Consejos tras otros habían penetrado la agotada mente de Esteban hasta dejarlo sin nada de sueño durante esa calurosa noche.
"ningún reino del mundo aceptaría una relación entre un pintor y un miembro de la família real"
"si el rey llegase a saberlo te colgaria en la plaza pública"
"el príncipe Francisco solo es un gran problema, mantenete alejado"Los amigos de Esteban tenían razón, él lo sabía y se había convencido de que era mejor terminar el cuadro rápido y no volverlo a ver, no quería que lo asesinaran.
Sin embargo, todo consejo y todo pensamiento se habían esfumado en cuanto, y de nuevo dentro del reino, el príncipe rebanaba lentamente una roja y jugosa manzana.
Sentado nuevamente en el sofá, con una camisa de impecables hilos dorados en el entretejido, el jugo de la fruta chorreaba de entre sus delgados dedos cayendo descuidadamente sobre su oscuro pantalón.
Esteban, que preparaba sus pinceles, miraba cada tanto y con cierto disimulo, a su alteza llevándose los trozos de manzana a la boca; sus labios rosados parecían algo hinchados y húmedos, tan tentadores como el infierno.su mirada resbalaba hasta el pecho contrario, la holgada camisa estaba abierta y permitía observar los vellos debajo.
también se sorprendía mirando algo fascinado la postura que llevaba, apoyado sin preocupación con una pierna colgada del apoyabrazos, rozando tenuemente el suelo con el pie.
era tan relajado, tan etéreo, tan...-¿ha comido algo hoy?-le preguntó de pronto. Esteban miró su rostro percatandose de que el príncipe lo miraba también.
-el desayuno-respondió avergonzado
-no, debe comer, está demasiado delgado
-cenaré en casa, su alteza
-¿es buena cocinera, su esposa?
-no soy casado
-ya veo
-eh...vamos a empezar, si está de acuerdo, su alteza...
-acerquese a mí
-¿como?
-venga hasta aquí,junto a mí
Las piernas se volvían de goma en cuanto el piso desaparecía debajo de sus pies.
Esteban caminó hasta el príncipe con la cabeza gacha y un gran nudo en su garganta.-pruebela-le indicó estirando el cuchillo filoso y dorado que sostenía un trozo de manzana chorreante
Esteban relamio sus labios y acercó su rostro teniendo cuidado con el filo, y mordió la fruta antes de meterla en su boca.
sus dientes destrozaron el alimento mientras su saliva se mezclaba con ese sabor dulce e intensamente fresco.-¿le gusta?-preguntó el príncipe mirandolo con curiosidad
-es...eh...si, es muy buena
Francisco asintió sonriendo y luego lamio el cuchillo donde previamente había reposado la fruta.
Esteban sintió su, al parecer, habitual excitación recorriendo su cuerpo.Por los siguientes largos cuarenta minutos ninguno de los dos volvió a hablar.
Francisco dejó la manzana a medio comer a un lado y Esteban se dedicó a pintarlo con el detallismo que tan famoso lo había hecho.-¿porque no se ha casado?
Esteban lo pensó un momento, nadie se lo había preguntado nunca
-viajo demasiado, no pude establecerme aún y es difícil mantener un vínculo se esa forma
-¿ha ido a muchos paises?
-a varios
-¿a Europa?
-si,conozco Europa, aunque es un continen...
-quisiera ir alguna vez, podríamos ir juntos, ya que usted conoce podría ser mi guía
-s..si, sería un placer-respondió sonriendo
el príncipe se acomodó en el sillón y apoyó su rostro en una mano con su mirada clavada en aquél intrigante pintor, le parecía interesante.
-¿ha retratado muchos príncipes?
-algunos, si
-¿alguno tan lindo como yo?
Esteban tuvo que dejar el pincel un momento porque su mano empezaba a temblar.
miró al príncipe que no había cambiado su postura y simplemente lo miraba esperando una respuesta-bueno, creo que hay belleza en todas las personas, eso es lo bueno del arte...
-¿ha pintado desnudos?
De nuevo la nuez de Adán parecía incomodarle, no podía tragar con facilidad
-he retratado algunos desnudos, si, muchos reyes desean tener...ese recuerdo de sus amantes
-¿le gustaría pintarme desnudo a mi?
-su...su majestad, el rey me ha pedido un retrato suyo con ropa, así que...
-seria una pintura para usted, de recuerdo, podrá conservarla y verla cada vez que me eche de menos en alguno de sus viajes
-creo que por hoy terminamos, su alteza, probablemente esta semana ya...
-quisiera besarlo
-¿co...como?
-me gustan sus labios, deseo probarlos
Esteban miró el piso y se puso de pie dispuesto a guardar todas sus pertenencias e irse de allí a toda marcha.
Francisco se acercó hasta él y miró el cuadro-va quedando muy bien
-es cierto-dijo tapando las pinturas esforzandose por no derramarlas
-¿puedo besarte?-le susurró al oido
-su alteza...
Francisco apoyó sus manos en los hombros ajenos y acarició el cuello contrario con sus pulgares
-llamame Francisco-le susurró rozando la nariz con la suya-o Fran
-Fran...-murmuró Esteban cerrando los ojos
Los delgados labios del príncipe se apoyaron en los suyos con delicadeza.
Esteban lo tomó de la cintura y le correspondió, dándose de esa forma un beso largo y húmedo.Al separarse, Fran sonrío y le acarició las mejillas
-sos tan timido...
-si su majestad se entera...
-soy bueno haciendo que no se entere de nada, te veo mañana, pero más temprano, quiero mostrarte algo
Fran besó su mejilla y se fue del cuarto, dejando a Esteban con el corazón más acelerado que nunca.