Capítulo 14 | Fin del Juego. | ✓

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Poco a poco empezó a darse cuenta de que estaba siendo demasiado violento, demasiado agresivo. No quería lastimarla, no quería asustarla. Sólo quería que ella lo perdonara y se quedara.
Pero eso no sucedería, aunque ella era de él, ella le pertenecía solamente a él y a nadie más. Y si ella no entendía por las buenas, lo haría por las malas...

Ella era suya y nadie más podía tenerla. Si ella no entendía eso ahora, después de todo lo que han pasado, él la obligaría a hacerlo.

"¡Soy dueño de ti, eres mía y sólo mía!"

Estaban a sólo unos centímetros de distancia, él no dudó en obligarla a besarlo. Él la reclamó, ella era toda suya.

Ella podía hacer lo que quisiera, pero él tenía el control ahora mismo...

"¡Mmm!" Ella intentó empujarlo pero él era mucho más fuerte.

La obligó a tirarse al suelo, manteniéndola en su lugar. Él disfrutaba esto, la forma en que ella le permitía obligarla a hacer lo que él quería. Después de todo, le gustaba tener el control.

"Soy dueño de ti y no hay nada que puedas hacer al respecto..." dijo mientras la miraba fijamente. No iba a dejarla ir, sabía lo que quería.

Las palabras de Heller sólo parecieron empeorar la situación, estaba desesperado, no quería que ella se fuera. Ella le pertenecía y no la dejaría ir...

Ella intentó empujarlo pero recibió un puñetazo de él dejándola aturdida .

No iba a dejarla escapar, no otra vez.

Lo único que quería ahora era que ella se quedara con él. A él no le importaban sus deseos, quería que fuera a su manera o que no fuera así.

Le tomó un par de segundos darse cuenta de lo que había pasado, ese golpe lo sorprendió, lo hizo más agresivo. Tenía que ganar esta pelea, quería que ella lo escuchara y hiciera lo que él quería que hiciera.

La agarró por el cuello y la puso de pie.

"¡Ahora me escucharás!... ¡Harás cualquier cosa que yo quiera que hagas!" Dijo con voz fuerte y ronca. No toleraría ninguna forma de rebelión.

Estaba perdiendo la cabeza, simplemente se negaba a aceptar sus palabras, lo único que quería era su amor.

Ella sollozó… la sangre caía de su boca.

La empujó al suelo una vez más, su ira crecía con cada segundo. Quería que ella escuchara, quería que ella hiciera lo que él le dijera.
Él la miró, tratando de recordar qué le hizo amarla una vez.

No podía recordar a esa felina.

"¡Esta no es la dama que amo!" Exclamó, mientras su mente se llenaba de ira y confusión.

Ella intento retroceder, ya no le quedaban fuerzas para seguir resistiendo. Heller la estaba llevando al límite, ya no podía soportarlo más

Él estaba disfrutando esto, disfrutaba verla tratando de resistir y luchar, disfrutaba pelear con ella por el poder. Podía sentir su fuerza creciendo con cada segundo, no quería lastimarla, pero simplemente no podía parar.

Ella quería dejarlo, pero él la amaba.

"Quieres destruir todo lo que tenemos, no puedo dejar que hagas eso".

No entendió la ironía de sus palabras.

A medida que continuaba la pelea, la voz de la felina se volvió cada vez más silenciosa. Ella estaba perdiendo la batalla.

Violentrometro (A Mi Manera), Mordecai Heller x tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora