60. Un hurón albino

441 46 2
                                    

Ese domingo por la mañana, Harry se sintió de maravilla, muy descansado y completamente renovado. Al abrir completamente los ojos pudo ver la figura borrosa de Draco, se limpió la boca y mientras se tallaba los ojos se giró para buscar sus lentes y una vez pudo ver con más claridad se dedicó un momento a mirar a Draco, quién mientras descansaba daba un aire completamente angelical con el cabello ligeramente revuelto y cayendo sobre su frente. No sabía muy bien qué hora era, pero sí que notaba que la habitación estaba muy tranquila, no sabía si era porque los demás seguían dormidos o si en realidad era que Harry estaba demasiado acostumbrado a que sus compañeros hicieran demasiado ruido por la mañana mientras que Seamus intentaba despertarlos a todos. Que hablando de él, seguramente debía de estarse preguntando en donde estaría después de ver su cama vacía. Pronto notó como Draco comenzó a moverse y a estirarse, soltando leves quejidos.

-Buenos días, Harry- le susurró Draco, cosa que a Harry le pareció sensata, pues los encantamientos silenciadores tenían un límite de horas para funcionar.

-Buenos días, Draco- le susurró de vuelta. Ambos se sonrieron tímidamente.

-Uh, Draco. ¿Ya despertaste? - una voz muy gruesa y algo torpe se escuchó al otro lado de la cortina, pero nadie la abrió.

-Si, Gregory- respondió Draco de inmediato -¿Pasa algo?

-Nada, solo que Blaise me ha dicho que te avisara de que a Pansy le dijo Vincent a que el profesor Snape te busca- dijo Goyle.

-¿Qué? - preguntó Draco, pues el mensaje había sido confuso.

-Que Blaise me dijo, que Pansy le dijo a Vincent que el profesor Snape te busca. Dijo que te esperaba en su oficina a medio día- repitió Gregory.

-Ah. Está bien, ahí estaré- dijo Draco -¿Ya se han ido todos a desayunar?

-Sí. Nott salió muy temprano, y Vincent y yo subimos a ver a la señora Pomfrey. Le salieron unos granos enormes a Vincent.

-Ya veo. Más tarde los buscaré, de todos modos tengo que entregarle el remedio a Vincent- dijo Draco.

-Sí. Me voy, todavía quiero probar los nuevos dulces que han hecho, tienen unas barras blancas con frutos secos dentro que se ven excelente. Viktor Krum me ha dicho que se llaman Halvá o algo así, ¿Quieres que te guarde alguno?

-No, gracias, Gregory. Estoy bien- dijo Draco, quién se veía feliz.

-Bueno. Pero sube a desayunar o se acabarán las cosas buenas- se escuchó como los pasos pesados y algo danzarines se alejaban de la cortina -Por cierto. Hoy Harry Potter no ha bajado de la torre a desayunar, estaban todos sus amigos menos él, voy a guardarle un par de pasteles, ¿De cuales le gustarían?

Harry estaba sorprendido, pero conmovido al mismo tiempo, Draco miró a Harry con una sonrisa enorme -Algo que tenga fresas- dijo Draco muy seguro -Le encantan las fresas.

-Está bien. Me voy- dijo Gregory, abrió la puerta y cuando salió la cerró con cuidado.

-¿Cómo sabes que me gustan las fresas? - preguntó Harry.

-Porque tengo ojos, Harry. De entre todos los postres, siempre eliges el que más fresas tiene- le respondió -Parece que les agradas.

-¿A quiénes?

-Vincent y Gregory- dijo Draco -No le guardan pastel a cualquiera. Debe preocuparles que no fueras a desayunar.

-Pero si Vincent no está aquí- corrigió Harry -¿Cómo sabes que a él también le agrado?

-Vincent y Gregory son muy parecidos, a veces da miedo lo mucho que se parecen. Lo que piensa uno lo piensa el otro, solo los he visto en desacuerdo dos veces, y ambas fueron por ver que pastel estaba más bueno- dijo Draco, y Harry soltó una risa -¿Qué? ¿De qué te ríes? - preguntó Draco con una sonrisa.

Efecto MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora