- ¡Esto es increíble! No puedo creerlo, apuesto a que mi padre le ha hecho mucha gracia este plancito suyo.
Fang había salido de su casa justo después de la pelea con su padre para ir a ver a uno de sus pocos amigos, Xingqiu; lo conocía desde que eran unos niños, eran amigos de infancia.
- Se que no te gustará oír esto, pero el plan de tu padre no me parece tan malo. - Dijo Xingqiu mientras ordenaba algunos libros de su biblioteca. La chica justo había llegado en el día libre de Xingqiu, le alegró verla de visita...hasta que empezó a a hablar:
- ¿¡Qué!? ¿Como puedes decir eso?
- Es decir, sí, tienes que aguantar un pretendiente, pero ¿Que es uno comparado con 7 hombres que vienen semanalmente a verte? Es literalmente un hombre por día.
- Aún así...
- ¿Es guapo?
- ¿Eh? Sí, supongo que sí, honestamente apenas lo miré, pero es bastante alto - comentó la chica.
- Pues ahí lo tienes, guapo, alto, cabeza del clan y lo más importante, de tu edad. Si de todas formas tendrás que vivir con él igual y deberían llevarse bien.
- ¡No! Si me llevo bien con él el plan de mi padre funcionaría.
- ¿Y eso que tiene de malo?
- ¡Debe aprender! No puede hacer cosas así, como si no fuera nada. - Xingqiu suspiró, no planeaba pasar su día libre así.
- ¿Entonces, que piensas hacer?
- No lo sé... ¿Que debería hacer? -soltó un chillido desesperado mientras hundía su cara en las páginas de un libro que había tomado prestado de Xingqiu.
- Mi sugerencia no te gustará. - Dijo con obviedad. Justo en ese momento Chongyun entró a la biblioteca.
- ¡Fang! No sabía que estarías aquí. -dijo un alegre Chongyun.
- ¡Chongyun, ayúdame! -Lloriqueó a chica mientras se tiraba a sus brazos.
- ¿Q-que ocurre? ¿Estás bien? - Preguntó con preocupación. Xingqiu se acercó a ellos y los despego, sentado a la chica en una pila de libros.
- No pasa nada, sólo esta siendo dramática. - se quejó.
- ¡Ustedes no entienden! - Tiro patadas al aire. - ¡Me voy a conversar con amigos que si me entienden! - Se levantó de su asiento para irse de la biblioteca.
- No tienes más amigos. - La molesto Xingqiu.
- ¡CLARO QUE TENGO! - salió dando un portazo. Xingqiu rodó los ojos:
- Uno, dos, tres...
Fang volvió a entrar.
- ¡Ayúdenme! Realmente no se que hacer.
- Dioses, denme paciencia. - susurró Xingqiu.
- Aún no entiendo que es lo que ocurre... - comentó Chongyun.
- Fang le dijo a su padre que se deshiciera de todos los pretendientes, entonces su padre trajó a un pretendiente a vivir con ellos para espantar a los demás, Kamisato Ayato, cabeza de un importantísimo clan en Inazuma, guapo, alto y de su edad, ahora lo más probable es que ese hombre empiece a cortejarla, pobrecita ¡que situación tan difícil!
- ¡Oye, Fang, que bueno! Ya no verás mil hombres por semana. - La ánimo Chongyun.
Fang estaba sin palabras, incrédula. Xingqiu se dio cuenta.
- En serio, Fang, piénsalo desde un punto de vista objetivo, no esta taaaan mal, es cierto que lo que tu padre hizo no esta bien, pero comparado a como solías vivir, esto no puede ser tan malo.
Fang lo miró, indecisa, sin saber que pensar o que hacer.
"¿Realmente estaba siendo tan dramática?"
- Está bien, lo pensaré desde un punto de vista objetivo de ahora en adelante, ¡pero no bajaré la guardia! Ese hombre podría ser igual de malo que los anteriores, sin importar cuanto título o renombre tenga.
- Genial, no esperaba menos. - sonrió Xingqiu.
- ¿Vamos a el Restaurante Wanmin? La rabieta me dio hambre.
- O tal vez el hambre fue lo que te dio la rabieta. - Dijo Chongyun.
Bien, si de todas formas estaba obligada a vivir con ese hombre por, Dios sepa cuanto tiempo, no tenía sentido hacer todo incómodo, para todos en la casa, aún así, no dejaría que su padre se diera cuenta que ya había cambiado de opinión, lo incomodaría un poco, así como el la incomodo a ella.
Sí, una decisión bastante infantil, lo admitía, pero alguien debía enseñarle que a veces sus acciones se le pagarían con la misma moneda.
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Mi señorita ;; Kamisato Ayato
FanfictionZhu Fang, una doncella y heredera del próspero negocio de su padre, encuentra su mundo inundado por pretendientes provenientes de diversas naciones. Agobiada por esta constante corriente de cortejos, Fang decide solicitar la intervención de su padre...