Quinto libro de una saga basada en los juegos de Pokémon creados por Game Freak. En esta historia, David, un joven huérfano de la región de Galar, buscará superar el Desafío de los Gimnasios y ganar la Liga Pokémon para volverse el mejor Entrenador...
Los octavos de final de la Liga de Galar empezaron con todo. David de Pueblo Postwick con el dorsal N°726 se enfrentó a Camilo de Ciudad Wyndon con el dorsal N°283. A ambos solo les quedaba un Pokémon: a David su Cinderace Gigamax y a Camilo su Corviknight Gigamax.
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—Yo una vez leí que, si todos los Corviknights desaparecen, entonces Galar estará perdida. ¿Tú crees que sea verdad? —preguntó David, pero Camilo contestó— ¡El único que está perdido aquí eres tú!
Dicho esto, Corviknight usó Giga-Huracán, pero Cinderace lo aguantó y atacó con Maxi-Tormenta, quitándole su Forma Gigamax y dejándolo fuera de combate.
—¡Corviknight no puede continuar! ¡Cinderace gana! ¡Por lo tanto, el ganador de este combate es David de Pueblo Postwick!
Camilo gruñó enojado mientras regresaba a Corviknight a su Pokébola— Te llamas David, ¿verdad? Pues no creas que esta será la última vez que nos veamos.
Nuestro prota regresó a Cinderace a su Pokébola y volteó a ver al lector— Okey, espero que a todos les haya gustado este relleno, porque, ahora mismo, sí se viene lo chido.
Dirigiéndose a las gradas, David se encontró con Leon, quien estaba totalmente cubierto de crema pastelera.
El Campeón se quitó la crema de encima y desvió la mirada pensando en una buena excusa— Bueno, verás. Yo accidentalmente había llegado con Opal, quien estaba dando clases de repostería y ya sabes que nunca pierdo la oportunidad de aprender algo nuevo.
Sin habérselo tragado, David le contestó— Claro, lo que tú digas. Menos mal que llegaste, que tu hermano va a darle una paliza a Bede ahora mismo.
En los vestidores, Bede y Hop se pusieron sus uniformes mientras se miraban entre sí de forma amenazante.
—Estos días entrenando con Opal fueron una verdadera tortura —pensó Bede—. Tener que responder las mismas preguntas extrañas y que no dejaran de confundir el remolacha de mi uniforme con rosa. Pero todo valdrá la pena cuando derrote al hermano del Campeón.
—Si alguien va a vencer a David, sin duda seré yo —pensó Hop—. Así que tengo que derrotar a Bede aquí y ahora.
Mientras que con Sonia y sus amigos, Hyuga les preguntó— ¿Oyeron las noticias? Bede y Hop van a enfrentarse. No creo que sea tan emocionante como la batalla entre Reiner y Eren, ¿pero a quién le van? Yo apuesto por Bede.
—¿Ah, sí? Pues yo voy a apostarle a Hop —dijo Cashew—. Él tiene todas las de ganar.
—Habrá tiempo para apostar después —les declaró Sonia—. Ahora debemos volver con mi abuela antes que aparezca otro Pokémon Dynamax descontrolado.
