Capítulo 31: La segunda prueba y Canuto

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Todos se levantaron tarde de sus camas el 26 de diciembre. La sala común de Gryffindor estaba más silenciosa de lo usual, y muchos bostezos interrumpían constantemente las soñolientas conversaciones. Percy fue recibido con un beso de su novia y se sentaron juntos, muy contentos por la noche anterior, mientras esperaban a sus amigos.

Cuando Harry y Ron, que también parecían muy felices por la noche anterior, llegaron, Percy y Hermione les contaron acerca de la conversación entre Hagrid y madame Maxime.

"Sinceramente teníamos la sospecha." dijo Percy "Era demasiado grande para no ser al menos descendiente de uno de ellos."

"Y demasiado chico para ser un gigante puro." añadió Hermione.

Tanto Harry como Ron tuvieron reacciones diferentes. El pelirrojo estaba muy nervioso y preocupado, y se había puesto pálido. Harry, por su lado, no entendía por qué el escándalo, y le tuvieron que explicar el estereotipo que tenía la gente con los gigantes.

"Pero no entiendo." dijo Harry como por quinta vez "Hagrid es muy agradable. Nada como lo que la gente cree."

"Tú no entiendes, Harry." dijo Percy apesadumbrado "Pero Ron y yo crecimos en el mundo mágico. La gente tiene muy metida en la cabeza que los gigantes son bestias salvajes, y esa creencia solo se reafirmó cuando se unieron a Voldemort en la guerra."

"Pero no pueden ser tan malos." dijo Harry.

"Nunca dije eso." respondió Percy con una sonrisa.

"Yo no creo que sean todos tan horribles." añadió Hermione "Son los mismos prejuicios contra los hombres lobo. No es más que intolerancia, ¿verdad?"

A Ron parecía a punto de darle algo al ver a sus amigos decir que los gigantes eran tan malos. Estuvo a punto de darle a Hermione una respuesta mordaz por el tema de los gigantes, pero recordando que ahora Percy era su novio, eligió no hacerlo. Tal vez eran amigos, pero por Merlín que Percy daba miedo cuando estaba furioso.

Para muchos había llegado el momento de pensar en las tareas que no hicieron durante la primera semana de vacaciones, y, por desgracia, Percy y Hermione también estaban en ese grupo. Habían adelantado todo lo posible antes del baile de Navidad, pero, con tantas otras cosas que hacer, no les dio tiempo a terminar todas sus tareas.

A Percy casi le da algo durante esos días, viendo a Harry intentando resolver el enigma del huevo, sin éxito alguno. Deseaba ayudarlo enormemente, pero con el juramente limitándolo, poco podía hacer. Cuando Harry le contó de la ayuda de Cedric, Percy lo animó a intentarlo al menos, pero el ego herido de Harry no se lo permitió: aún no le perdonaba a Cedric que fuera la cita de Cho, a pesar de haber disfrutado de la noche con Luna.

Y así llegó el primer día del segundo trimestre, y los cuatro fueron a clase con el peso habitual de libros, plumas y pergaminos en sus maletas. Todavía había una gruesa capa de nieve rodeando el colegio, y las ventanas de los invernaderos estaban cubiertas por una niebla tan espesa que no se podía ver nada a través de ellas. Eran pocas las ganas de la clase de CDCM con ese clima, aunque, como dijo Ron, los escregutos los harían entrar en calor, ya fuera corriendo para huir de ellos, o arrojándoles tanto fuego para quemar la cabaña de Hagrid.

Sin embargo, al llegar a la cabaña de su amigo, encontraron a una bruja anciana de pelo gris muy corto y barbilla prominente esperándolos frente a la puerta.

"¡Dense prisa, vamos, ya hace cinco minutos que ha sonado la campana!" les gritó al verlos acercarse a través de la nieve.

"¿Quién es usted?" le preguntó Harry, mirándola fijamente "¿Dónde está Hagrid?"

"Soy la profesora Grubbly-Plank," dijo entusiasmada "la sustituta temporal de su profesor de CDCM."

"¿Dónde está Hagrid?" repitió Harry.

Mago Semidiós. Percy Jackson & Harry Potter (Permione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora