CAPÍTULO 18

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CASSANDRA:

Salgo de la ducha y me cambio la venda del brazo, ya que aún quedaba sangre en ella.

Me pongo otros leggings negros y una camisa blanca junto con la capa del uniforme. Muevo la cortina de la celda para comprobar si siguen estando en el pasillo, pero con suerte me doy cuenta de que ya no están ni Félix ni Bruno, por lo que suspiro aliviada.

–Cass... –me asusta la voz de Ludo, y me giro para abrazarla.

Ella me envuelve en sus brazos, y en un cálido abrazo, me tranquiliza.

–¿Qué tal te encuentras? –pregunta preocupada. –Lo siento, no pude ir a verte porque Laeddis me llamó para que le contara lo que había visto.

–No pasa nada, ya me lo dijo Félix. –contesto. –Todavía me duele el brazo, pero se aguanta bien. Lo que de verdad me preocupa es que Lyv haya intentado matarme a plena luz del día.

–No te preocupes, no te hará nada porque yo me encargaré de eso.

–Gracias, amiga. –digo sonriendo. –Lyv no me da miedo, pero me jode que su puto ego no asimile que soy mejor que ella.

–No te preocupes ya más, estará unas semanas en aislamiento muerta del asco. –hace una pausa. –ahora tenemos que ir al comedor, ya llegamos tarde.

...

Empujo los remaches de las puertas del comedor y todo el mundo se gira a mirarme. Por suerte Luka y Axel nos han guardado dos sitios en su mesa, así que nos acercamos a ellos siendo el centro de todas las miradas.

Camino con seguridad hacia la mesa.

Axel no me mira. Creo que sigue molesto por el numerito de Bruno, pero igualmente me siento a su lado.

Por debajo de la mesa le doy una pequeña patada, mientras que le hago una seña indicándole que después de la comida me gustaría hablar con él. Solo asiente y vuelve a mirar a Luka, mandándole una pequeña sonrisa, y Luka asiente en mi dirección sonriéndome orgulloso.

–Ya me dijo Ludo que estabas mejor. –dice Luka, pero Axel se mantiene callado. –ojalá Lyv se pudra en aislamiento.

–Sí... –hago una pausa. –¿en qué consiste precisamente el aislamiento aquí?

–Según me han contado, te encierran en una habitación insonorizada, donde da igual las veces que grites o llores, que no se te escucha. –habla Luka. –Pierdes la noción del tiempo y te guías más o menos por las comidas que te dan a través de una pequeña puerta, que ni siquiera puedes ver quién está al otro lado proporcionándotela.

–Tiene que ser horrible. Además, en este sitio, lo que más le preocupa a la gente es perderse las clases, puesto que pierdes el ritmo y las oportunidades de destacar para ser el mejor. –añade Ludo.

–La gente araña hasta la puerta del aburrimiento. –dice Luka. –Es un infierno.

Me levanto de la mesa y me dirijo a mi habitación en silencio, con la intención de que Axel venga detrás mío.

Me tumbo sobre la cama y cierro los ojos unos minutos, hasta que escucho el sonido de la celda y me incorporo.

Es Axel...

–Me alegro de que hayas venido. –digo. –Siéntate aquí conmigo.

Hago un gesto indicándole que se siente en la cama a mi lado y me hace caso sin pensárselo.

–Lo siento Cass. –finalmente dice. –Siento ponerme así por estas cosas, te prometo que aprenderé a quererte de otra forma. –hace una pausa. –Aunque me cueste la vida.

En el punto de mira©️ (ongoing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora