Sométeme... utilízame... luego déjame...
Forzado a entrenar a un talentoso pero rebelde joven, Bruce Dangerfield se ve enfrascado en las dos tareas más difíciles de su vida.
Moldear a un joven a su imagen y semejanza tanto en el ring como en la cama...
LOS COMENTARIOS Y LAS ESTRELLITAS SON SIEMPRE BIENVENIDOS :3
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BRUCE DANGERFIELD
Bruce respiró profundo y exhaló mientras contemplaba el escenario a su alrededor que se sentía tan familiar como distante al mismo tiempo.
Las cuerdas del ring rodeándolo, el coro de los espectadores gritando su nombre, algunos agitando pancartas con mensajes de aliento, otros tomando fotos con sus celulares. Las luces encima de él iluminando el cuadrilátero y la intensidad de la emoción haciendo vibrar el suelo bajo sus pies.
Y sólo así, finalmente, después de tres años, Bruce Dangerfield estaba de vuelta en un combate.
Con los puños vendados y sus clásicos shorts deportivos rojos, Bruce se adentró en el cuadrilátero con Zack siguiéndolo de cerca.
El chico tenía sus shorts deportivos verdes y esos vendajes negros rodeando sus puños.
—¿Por qué usas esos vendajes negros? —le preguntó mientras se alistaban en los vestidores.
—Serán mi sello personal —Zack respondió—. El de Ryo es la cinta azul en su frente, el mío será vendajes negros y el tuyo es la barba y el ceño fruncido de gnomo gruñón.
Bruce gruñó.
Zack sonrió y lo apuntó.
—¡Justo ese!
Bruce volteó a su derecha y allí encontró a Zack, si el chico fuera un perrito estaría agitando la cola, emanaba emoción y euforia por cada poro de su cuerpo.
Los hermanos Pegaso subieron al cuadrilátero con sonrisas que le recordaron a la de las hienas.
—Dijiste que sería un encuentro casual —acusó Bruce.
—Y lo fue —Ronaldo extendió los brazos a los lados—. Hasta que la voz se corrió. El que tantos espectadores pagaran para ver esto fue mera casualidad. Una serendipia completamente espontánea.
A Bruce le parecía que esto estaba lejos de ser casual o espontáneo.
Miró las marcas comerciales talladas en las bases de las gradas, las banderas de logotipos de fundaciones benéficas con diversos objetivos pero el mismo origen, lavar dinero y limpiar sus nombres, posicionadas en las esquinas del estadio.
Y entonces todo hizo click en su cabeza.
Esto había sido planeado con el fin de lograr dos cosas.
Enaltecer el nombre de la familia Pegaso con falso altruismo.
