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Veía a Mina moverse de aquí para allá en la cocina, ella había decidido cocinar algo ligero para nosotros tres, mientras nosotras estábamos en la cocina Beni se encontraba en la sala mirando dibujitos, podía verlo y escucharlo desde donde estaba sentada.
— entonces cuéntame, qué fue lo que sucedió? —me pregunto ella, sonreí—
— por dónde empiezo? —le pregunté, divertida—
— por el día de la fiesta después del partido —pidio ella, asentí—
— antes de ir a la fiesta, cuando tú te negaste a ir con nosotros, recuerdas? —ella asintió— bueno, el insinuó algo de ir solos nosotros, en modo de coqueteó pero cuando íbamos a subir al carro para irnos, Mayra, la castaña se nos apareció.
— que pedazo de estúpida, por dios —murmuro ella, asentí levemente— sigue, sigue.
— bueno, el viaje fue bastante incómodo, ella no dejaba de coquetear con él ¡Incluso si él la ignoraba la mayor parte del tiempo! —exclame— pero bueno, en un momento yo me le quedé viendo conducir a él y él lo noto, entonces para desviar su atención de eso le dije que veía su reloj —ella soltó una risita divertida— claramente no me creyó, pero igualmente me siguió la línea porque puso su mano en mi pierna y dijo “de cerca es más lindo”
Al terminar aquello ambas soltamos un grito, afinado y bastante molesto para cualquier ser humano ajeno a la conversación.
— ¡Yo sabía que Vini no era lento! O sea, se le re nota que está muerto por vos —ella exclamó, negué divertida—
— no creo que llegue a tanto —murmure— pero sigo, ella nos saco del momento lindo que estábamos teniendo y cuando intento coquetear con él, Vini la ignoró totalmente y solo se concentró en estacionar el coche —dije, tome un pequeño trago a mi vino— pero aquí está el detalle, cuando el bajo del carro y nos dejó por un momento solas en el, ella literalmente me amenazó.
— qué!? cómo que te amenazó!? por qué no me dijiste en el momento? ¡Habría barrido el club con el pelo de paja que tiene! —ella exclamó con enojo, rodé mis ojos—
— por qué no valía la pena —dije simplemente— ahora, entramos a la fiesta, todo normal hasta que se me pegó por detrás y comenzó a bailar conmigo mientras me susurraba que él seria todo lo que yo quisiera, que cumpliría todos mis deseos —dije sonriendo, ella me miro, mordía su labio interior quizás intentando no gritar— y mi mente dijo ‘que se pudra todo, hoy le voy a creer hasta que el cielo es lila’
— Dios santo —ella exclamó mientras reía—
— ta, nos besamos, mucho, hasta que decidimos irnos de la fiesta a su casa —ella dió saltitos mientras revolvía la comida— ya te imaginarás lo que pasó en su casa, no?
