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¿Iba a hacer que se enamorara también de él? Eso fue lo que se preguntó Jimin tres días después mientras paseaban por el Museo Arqueológico Nacional. Jungkook estaba siendo un magnífico guía y, en aquellos tres días que habían pasado juntos, él había podido ver algo más del verdadero Jeon Jungkook.

Había descubierto que se mantenía en forma gracias al squash y al gimnasio; que le gustaba el sushi y que prefería salir a comer o a cenar con sus amigos más cercanos en lugar de asistir a las lujosas fiestas a las que lo invitaban constantemente.

Era evidente que Stavros, el chofer, y Sotiris, el mayordomo y cocinero, sentían verdadera adoración por él, y a Jimin le sorprendió que tuviera unos empleados tan leales. Para ser un hombre tan rico, lo cierto era que Jungkook apreciaba los placeres más sencillos de la vida; la buena mesa, los amigos... y compartían además una verdadera pasión por el cine y la literatura contemporánea, sobre los que habían tenido largas e interesantes charlas durante las que Jimin se había olvidado de su habitual timidez.

Al menos cuando estaban fuera del apartamento, parecían estar aproximándose a esa amistad que él había sugerido y, aunque sabía que Jungkook estaba haciendo un esfuerzo por el bien del hijo que iban a tener, Jimin aprovechó la oportunidad de descubrir todo lo que él le permitiese.

Sin embargo, en cuanto volvían al apartamento, volvía a estallar la tensión, una tensión provocada por la evidente atracción sexual que sentían el uno por el otro. Jimin sabía que se lo había buscado a pulso y seguía sin apenas dormir por las noches; se pasaba horas mirando la puerta que comunicaba el dormitorio con el vestidor, preguntándose si alguna vez tendría el valor de abrirla y salir del impasse. Sin embargo, no podía deshacerse de sus temores. No le daba miedo la intimidad física que conllevaba el sexo, pero sí la posibilidad de que, si se entregaba por completo a Jungkook, éste tuviera demasiado poder sobre él.

—¿Dónde vamos ahora?— Preguntó él, interrumpiendo sus pensamientos —¿Quieres que veamos la colección de esculturas, o prefieres descansar? Pareces un poco cansado y no te conviene excederte.

El único motivo de su cansancio era que se había pasado la noche fantaseando con él en lugar de dormir, admitió para sí y se sonrojó al ver que Jungkook estaba mirándolo. Sólo esperaba que esa vez no adivinara lo que estaba pensando, como solía hacer.

—Me gustaría seguir con la visita— Dijo
—¿No te parece increíble que algunas de estas obras sean del siglo mil antes de Cristo? En el museo de Aristo tenemos algunas esculturas del imperio romano y del bizantino, pero Grecia tiene la colección más importante del mundo. No sabes lo emocionado que estoy de poder contemplarlo.

—Me alegro de que hayas encontrado algo en Atenas capaz de emocionarte, agapi— Lo provocó Jungkook suavemente, y no pudo evitar sonreír al verlo sonrojarse de nuevo.

Lo miraba con aquellos enormes ojos que le recordaban a un cervatillo asustado que saldría corriendo si él se acercaba demasiado.

Cuando se había negado a dormir con él la primera noche, él había creído que se trataba de una especie de juego, pues estaba acostumbrado a que las mujeres y hombres utilizaran el sexo como arma o como método de chantaje para conseguir lo que querían, y había dado por hecho que Jimin no era distinto a los demás. Pero en los últimos días había descubierto que su esposo era muy diferente. Nunca había conocido a nadie como él y cada vez estaba más convencido de que su dulzura y su timidez no eran algo fingido.

—Si estás aburrido, podemos irnos... Ya volveré yo en otro momento— Le sugirió él.

—No estoy aburrido, agapi. Me asombra todo lo que sabes sobre la materia y me parece que eres mucho mejor guía que este libro— Le dijo, señalando la guía turística que llevaba en la mano, y le sorprendió darse cuenta de que lo decía en serio.

Le gustaba mucho hablar con Jimin y escuchar todo lo que él le contaba sobre su trabajo de investigación en el museo de historia de Aristo. Era muy inteligente y demostraba sentir verdadera pasión por su trabajo.

Jungkook debía admitir que no era habitual para él mantener conversaciones profundas con mujeres u hombres. La mayoría de sus examantes eran modelos o jóvenes millonarios que hablaban sobre todo de sí mismos o de los últimos cotilleos que aparecían en las revistas de sociedad, pero a él nunca le había importado demasiado porque su interés había sido siempre llevarlos a la cama y poco más.

Con Jimin no podía dejarse llevar por la necesidad de su cuerpo. No comprendía por qué se resistía tanto, pues sabía que lo deseaba tanto como él y que las últimas noches había dormido tan poco como él, pero no iba a saltar sobre él como si fuera un adolescente gobernado por las hormonas. Había decidido esperar hasta que hubiera resuelto las dudas que sin duda le preocupaban..., con lo cual no tenía más opción que charlar con él. Así había descubierto, no sin sorpresa, que le gustaba como persona y que empezaba a valorar mucho su amistad.

—La verdad es que hay algo que me gustaría enseñarte en la sala siguiente— Anunció Jimin —Esta estatuilla data del año quinientos cuarenta antes de Cristo y fue hallada hace veinte años en Aristo, en un viejo pueblo pesquero llamado Varna. Recuerdo que dijiste que la familia de tu madre era de allí, así que pensé que a lo mejor te interesaría ver una muestra del patrimonio de tu lugar de origen.

Junto frunció el ceño.

—No conocí a mi familia de Varna. Mis abuelos rompieron el contacto con mi madre cuando se quedó embarazada de mí.

—Aun así, tus raíces están en Aristo— Insistió Jimin —Se me ha ocurrido que quizá te gustaría que hiciéramos tu árbol genealógico. Yo he podido remontarme a generaciones y generaciones de antepasados míos, y algún día nuestro hijo querrá conocer también tu rama familiar.

—No conseguirás identificar a mi padre. Me temo que mi madre se llevó su nombre a la tumba— Dijo Jungkook duramente.

—Debe de ser muy difícil para ti— Supuso Jimin —Me imagino que es como si te faltara una parte de ti mismo. Razón de más para investigar un poco a la familia de tu madre, así podremos darle a nuestro hijo toda la información posible.

Echó a caminar hacia la siguiente sala, mientras Jungkook se quedaba allí, mirándolo. Era demasiado perspicaz, pensó. Sin saber que a él siempre le había atormentado no conocer la identidad de su padre, Jimin había dado en el blanco al imaginar que era como si le faltara una parte de sí mismo. El bebé que estaba en camino haría que se sintiera completo por fin, pero le inquietaba que Louis hubiera adivinado cuánto significaba aquel hijo para él.

....

(Impasse; Situación en la que se encuentra un asunto o problema que no progresa o al que no se le encuentra solución.)

Un príncipe para un millonario ━ KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora