3|ᶜᵉⁿᵗʳᵒ ᵖᵃʳᵃ ᵛⁱⁿⁱᶜⁱᵘˢ

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Había llegado junto a Mina al estadio y había mirado todo el primer tiempo junto a ella y Beni pero ahora me encontraba caminando hacia la hacía el vestuario merengue junto a mi abuelo

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Había llegado junto a Mina al estadio y había mirado todo el primer tiempo junto a ella y Beni pero ahora me encontraba caminando hacia la hacía el vestuario merengue junto a mi abuelo.

Estábamos en el entretiempo y e iban empatando, 2 a 2.

- tú crees qué es buen momento para ir a presentarme? -le pregunte a mi abuelo-

Él estaba decidido a presentarme al equipo

y al director técnico y quería hacerlo ya.

- si, por qué no lo sería? -pregunto confundido-

- no lo sé, tal vez porque están en medio de un partido importante y no necesitan distracciones -hable obvia- además, van empatando y quizás no estén del mejor humor.

- no, tu tranquila que yo hablé con ellos y les dije que estuvieran presentables en el entretiempo que les quería presentar a alguien y ellos dijeron que si -el dijo manteniendo su voz tranquila- y en el segundo tiempo esto se arregla, somos el Real Madrid hijita, siempre podemos remontar.

Asentí levemente, total, nadie conocía la escencia del Madrid tanto como mi abuelo.

Al llegar al vestuario el golpeó la puerta levemente y salió un hombre mayor, era grande y más alto que yo, tenía una expresión entre sería y tranquila.

Me sorprendí al darme cuenta que, el gran Carlo Ancelotti era tan imponente de frente como lo era en las fotos o videos.

- los estaba esperando -se dirigió el a mi abuelo y luego me miró- ella es tu nieta?

- si, Carlo, ella es Evelyn, mi nieta -me presento y yo sonreí educadamente- Eve, el es Carlo Ancelotti.

- un gusto conocerlo, señor -lo saludé y le ofrecí mi mano-

El río levemente e ignoro totalmente mi mano para darme dos besos en cada mejilla y luego alejarse.

- un gusto, Eve, dime Carlo -me sonrió- es muy educada, Florentino.

- si, Gaby, su mamá la educó muy bien -le respondió orgulloso él-

- lo veo, los muchachos están esperando, entramos?

- claro, vamos -respondió mi abuelo una ves más-

Carlo Ancelotti se encargó de abrir las puertas y dejarnos pasar primero a mí y a mi abuelo, al entrar una fuerte ola de sudor pego contra mi nariz pero la disimule, todos en su gran mayoría estaban completamente vestidos y los que no, solo les faltaba sus camisetas, estaban callados, expectantes diría yo.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐈𝐧 𝐌𝐚𝐝𝐫𝐢𝐝 |𝐕.𝐉𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora