un par de favores anunció con satisfacción. —Ahora olvídate de Dakho y de su crueldad, agapi. Deberías sentirte orgulloso de tu cuerpo en lugar de tratar de esconderlo. ¿Te sientes sucio o avergonzado cuando haces el amor conmigo?— le preguntó suavemente.Jimin negó la cabeza de inmediato, pero sin querer reconocer que lo único que sentía cuando estaba en sus brazos era el irrefrenable deseo de amarlo. No podía revelarle lo que sentía por él.
Jungkook siguió acariciándole el cabello hasta hacer desaparecer la tensión. Luego se apartó de él sólo lo suficiente para acariciarle los pezones.
—Quiero ver cómo el sol ilumina tu cuerpo mientras te hago el amor— Dijo con una voz sugerente, suave y sensual como el terciopelo. —Quiero ver hasta el último milímetro de tu maravilloso cuerpo, Min.
El pantalón cayó al suelo y Jimin lo oyó suspirar al observarlo.
—Theé mu, ¿cómo puedes dudar del efecto que tienes en mi?— Le preguntó antes de dejarse llevar por la necesidad de tomarlo en sus brazos y dejar que sintiera la intensidad de su excitación.
Se apoderó de su boca impetuosamente, pero se las arregló para quitarse la ropa y llevarlo hasta la cama sin dejar de besarlo ni un instante.
Bajó por su cuerpo para besarle y chuparle los pezones mientras sumergía la mano entre sus muslos. Estaba mojado y preparado para él. Retiró la mano y le separó las piernas. Jimin debió de pensar que iba a tomarlo de inmediato y lanzó un grito ahogado de sorpresa cuando Jungkook bajó la cabeza y colocó la boca en el húmedo hueco de su masculinidad. Adentró la lengua donde antes había tenido el dedo.
—¡Jeon... no!— Intentó apartarle la cabeza de allí, avergonzado. Pero enseguida se olvidó de todo, excepto del placer que crecía en su interior.
Cuando pensaba que ya no podía más y que estaba al borde del orgasmo, Jungkook se levantó y lo penetró con un rápido y certero movimiento. Comenzó a moverse con fuerza hasta que el placer se hizo insoportable y todo estalló en mil pedazos.
Jimin estuvo a punto de echarse a llorar mientras se dejaba arrastrar por la marea del climax, pero el instinto de protección lo impulsó a contener los gemidos y a cerrar los ojos para que él no pudiera ver la intensidad de sus sentimientos mientras alcanzaban juntos el orgasmo.
Jungkook era el amor de su vida, pensó mientras ambos trataban de recuperar la respiración. Después de la pasión que acababan de compartir, le resultaba imposible creer que no sintiera algo por él, un ligero afecto que le diera esperanzas.
Pero cuando lo vio estirarse lánguidamente, se dio cuenta de que aquélla era la sonrisa de un hombre satisfecho por el sexo, pero con las emociones intactas. No pudo apartar la mirada de él mientras se levantaba de la cama y lo veía salir de la habitación. Volvió sólo unos segundos después, con una cajita de terciopelo en la mano.
—Te he comprado un regalo— Anunció al volver a la cama.
—¿Otro?— Protestó Jimin, pensando en toda las joyas y la ropa que le había comprado en las últimas semanas.
Si él supiera que estaría dispuesto a cambiar todo aquello por unas palabras que sabía que jamás le diría... Era su esposo, el padre de su hijo, pero jamás sería el amor de su vida. Era una lástima que no pudiera aceptarlo.
—¿No vas a abrirlo?
Jimin abrió los ojos y observó, anonadado, un collar adornado con varias decenas de diamantes que brillaban como estrellas sobre el terciopelo negro. Era impresionante y, por lo que sabía de diamantes, muy caro.
Sabía que Jungkook estaba esperando a que dijera algo, pero él sólo tenía ganas de llorar.
—Es muy bonito— Consiguió decir con voz temblorosa —Pero yo me has hecho demasiados regalos— Aunque ninguno verdaderamente valioso. —No tienes por qué hacerlo, Jungkook.
—Me gusta hacerte regalos—.Respondió él mientras le ponía el collar —Quiero que sepas que te aprecio mucho.
—¿Si?— Preguntó con cautela y con el corazón expectante.
—Claro— Dijo curvando los labios en una sonrisa. —Nuestro matrimonio no fue tal y cómo lo habríamos elegido ninguno de los dos. Pero creo que nos hemos convertido en amigos, además de amantes, ¿no crees, Min? Y creo que esta relación basada en respeto y la confianza mutuos es el mejor regalo que podemos hacerle a nuestro hijo.
¿Por eso se había tomado la molestia de pasar tiempo con él, de convertirse en su amigo y conseguir que confiara en él? ¿Lo hacía todo por el bien del niño? Por supuesto que sí, reconoció Jimin con un profundo dolor. Su hijo crecería en un entorno apacible, con unos padres que se respetaban como se respetaban los amigos. Con eso bastaría. Tendría que bastar. Pero no era así, porque aquel futuro sin amor era para Jimin una perspectiva muy sombría.
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Un príncipe para un millonario ━ Kookmin
Fanfic𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍┊El sencillo Park Jimin era el príncipe olvidado... hasta que tuvo que ejercer de anfitrión del baile del palacio. Lo planeó todo a la perfección, pero no tuvo tiempo de encargar un traje que dejara boquiabiertos a sus invitados y disi...