Capítulo 22: El error de Malfoy

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En la torre de Gryffindor nadie pudo dormir aquella noche. Sabían que el castillo estaba volviendo a ser rastreado y todo el colegio permaneció despierto en la sala común, esperando a saber si habían atrapado a Black o no. La profesora McGonagall volvió al amanecer para decir que se había vuelto a escapar.

Por cualquier sitio por el que pasaran al día siguiente encontraban medidas de seguridad más rigurosas. El profesor Flitwick instruía a las puertas principales para que reconocieran una foto de Sirius Black. Filch iba por los pasillos, tapándolo todo con tablas, desde las pequeñas grietas de las paredes hasta las ratoneras. Sir Cadogan fue despedido. Lo devolvieron al solitario descansillo del piso séptimo y lo reemplazó la Señora Gorda. Había sido restaurada magistralmente, pero continuaba muy nerviosa, y accedió a regresar a su trabajo sólo si contaba con protección. Contrataron a un grupo de hoscos troles de seguridad para protegerla. Recorrían el pasillo formando un grupo amenazador, hablando entre gruñidos y comparando el tamaño de sus porras.

Ron se convirtió de repente en una celebridad. Por primera vez, la gente le prestaba más atención a él que a Harry, y era evidente que a Ron le complacía. Aunque seguía asustado por lo de aquella noche, le encantaba contarle a todo el mundo los pormenores de lo ocurrido.

"Estaba dormido y oí rasgar las cortinas, pero creí que ocurría en un sueño. Entonces sentí una corriente... Me desperté y vi que una de las cortinas de mi cama estaba caída... Me di la vuelta y lo vi ante mí, como un esqueleto, con toneladas de pelo muy sucio... empuñando un cuchillo largo y tremendo, debía de medir treinta centímetros, me miraba, lo miré, entonces grité y salió huyendo."

Percy y Hermione estaban mortalmente preocupados por Ron. Tenían miedo de lo que le pudo haber pasado, pero no podían hacer nada porque Ron aún los quería lo más lejos posible por el asunto de Scabbers.

Ese día visitaron a Hagrid y le contaron todo lo ocurrido.

"Estamos muy preocupados por Ron. Le pudo haber pasado algo terrible." dijo Hermione cuando terminaron de relatar los eventos de la noche anterior.

"Pero sigue enojado con nosotros y no nos quiere ni cerca." dijo Percy con la cabeza agachada.

Hagrid estuvo pensando por un rato y finalmente dijo:

"Voy a hablar con ellos."

"¿De qué, exactamente?" preguntó Percy.

"De la situación con ustedes dos. No me parece que Harry y Ron los traten así. Deberían valorarlos más como sus amigos. Ustedes vuelvan al castillo y mañana les enviaré una lechuza a Harry y Ron para hablar."

"Gracias, Hagrid." dijo Hermione.

"Gracias, pero antes de irnos, Hagrid," dijo Percy, sacando un montón de notas del bolsillo de su túnica "acá está lo último que conseguimos para ayudar a Buckbeak. Esperamos que ayude."

"Gracias a los dos. Si Buckbeak se salva será por ustedes dos." dijo Hagrid con lágrimas en los ojos.

Percy y Hermione volvieron al castillo. Había alguien a quien también intentaban apoyar de la mayor forma posible. Neville.

Neville había caído en desgracia. La profesora McGonagall estaba tan furiosa con él que le había suprimido las futuras visitas a Hogsmeade, le había impuesto un castigo y había prohibido a los demás que le dieran la contraseña para entrar en la torre. El pobre Neville se veía obligado a esperar cada noche la llegada de alguien con quien entrar, mientras los troles de seguridad lo miraban burlona y desagradablemente. Ninguno de aquellos castigos, sin embargo, era ni sombra del que su abuela le reservaba; dos días después de la intrusión de Black, envió a Neville lo peor que un alumno de Hogwarts podía recibir durante el desayuno: un vociferador.

Mago Semidiós. Percy Jackson & Harry Potter (Permione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora