Fang estaba recogida en posición fetal, sintiendo el peso de la mirada de Ayato sobre ella, una mirada que parecía decir: "Te lo dije". Era algo que ella detestaba, pues no le gustaba admitir cuando estaba equivocada, especialmente en asuntos de su propio carácter.
- ¡Deja de mirarme así! Ya tendré suficiente con el regaño de Chongyun cuando nos encuentre - murmuró Fang, tratando de evitar la fulminante mirada de Ayato.
En ese momento se encontraban refugiados en una pequeña cueva que habían descubierto mientras huían de la tormenta. Llegar hasta allí había sido una tarea ardua, ya que la intensidad del viento dificultaba incluso el simple acto de caminar y caminar.
- Si es que logra encontrarnos. Quién sabe en qué estado se encontrará con todo este clima desatado - comentó Ayato, preocupado por la seguridad de Chongyun.
- Probablemente esté desmayado, preocupado de que algo me haya sucedido - bromeó Fang. Ayato rió:
- Es posible que haya descendido de la montaña en busca de ayuda - dijo ocurrentemente Ayato.
- Seguramente ya habrá llegado a la ciudad para solicitar la asistencia de mi padre - agregó Fang siguiendole la broma.
- Tal vez ya se haya entregado como el supuesto asesino de Zhu Fang, la hija de Zhu Huao y Kamisato Ayato, el líder del clan Kamisato. - Fue entonces cuando Fang estalló en risas, incapaz de contenerse ante la exageración de la situación.
- Suena exactamente como algo que haría él, siempre tan dramático - comentó Fang entre risas, seguida por la risa cómplice de Ayato. Pero incluso despues de ese pequeña ronda de bromas el ambiente volvio a tensarse.
- ¿Crees que esta tormenta durará mucho? Si es así, podría ser difícil que nos encuentren pronto - expresó Fang, intentando vislumbrar a través de la pequeña abertura de la cueva, pero solo veía una tenue capa de azul pálido que sugería la lluvia persistente.
- La verdad es que no lo sé. En Inazuma solíamos tener muchas tormentas, así que no soy un experto en determinar cuándo van a terminar - bromeó Ayato, aunque Fang escuchó con atención sus palabras.
- ¿Cómo es Inazuma? - preguntó Fang, mostrando un genuino interés en conocer más sobre la tierra natal de Ayato. Su pregunta tomó por sorpresa al joven.
- Es un lugar increíblemente hermoso, especialmente ahora que las tormentas finalmente han cesado. Deberías considerar visitarnos en algún momento. Me aseguraré de mostrarte los lugares más bellos y puedes quedarte en la hacienda si lo deseas - sugirió Ayato, sonriendo con amabilidad.
Fang rió ante la idea.
- Olvídalo, ya he tenido suficiente de vivir contigo - bromeó, provocando una risa contagiosa en Ayato.
- Seguro que te llevarías bien con mi hermana, le encantan ese tipo de bromas que me hacen quedar mal - dijo Ayato con complicidad.
- ¿Tienes una hermana? - preguntó Fang, mostrando sorpresa en su rostro.
- Sí, se llama Ayaka. Es un poco más joven que tú - respondió Ayato. Aprovecho ese momento para sacar de uno de sus bolsillos una foto que guardaba consigo siempre.
- ¡Guau, es muy bonita! No se parecen en nada - comentó Fang, riéndose mientras sacaba la lengua. Ayato rodó los ojos con diversión. - ¿Y él? - señaló a un chico rubio en el extremo de la foto.
- Ese es Thoma. Es prácticamente como mi hermano - explicó Ayato sonriendo con cariño.
- También es guapo - observó Fang, acercándose a la foto para tener una mejor vista.
- ¿Y qué tal él? - preguntó Ayato, señalándose a sí mismo en la foto.
- Meh - respondió Fang encogiéndose de hombros.
- De acuerdo, ya es suficiente - dijo Ayato, quitándole la foto de las manos y volviéndola a guardar. Fang emitió una risa traviesa.
- Es bastante tierno que siempre lleves una foto de ellos contigo - comentó Fang.
- Son mi familia, mi mayor motivación - admitió Ayato con cierta timidez al expresar sus sentimientos en voz alta. Fang no pudo evitar sonreír con ternura al ver su reacción tímida.
- Debe ser difícil extrañar tanto Inazuma. - Se compadecio un poco.
- Sí, pero aquí también tengo una excelente compañía - dijo Ayato, levantando las cejas de manera juguetona.
- Ugh - gruñó Fang, rodando los ojos con fastidio pero con una pequeña sonrisa en sus labios, encontrando la situación un tanto graciosa.
- Será una buena historia para mis cartas: "Atrapado en una cueva en una montaña desconocida por el capricho de una malcriada" - bromeó Ayato, provocando una risa en Fang.
- ¡Oye, no puedes contarles eso! Me harás quedar mal - Le reclamó Fang.
- ¿Y qué? - respondió un divertido Ayato que se encogía de hombros.
- Y queee si alguna vez voy a Inazuma, necesito caerles bien para que me dejen quedarme en la hacienda - agregó Fang. Al escuchar esto, Ayato se puso de pie emocionado por el repentino comentario de Fang.
- ¿¡Entonces irás!?
- Tal vez - respondió Fang enigmáticamente.
Ayato sonrió para sí mismo.
- Q-Quédate aquí, iré por leña y alimentos para sobrevivir mientras nos encuentran. ¡No te preocupes! - dijo Ayato, comenzando a caminar hacia la salida de la cueva. Sin embargo, tropezó con algo y cayó al suelo.
- ¡Chicos, aquí estaban! - dijo un aliviado Chongyun bajo Ayato.
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Mi señorita ;; Kamisato Ayato
FanfictionZhu Fang, una doncella y heredera del próspero negocio de su padre, encuentra su mundo inundado por pretendientes provenientes de diversas naciones. Agobiada por esta constante corriente de cortejos, Fang decide solicitar la intervención de su padre...