Tierra firme

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El viaje no acabó durando tanto como ellos habían creído desde un principio, con los nuevos y modernos navíos, el alcance por el mar era más amplio y no tardaron más que un mes y medio en llegar.

Llegar a tierra firme fue un alivio formidable para Esteban, ya podía saborear la idea de no vomitar ni marearse todos los días y eso alcanzaba para hacerlo feliz.

Tintín corría sobre las baldosas de piedras adelantándose a su dueño que cargaba algunas valijas.
Fran, junto a él, iba leyendo la dirección de Antonio a sabiendas de que la casa de su hermano dictaba varias horas en carroza.

-vamos a tener que pasar la noche aquí, iremos a la casa de Antonio temprano en la mañana

-bien-Esteban estaba seguro que "aqui" sería una gran casa de varios pisos; nunca imaginó que la sede de la familia real era un palacete exuberante.

Los tres entraron cuándo la noche iba cayendo.
mientras el príncipe hablaba con los caseros dandoles indicaciones de que se mantuvieran alejados a menos que él los llame, Tintín subía a un sofá esponjoso quedandose dormido de inmediato, estaba agotado por el extenso viaje.

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Luego de cenar el buffet de bienvenida que los sirvientes italianos del rey habían preparado, Fran encendió la chimenea a leños acondicionando el ambiente, volviendolo tan acogedor como perfecto.

la luz de la luna se colaba por uno de los grandes ventanales e iluminaba con delicadeza la habitación principal del palacio, la noche había llegado muy rápido y con ello los besos de medianoche.

frente a la calidez que les brindaba la chimenea reposaba el príncipe; ninguno podía conciliar el sueño y creyeron divertido tirar una manta en el suelo. solo eran ellos dos y la luna que les hacia compañia.

Esteban dejaba pequeños besos en el abdomen plano de Francisco mientras éste se retorcía de placer debajo de su cuerpo; con sus manos entrelazadas el pintor entró en él siendo bien recibido.

-¿estás bien? -le preguntó buscando alguna mueca de dolor

-estoy bien- dijo juntando sus labios con desespero

Fran era muy torpe y apresurado para besarlo pero eso era lo que más le gustaba de él, aunque claro, nunca se lo iba a confesar.

las embestidas comenzaron siendo algo lentas pero en cuestión de segundos iban acelerando encontrando el ritmo perfecto, el que les gustaba a ambos.

-¿te gusta como te lo hago? -preguntó viendo como Francisco mordía sus labios con fuerza

-m..me encanta -respondió en un gemido

-y vos me encantas a mi

luego de varios minutos acabaron al mismo tiempo y Esteban se dejó caer rendido en su pecho.

-que blandito -bromeó

-no tengo edad para estas cosas

-que lastima porque ahora me toca a mi jugar con vos

lo miró confundido sintiendo como le daba vuelta para dejarlo esta vez a él debajo de su cuerpo

-que atrevido

-te gusta que sea así

y no mentía con eso, Esteban sonrió y relajó su cuerpo, solo necesitaba su compañía para sentirse completo.

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Varios minutos después el príncipe dormitaba sobre el pecho de su amante.
Esteban acariciaba su pelo y escuchaba el crepitar del fuego.

-seria muy simple quedarnos a vivir aquí juntos

-es cierto, para nada creo que tu família vendría a buscarte

-estuve pensando sobre eso

-Francisco...

-podria hacerlo, podría renunciar, de todos modos no soy el príncipe heredero, les va a dar igual-dijo mirando a los al pintor que le acariciaba la cara con ternura

-mi amor, no voy a dejar que abandones tus privilegios para...¿que? ¿vivir conmigo?

-¿no te gustaría vivir conmigo?

-me encantaria, cariño, pero no podria permitir que...

-no quiero que permitas nada, seria mi decisión, yo nunca sentí algo como lo que siento por vos, nunca me ha importado alguien de este modo, ser de la familia real no es algo que me haga feliz,yo soy feliz a tu lado

Esteban besó tiernamente sus labios, Fran le correspondió un momento y luego volvió a separarse

-te amo, Esteban

-te amo, hermoso mio

-pero lo digo en serio, hablo tan en serio que realmente renunciaría a la corona, podríamos vivir aquí, puedo trabajar con mi hermano

-no podría soportar vivir sabiendo que te arruine la vida de esa manera,mi amor

Fran no lo veía de ese modo, pero no tenia fuerzas para discutir, volvió a acomodarse en su pecho y se durmió pensando que al día siguiente lo esperaba un gran día.

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La carroza salió temprano en la mañana.
los caballos galopaban con fuerza dejando al príncipe y su compañero maravillarse ante las bellezas de esa ciudad.

Antes del mediodía el chofer le dijo al príncipe que los caballos no podían avanzar más y que el resto deberia ser continuado a pie.

Con nervios pero mucha emoción, la pareja siguió el camino, dándose cuenta de que se trataba de una zona rural, estaban rodeados de granjas y establos.

Llegaron finalmente hasta la casa con dirección que decía el remitente de la carta, y con ansiedad,el príncipe Francisco se anunció.

Al cabo de largos minutos, una mujer joven pero notoriamente cansada les abrió la puerta, llevaba un bebé de no más de un año en sus brazos.

-¿si?-preguntó con amabilidad

-buenos dias, soy el...-se detuvo a pensar, no quería ser el príncipe de nada, en esa tierra solo deseaba ser Fran, el hermano menor de Antonio-soy Francisco y estoy buscando a Antonio

la cara de la joven se oscurecio y besó la cabeza del bebé que miraba con desconfianza a los extraños

-¿Antonio?

-él es mi hermano, me ha enviado una carta...

-sos el príncipe Francisco

-lo soy

-lo lamento, su alteza, su hermano...-su voz de quebró pero supo recuperarse pronto-su hermano,mi esposo, ha fallecido

La mente de Fran procesó la información con rapidez y se dio cuenta de que la carta había llegado a él unos por lo menos tres meses tarde hasta sus manos.

Esteban,a su lado, ignorando el impulso que le gritaba que no lo hiciera, abrazó a Fran con fuerza sintiendo como éste se desmoronaba en sus brazos.

Alteza: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora