CASSANDRA BENEDETTI (POV):
La sirena que indica la hora de levantarse me golpea en la cara.
Apenas puedo abrir los ojos, el sueño me está ganando.
Abro cuidadosamente un ojo, y la suave luz que se cuela a través de las pesadas cortinas de la ventana me incomoda.
Me incorporo.
Miro mis manos. Todavía hay sangre seca que aún no se ha quitado.
La imagen de la cara de sufrimiento de anoche de Lyv, hace que una sonrisa inunde mi cara, y saco los pies del edredón.
A pesar de haber una alfombra en el suelo, el frío que la atraviesa por el fresco mármol hace que un pequeño escalofrío recorra mi cuerpo.
Me dirijo al baño. El agua caliente que cae de la ducha hace que despierte del todo. Las gotas de agua recorren mi perfecto y definido cuerpo, y paso las manos por él.
Tengo los leggings negros de repuesto del uniforme manchados con sangre seca, así que me pongo la camisa blanca y la corbata roja del uniforme, seguido de la falda corta negra. Sobre ello, me pongo la capa negra, y me acomodo el pelo delante del espejo del baño.
Cuando acabamos de prepararnos, la sirena vuelve a sonar, y automáticamente, las puertas de las habitaciones se abren y salimos por el oscuro pasillo, siguiendo a la larga fila de chicas silenciosas en dirección al comedor.
Ludo camina un paso por delante de mí hasta el comedor, que parece inspirado en una sala de banquetes de la realeza. Incluso se me da un aire al gran comedor de Hogwarts, aunque mucho más luminoso, ya que de las ventanas entra una luz rehabilitadora.
Las mesas están siendo rellenas por los alumnos, que cuentan con sillas de terciopelo bermellón puestas en fila recta y manteles de un blanco nieve bastante poco prácticos para una manada de adolescentes hasta arriba de hormonas.
Hay centros de mesas hechos con ramitas de pino y flores blancas, y del techo cuelgan candelabros de acero forjado con velas de verdad.
Cada vez que entro en el comedor me doy cuenta de nuevos detalles, puesto que es inmensamente grande.
Los profesores toman asiento en la mesa elevada y los alumnos se dirigen a su sitio de forma educada y en silencio. Se oye un murmullo de conversación, pero para nada es algo caótico.
A lo lejos, veo a Luka y Axel tomar asiento en una mesa. Paso la vista por todo el salón, y hago contacto visual con Matthew, y después miro a Bruno, que está a su lado y me hace un gesto para que vaya con ellos.
–Ludo, –digo tocándola el hombro para que me preste atención. –, me voy a sentar a desayunar con Bruno y Matthew.
–No tengas problema, luego nos vemos. –dice, dedicándome una sonrisa sincera.
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En el punto de mira©️ (ongoing)
Mistério / SuspenseSe que no soy una chica normal. Al fin y al cabo, ¿qué persona ha sido entrenada desde niña para defenderse y para matar? No me acuerdo de lo que pasó aquella noche oscura, ni porque a partir de ahí todo se me ha borrado. Lo único que quería eran re...