Episodio cinco: Reencuentro en el Puerto

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Caminaron por un rato, inmersos en silencio, en el cual cada vez que Ayato intentaba hablar, Fang solo caminaba más rápido dejándolo atrás, en una instancia, incluso se vieron forzados a correr, una situación de lo más cómica, Fang comenzando a correr y Ayato tras de ella sin decir nada, cuando la doncella por fin se cansó ambos siguiendo caminando como si nada hubiera pasado. Habían llegado al puerto de Liyue, Fang parecía buscar a alguien. Un marino paso cerca de ellos, Fang aprovechó y se acercó a el para hablarle:

- Disculpe señor, ¿Es cierto que la flota Crux Meridianam esta de vuelta en Liyue?

- Ah sí, ¿Perciben el estruendo? Se trata de ellos, - el hombre suspiró. - Las aguas volverán a agitarse en esta zona.

- ¡Gracias señor! - expresó Fang, llena de euforia, y sin demora, se lanzó a la carrera, persiguiendo los rastros de alboroto, risas, gritos y hasta riñas, hasta que percibió a sus íntimos amigos.- ¡Beidou! - La fémina corrió mientras gritaba de alegría hacía una chica de aspecto rudo y excéntrico, abalanzándose sobre ella con júbilo, sin que esta se inmutara ante la repentina colisión de un cuerpo contra el suyo.

- ¡Zuzu! - Beidou rodeó a Fang con sus brazos y empezó a dar vueltas con ella, Fang solo gritaba y reía. Ayato desde la distancia admiraba su sonrisa, sonriendo al igual que ella, aun que por diferentes motivos.

La marinera volvió a dejar a Fang en el suelo nuevamente, momento en el cual la joven no aguardó ni un instante para abalanzarse hacia su otro amigo. Aunque el abrazo que compartieron no fue excesivamente prolongado ni vigoroso, era claro que estaba lleno de afecto sincero.

- ¡Chicos, que gusto me da verlos! No puedo creer que regresarán y no me fueran capaces de darme una visita. - Dijo Fang haciendo un puchero.

- Lo sentimos, Zuzu, estábamos ocupados con la llegada a Liyue, tantos encargos por entregar y tantos informes que hacer, Ningguang no nos ha quitado el ojo de encima desde que llegamos. - Informó Kazuha

- Ni que lo digas, estoy muy cansada, acabo de llegar, pero no he descansado ni un poco. - Beidou se estiró, en el silencio el grupo se dio cuenta que no eran tres como creían, si no más. - ¿Oh, y este? - Dijo Beidou refiriéndose a Ayato.

- Ah. - La sonrisa de Fang se desvaneció. - Él es-

- Solo un pretendiente que se está quedando con la señorita, mucho gusto. - Interrumpió Ayato con cortesía, acompañando su presentación con una reverencia.

- Ah, ya veo, pues igualmente. - respondió Beidou, haciendo una reverencia junto a Kazuha.

- Es un gusto conocerlo. - Dijo Kazuha. Fang miró a Ayato confundida por la interrupción brusca, más no dijo nada, le preguntaría en un momento mas adecuado a que se debía esta interrupción, ahora mismo no quería pelear, solo ponerse al día con sus amigos.

- Entonces... ¿Zuzu, eh? Te sienta de maravilla. - Dijo Ayato fastidiando a Fang. Beidou carcajeó:

- Sí, un día oí a los niños del pueblo llamándola así, así que empecé a utilizarlo también.

- Aun no sabemos por que la llaman así. -Agregó Kazuha.

- No es nada, solo un apodo. - Insistió Fang.

- ¿Porqué no nos cuentas, Zuzu? - Dijo Ayato en un tono suave y calmado.

- ¡Oye! Eso es solo para mis amigos, para ti soy "señorita." - Lo reprendió.

- Sí, mi señorita. - Hizo una reverencia en señal de respeto, cuando realmente solo buscaba molestarla. Beidou y Kazuha rieron.

- Me caes bien, ¿Qué tal un paseo en el barco?- Preguntó Beidou con una sonrisa traviesa. Los ojos de Fang brillaron.

- ¿¡Me dejarás navegar en barco, al fin!? - Preguntó Fang entre chillos.

- Pero por supuesto...que no. - Le dio un pequeño golpe en la frente.

-Pero poseemos una opción más apropiada para principiantes. - dijo Kazuha. Fang hizo un puchero:

- No soy una niñita, ¡Puedo montarme en el barco, en serio! Estaré bien. - replicó Fang, adquiriendo un tono de desafío.

- Mmm, ¿Le creemos? - Le preguntó Beidou a Kazuha.

- No. - Se entrometió Ayato.

- ¡Bien, entonces el barquito será!

- ¿¡Pero que haces!? -Dijo Fang reclamandole a Ayato.

- No te preocupes, es igual de divertido que el barco. - La consoló Beidou, Fang apretaba los dientres. Los cuatro caminaron hasta a un punto cerca de la costa, dónde realmente se encontraron con un barquito.

- ¿Cabe realmente el grupo en ese espacio? -dudó Ayato. -Quizás sea más prudente que alguien permanezca en tierra, y me ofrezco como voluntario debido a el deseo incontenible de la señorita de navegar.

- ¡Usted ni se preocupe, joven pretendiente! Ahí cabemos todos e incluso más, apresúrese y entre.

- Sí, apresúrate. - Dijo Fang fastidiada, ya dentro. Ayato subió en la parte de atrás junto a Kazuha, mientras que Beidou y Fang estaban delante.

- ¡Aquí vamos! Sujétense bien, no me contendré solo por que son nuevos en esto. - Dijo Beidou con su típica sonrisa burlona. Comenzó a acelerar, exponiendo una velocidad notable. Giró en trayectorias curvas, esculpió círculos en el agua y, en ocasiones, rozó pequeños torbellinos en el mar. Fang no cesaba en su mezcla de gritos y risas, mientras el viento acariciaba su cabello.

- ¡Ve más rápido, ve más rápido. - Pidió, a lo que Beidou cedió, la velocidad alcanzada dificultaba mantener los ojos abiertos. - ¡Agh! No puedo ver. - Rió dándose vuelta para dejar a sus ojos descansar. En ese instante, divisó a Ayato, quien lucía pálido y con la cabeza asomando fuera del barco, sugiriendo posibles náuseas. - ¿¡AYATO!? - Exclamó en un tono sorprendido y preocupado. El barco se detuvo abruptamente.

- ¿¡Ayato!? - Dijeron Beidou y Kazuha al unísono volteando a ver a la fémina, para luego focalizar su atención en el joven cuya identidad quedaba al descubierto. En vista de la repentina detención del barco, Ayato no pudo contenerse más y vomitó.

Mi señorita ;; Kamisato AyatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora