Margaritas

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El Palacio era absurdamente grande considerando a las pocas personas que allí vivían.
pasillos, recámaras infinitas, varias cocinas y recovecos que a veces eran bien utilizados.

Fran arrastró a Esteban a uno de ellos, alejado del peligro, y allí lo tenía arrinconado, entre la pared y su propio cuerpo, besandolo como si la vida se le fuese en ello.

Esteban intentaba seguirle el ritmo, lo que era difícil, el príncipe era rápido como un felino, su lengua se abría paso entre sus labios y masajeaba la suya volviendolo loco mientras que aquellas manos reales se colaban con agilidad por adentro de sus ropas.

La camisa que había llevado estaba abierta hasta abajo y el pantalón luchaba por caerse al perder los botones; la mano de Fran había apretado su pecho y su abdomen y ahora estaba dentro de su ropa interior, manipulando su miembro como si fuera el propio.

Esteban ahogaba suspiros en el beso al sentir los dedos fuertes del príncipe moverse rápido ahi debajo; de adelante hacia atrás jugueteando con la punta mientras la boca atacaba sin cuidado su cuello, mordiendo y chupando su piel.

-p...príncipe, tenemos que detenernos, si alguien nos ve vamos a estar en problemas

-me encantan los problemas-le respondió él que empezaba a besarle su pecho con la misma vehemencia

De rodillas ante aquél extraño y cautivante pintor, el príncipe acabó por bajarle del todo los pantalones.
Empezó dando algunos lenguetazos aleatorios generando en Esteban una electricidad incontrolable.
de un solo movimiento metió más de la mitad de su hombría dentro de su boca y empezó a mover la cabeza sin detenerse, respirando por la nariz mientras su lengua se enroscaba en toda la longitud.

Fueron pocos minutos, la adrenalina de ser descubiertos y el tener a semejante belleza arrodillado ante él dispuesto a darle placer alcanzaron para llevarlo al punto máximo y terminó dentro de su boca en breve.

Fran se puso de pie satisfecho limpiando las comisuras de sus labios mientras él acomodaba su ropa rapidamente.

-¿era esto lo que querias mostrarme?-preguntó sonriendo mientras intentaba regular su respiración

-de hecho no, solo me dejé llevar-dijo el príncipe y a continuación tomó un trozo de papel amarillento que llevaba dentro de uno de sus bolsillos

Esteban lo tomó y al abrirlo se topó con una pintura de un campo de margaritas algo rústica

-no lo hice yo, soy bastante malo pintando

-es muy bello-respondió el pintor pasando con suavidad la yema de sus dedos por encima-estos son cerillos de óleo, son difíciles de encontrar

-lo hizo mi hermano,el príncipe Antonio

Esteban lo miró, no sabía que tenía un hermano llamado Antonio, solo había escuchado hablar de Salvador, ese príncipe que vivía comandando cruzadas

-él renunció a la corona y mi padre le prohibió volver, no he sabido nada de él en años

-lo siento

-mandó a destruir todas sus pertenencias y yo conservé esta pintura que en realidad él me regaló a mi, de niño me encantaba el campo de margaritas que ya no existe y...estoy siendo un estúpido ¿verdad?

-claro que no-respondió Esteban volviendo a la pintura-es un recuerdo de alguien a quién amas y extrañas

-bueno, yo queria saber si podrías hacerme una réplica pero más grande,un cuadro, es que el papel es bastante viejo y...

-claro que si, puedo hacerlo

-gracias

Esteban sonrío y dobló el papel con delicadeza

-necesitaré llevarmelo ¿eso esta bien?

Fran respondió con la cabeza y Esteban guardó el dibujo en su ropa.

-creo que sos muy dulce-le dijo con sinceridad, nadie podía saber algo asi,el príncipe Francisco era conocido por su provocación y berrinches, era imposible imaginarlo siendo asi de tierno

Fran se encogió de hombros brevemente y sonrío

-nadie puede saberlo, especialmente el rey, no quiere saber nada de Antonio

-hay muchas cosas que el rey no puede saber-le dijo Esteban tomandolo de la cintura para atraerlo hasta él

Fran aceptó el abrazo y le apoyó las manos en su cabeza antes de dejarle un patrón de pequeños besos entorno a su boca

-¿te parezco lindo también, no?

-el más hermoso de todos

-¿en este país?-preguntó ofendido

Esteban sonrío y lo besó acariciando su delicada espalda

-el más hermoso del mundo

-eso espero-le dijo tirando de su cabello hacía atrás para poder morder su cuello expuesto-y usted es aún más hermoso, señor Kukuriczka

Se besaron algunos minutos más y cuándo el clima empezó a calentarse nuevamente se detuvieron, estaban jugando mucho con la buena suerte.

●●●

De nuevo en la recámara, Esteban pintaba mientras Fran simplemente lo miraba.
era aburrido pasar todo ese tiempo en total silencio, pero valía la pena, Esteban era un hombre hermoso y totalmente atractivo cuándo estaba tan concentrado pintando, podia notarse la pasión con la que lo hacía.

-¿le pareceria bien un descanso?-le preguntó mirandolo

-me parecería bien que dejaras de hablarme de usted

-si alguien me escuchara diciéndote Fran...

-¿siempre sos tan asustadizo?

-no, solo cuándo estoy dentro del palacio del rey, después de besar a su hijo menor

-besar es un modo de decirlo, porque hoy...

-creeme que no es necesario que me lo digas, pensaré en ello toda la noche

-¿ah si?

-si-respondió Esteban que empezaba a guardar sus cosas, sabía que Fran estaba agotado de...posar, y además queria prologar sus visitas lo mejor posible

-¿y que vas a hacer con esos pensamientos?

Esteban lo miró, era tan provocador y atrevido que se volvia una debilidad para él

-no sería muy caballeroso de mi parte hablar de eso

-¿preferirias mostrarmelo?

-claro-dijo sonriendo mientras guardaba sus pinceles-esta misma noche vendré y te mostraré lo que hago, tu padre puede estar presente,incluso tu madre, su majestad, podría...

-puedo ir a tu casa y me lo mostras allí,incluso podría mostrarte lo que yo hago cuando te pienso

-Fran...-murmuró sintiendose muy nervioso con solo pensar el escándalo que sería que alguien viese al príncipe entrar a su casa

-solo dejame tu dirección e iré

-es una locura

-esta bastante claro que me gustan las locuras, señor Kukuriczcka

Guiado por la atracción y por la idea de tener a ese hombre en su cama, Esteban decidió no pensar en el peligro y darle su dirección, ¿que podría pasar?.

Alteza: 𝐞𝐬𝐭𝐞𝐛𝐚𝐧 𝐱 𝐟𝐫𝐚𝐧𝐜𝐢𝐬𝐜𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora