CAPÍTULO 19

22 25 9
                                    

BRUNO CACCINI (POV):

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

BRUNO CACCINI (POV):

–Tío... 

La voz de Matthew me despierta de mis sueños. Quiero asegurarme de que lo que pasó ayer por la noche no fuera un sueño, por lo que miro a mi derecha y suspiro aliviado al ver a Benedetti dormir plácidamente, como si fuera una muñeca perfecta. 

–¿Qué hora es? –pregunto susurrando aún con los ojos casi cerrados. 

–Quedan quince minutos para que suene la sirena. –contesta Matthew, que probablemente se levantara para ir al baño y se encontró con Cass en mi cama. –¿Qué hace ella aquí? 

Me incorporo de la cama, pero todavía no salgo.

–Ayer quedamos por la noche para hablar, pero se acabó calentando el asunto, y al final, la propuse dormir conmigo. –hago una pausa. –Pero tranquilo, estando tú delante no hemos hecho nada. Yo te respeto. 

–Que suerte tienen todos los tontos. –dice con una sonrisa en la cara y me empuja la cabeza para tumbarme otra vez en la cama. –Ya me contarás con más detalle, cabrón. 

Asiento, y vuelvo a abrazar a Benedetti, que se acurruca en mi pecho de nuevo, y me quedo mirándola los cinco minutos que quedan antes de que suene la sirena.  

El sonido de la sirena hace que Benedetti se retuerza en la cama, hasta que abre un ojo y la acaricio la cabeza. 

–¿Qué tal has dormido aquí conmigo? –pregunto con una sonrisa. 

–Bien. –dice medio dormida. –Pero tampoco te acostumbres.

El frío que genera la piedra de la pared parece espabilarla y se quita la camiseta para ponerse el top. Me muerdo el labio, pero no hago nada, solo la observo. 

Al quitarse los pantalones cortos, me mira y sonríe. Parece que disfruta poniéndome cachondo la cabrona. Frunzo el ceño y la saco el dedo del medio, lo que la provoca una pequeña carcajada. 

Cuando termina de cambiarse entra a mi baño en silencio y se lava la cara. Entro dentro para ducharme mientras se termina de preparar, pero solo me dirige una mirada. 

–Te deberías haber duchado conmigo. –digo, y me mira dándome un repaso a todo mi cuerpo desnudo. 

Tengo la polla dura, y se da cuenta, ya que detuvo su mirada cinco segundos más en mi miembro. 

–Hoy me ducho en mi habitación. –dice, y recoge su neceser de maquillaje para salir del baño. 

–Que cabrona. –pienso. –Está jugando conmigo. 

La sirena para ir a desayunar retumba en todas las paredes del internado.

–Benedetti, espera aquí cinco minutos hasta que todos los chicos salgan para ir al comedor y luego ya vas tu. –dice Matthew dirigiéndose hacia mí. –Luego pon la excusa de que te quedaste dormida o cualquier cosa que se te ocurra. 

En el punto de mira©️ (ongoing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora