Sométeme... utilízame... luego déjame...
Forzado a entrenar a un talentoso pero rebelde joven, Bruce Dangerfield se ve enfrascado en las dos tareas más difíciles de su vida.
Moldear a un joven a su imagen y semejanza tanto en el ring como en la cama...
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ZACK FARADAY
—¿Estás hidratándote bien? ¿Estás comiendo a tus horas? ¿Estás tomando tus pastillas? ¿Estás durmiendo bien?
—Sip, sip, sip y más o menos —Zack respondió y el ceño fruncido de su hermano no pasó desapercibido para él.
Zack rodó los ojos.
—Regaño en tres... dos... uno...
—Tienes que dormir más —Cooper dijo a través de la pantalla de su tablet en sus manos—. Necesitas que tus músculos se repongan y durmiendo es la mejor manera. Mientras duermes tu hormona del...
—Crecimiento alcanza su pico y permite una óptima reposición muscular lo que previene la rabdomiólisis y el desgaste crónico —Zack terminó sacudiendo la cabeza—. Dios, esto me saco por ser hermano de un médico.
—La rabdomiólisis no es un juego.
—Tampoco la jaqueca posterior a tus regaños —respondió mientras guardaba sus cosas en la mochila—. Te lo juro, he tenido resacas menos potentes.
El ceño fruncido de su hermano se endureció hasta que sus cejas formaron una perfecta V en su frente. En momentos como este, Cooper se parecía dolorosamente a su padre.
—Prometo dormir más —Zack dijo realmente sintiéndolo—. Lo siento, he tenido insomnio estas últimas semanas.
—¿Leíste el folleto que te envié sobre la higiene del sueño?
—Traté de leerlo, ¿Cuenta?
—Eres irremediable.
—Y adorable.
—Y odioso.
—E increíble, pero suficiente de mi —Zack tomó su mochila y se encaminó al gimnasio—. ¿Qué tal va todo por allá?
—¿Además de la explotación laboral? todo bien por acá.
¿Explotación laboral?
Su mirada se ensombreció, su instinto de hermano mayor se activó.
—¿Alguien te está molestando?
—Tranquilo —Cooper alzó ambas manos—. Nadie me está tratando mal, sólo han sido días pesados, mucho trabajo, eso es todo.
—¿Seguro? No tengo problema con tomar el primer avión a Texas y patearle el culo a quien se meta contigo.
—Te creo —Cooper rió y las defensas de Zack bajaron—. Descuida, estoy bien. Más que bien de hecho.
Zack escudriñó su mirada a través de la pantalla, buscando cualquier atisbo de mentira en sus palabras, no lo encontró.
—De verdad, estoy bien —Cooper existió entre risas—. Dios, eres tan sobreprotector.
