Acuerdo de Manada

🔥CAPITULO III 🔥 🍀REBELIÓN PARTE I 🍀

Es de mediodía y los hermanos Dran y Li descienden al frente de la casa de su líder.

El alfa abre la puerta y los dos hacen una reverencia.

- Los escucho.

- La señora Shigaraki y un guerrero real se van quedar al cuidado del pequeño lobezno. Tomura va liderar el ejército con el joven Inosuke y Yoichi va dirigir el equipo médico. Varios guerreros van a quedarse para cuidar la aldea.- dijo Li

- La señora Bakugou va liderar el ejército con dos guerreros reales que serán su apoyo. El equipo médico lo tiene a cargo la hechicera Ochako Urataka.- dijo Dran.

- Van atacar antes del amanecer.- dijo Li.

- Dran y Li ustedes se harán cargo de cuidar a mi pequeño omega. Y con la omega no quiero que la maten, ya que la quiero con vida y me la van a traer. Gon, Oza, Momo y Toru quiero que ellos causen caos y maten sin remordimiento al clan Shigaraki. Se pueden retirar y les doy está misión porque conozco su gran capacidad que poseen y se que no me van a defraudar.

- Lo que ordene amo.- dicen al mismo tiempo.

- ¿ qué ocurre Li?

- No piensa castigar al gran Bakugou al aliarse con el enemigo.

- Veo que no haz cambiado después de la rebelión de 7 años.- sonríe.

- No me parece justo que no reciban su castigo por no acatar el lugar que pertenecen.

- No te preocupes ya me adelante a eso. Y cuándo terminé esta lucha innecesaria sabrás el castigo que recibieron.

- Gracias jefe.

- Ya se pueden ir y espero lo mejor de ustedes.

Los hermanos hacen una reverencia y se transforman en búhos para luego perderse entre la densa obscuridad.

- En pocas horas va recibir su castigo por revelarse y pero está vez el castigo no se va comparar como hace 7 años atrás.

El alfa va al centro de la aldea y todos los guerreros al verlos gritan y levantan sus armas.

El rojizo hace lo mismo con sus armas y se pone al frente de todos sus guerreros.

Todos bajan sus armas y se calman.

-Antes del amanecer nos van atacar los clanes Shigaraki y Bakugou ya que quiere  poseer nuestras tierras y para conseguirlo van a masacrar a nuestros cachorros, parejas y ancianos. No les va importar quien deba morir para saciar su sed de ambición pero hermanos esto no va suceder ya que nuestro clan es fuerte y no nos vamos a rendir por nada. - dijo en voz alta.

Entre la multitud hablan al mismo tiempo y no se entiende nada.

- Por eso le pido que luchen con todas sus fuerzas y siempre tengan en mente que cada uno tiene una persona o varias que lo esperan al terminar esta batalla.

La calor de la multitud aumenta y el alfa esta feliz por el entusiasmo de guerra de su clan.

- No mostremos compasión alguna, ya que ellos harán lo mismo con nosotros y van a recibir el castigo por su insolencia. ¿ quién esta conmigo?- dijo en voz alta.

Todos levantan la armas y aúllan en señal de apoyo.

Todos se calman al ver el sacerdote de la aldea.

El alfa se hace un lado y hace una reverencia.

- Me gusta ver el entusiasmo que cada uno emana y vamos ganar ya que nuestros corazones están unidos y laten al mismo tiempo. Por favor cierren los ojos ya que les daré la bendición del dios del fuego.- dijo en voz alta y tose.

Se arrodillan y cierran los ojos.

- En nombre del dios del fuego les deseo protección, fuerzas y que su corazón no deje de arden en la batalla y que su poder aumente a cada momento. Ya pueden ponerse de pie y formen una fila para que reciban las marcas.

Detrás del sacerdote hay varios jóvenes con baldes de madera que tienen pintura roja.

Los guerreros se acomodan y el sacerdote pinta el rostro con difentes marcan.

Por ultimo el líder se inclina y recibe las marcas.

Todos cierran los ojos y el sacerdote empieza hacer un ritual de protección con varias cuencas de gemas, piedras brillantes y diamantes. Las cuencas son lanzadas al cielo y se vuelven polvo brillante que caen en todos los guerreros. El sacerdote choca ambas palmas y crea pequeñas ráfagas de viento gélido que envuelve a los guerreros.

- Ya puede abrir los ojos.

El sacerdote caen al suelo y empieza a toser.

El líder del clan se acerca para auxiliarlo pero este se levanta por sí solo con ayuda de su bastón de madera lleno de gemas.

- Se encuentra bien.- dijo preocupado.

- Estoy bien, pero ya estoy viejo y al hacer este ritual y rezar he consumido una gran cantidad de mi energía espiritual. Ya es tiempo que otro tome mi puesto pero ninguno de mis discípulos tiene madera para que sea mi sucesor. Y a este paso voy a morir sin poder pasar mi poder al nuevo sacerdote. - empieza a toser.

- No se preocupe por eso sacerdote, después de la guerra le aseguro que le voy a presentar al quién es digno que sea sucesor.

- Eso espero. Sí muero sin haber transmitido mi poder fallé y nunca seré un verdadero sacerdote.

- No se preocupe por eso y es mejor que descanse.

- Espero que esa persona que depositas toda su confianza sea digna de mi poder y enseñanzas.

- Así será.

- Esperaré con ancias.- tose.

Los jóvenes aprendices se acercan, pero el anciano los detiene con la mano y camina con ayuda de su bastón.

Todos los guerreros están preocupados por la salud de su sacerdote ya que si le sucede algo sera su perdición ya que dependen de la fuerza de su líder y la magia del sacerdote.

El alfa los mira y se cruza de brazos.

- Yo se que ustedes como yo estamos preocupados por la salud de nuestro sacerdote pero al terminar esta batalla vamos a tener a nuestro nuevo sacerdote y nuestro viejo sacerdote podrá descansar y disfrutar de su vida. Así que tengan en mente que esta lucha va ser la salvación o perdición de nuestro clan. No olvidemos el sacrificio que hizo nuestro sacerdote para bendecirnos con el rezo y el ritual.- dijo en voz alta.

La multitud se vuelve a incendiar de optimismo y felicidad.

- Esperen a la señal para atacar y disfruten la compañía de su familias ya que antes del atardecer va a ser trasladados al refugio.

Los guerreros hacen una reverencia y se disipa la multitud.

El alfa con sus generales van al nuevo cuarto de mando para revisar los últimos detalles.