El brillo de sus ojos le decía que hablaba completamente en serio, así que Jimin se dio cuenta de que no tenía más opción que retirarse, cosa que hizo con la cabeza bien alta. Volvió al vestidor y cerró la puerta tras de sí con todas sus fuerzas.
Lo odiaba, pensó mientras se miraba al espejo con los ojos llenos de lágrimas y se preparaba para ponerse el traje rojo. Era el hombre más arrogante y autoritario que había visto en su vida... pero lo más irónico era que también era el único que lo había hecho arder de deseo.
Lo había deseado aquella noche en la cueva y lo deseaba ahora. Lo que le daba miedo no era el acto físico de hacer el amor con él, sino entregarse en cuerpo y alma y no recibir nada a cambio.
Sería muy fácil enamorarse de él, pensó mientras se cepillaba el pelo. Y también sabía que sería una locura entregarle el corazón porque el suyo era de hielo, un hielo que jamás se derretiría.
La puerta del vestidor se abrió unos segundos después y apareció Jungkook, que se acercó hasta detenerse detrás de él, frente al espejo.
—Estás impresionante.
Jimin llevaba toda la vida deseando que alguien le dijera que era atractivo, pero lo cierto era que el cumplido de Jungkook le causó tristeza. Sólo estaba siendo amable, decidió Jimin amargamente.
—No es mi estilo— Murmuró, incapaz de mirarlo a los ojos, ni siquiera en la imagen del espejo —Preferiría ponerme otra cosa que llamara menos la atención.
—Estás precioso— Insistió él con evidente impaciencia —Y deja de mirar al suelo— Le dio media vuelta y le levantó la cara para que lo mirara a los ojos —Un traje así hay que llevarlo con seguridad— Entonces se sacó una caja alargada del bolsillo de la chaqueta y, al abrirla, apareció un precioso collar con un rubí y un diamante —Te va muy bien con el traje— Dijo mientras se lo ponía, sonriendo al ver que a él le había gustado.
Tenía las manos calientes y, sin embargo, Jimin sintió un escalofrío cuando lo giró de nuevo para que se viera en el espejo. Una vez más sus miradas se encontraron y ambos volvieron a sentir la tensión sexual. Jimin se quedó sin aliento cuando le vio bajar la cabeza para darle un beso en el cuello.
—Es hora de irnos, Min— Dijo con voz profunda —Ten compasión de mí esta noche— Le dijo esbozando una sonrisa de inocencia —Porque cada vez que te mire, te imaginaré sólo con el collar... sin nada más.
Jimin tuvo que tragar saliva al ver la ansiedad y el deseo que reflejaban sus ojos.
—No deberías decir esas cosas.
Jungkook se encogió de hombros.
—¿Por qué no, si es la verdad? Y espero que dentro de poco esa fantasía se haga realidad. Ya no puedo más de impaciencia, agapi— Le advirtió antes de darse media vuelta y salir de la habitación.
Jimim se quedó frente al espejo con el corazón a punto de escapársele del pecho.
....
ESTÁS LEYENDO
Un príncipe para un millonario ━ Kookmin
Hayran Kurgu𝐊𝐎𝐎𝐊𝐌𝐈𝐍┊El sencillo Park Jimin era el príncipe olvidado... hasta que tuvo que ejercer de anfitrión del baile del palacio. Lo planeó todo a la perfección, pero no tuvo tiempo de encargar un traje que dejara boquiabiertos a sus invitados y disi...